Cardiopatías e hipertensión, resultado del aumento en consumo de productos ultraprocesados

• La Organización Panamericana de la Salud ubica a México como el segundo consumidor de estos productos en la región, después de Chile.

Ciudad de México a 9 de diciembre de 2020.- Estudios consultados por el Laboratorio de Datos contra la Obesidad (LabDO) señalan que el consumo excesivo de productos ultraprocesados, así como con azúcares añadidos, sal y fuentes no saludables de grasas, incrementa el riesgo de padecer obesidad, la cual, a su vez, abre la puerta a desarrollar enfermedades cardiovasculares (1), diabetes e hipertensión.

La preferencia de los mexicanos por los productos ultraprocesados como sustituto de las comidas va en aumento, lo cual puede explicar el incremento en las cifras de obesidad y sobrepeso en el país, que pasaron de 71.3% en 2012 a 75.2% en 2018.

Un estudio, realizado por la Organización Panamericana de la Salud (OPS) en 2019, colocó a México como el segundo consumidor de estos productos en la región, después de Chile.

Y es que la mayoría de estos contienen exceso de nutrientes críticos como azúcares, sodio y grasas, por lo que su consumo debe ser moderado. En especial, México tiene problemas con la ingesta de sodio y grasas.

Más del 50% de los mexicanos en todos los grupos de edad tienen un consumo de grasas saturadas mayor al recomendado por la Organización Mundial de la Salud (OMS), de menos del 10% de la energía diaria. Aunado a ello, investigaciones apuntan a que la población no incorpora niveles adecuados de fibra en su alimentación. Ambos hechos han sido reconocidos como factores que incrementan la incidencia de obesidad y los padecimientos crónicos asociadas a esta (2).

En cuanto al sodio, debido a la presencia de este nutriente en el 99% de los productos ultraprocesados, en México se sobrepasa los límites recomendados de 2 gramos diarios de este nutriente en la dieta. En el país se consume 3.49 gramos de sodio diarios (3). Solo el 23% de este nutriente proviene de la sal añadida a las comidas preparadas en casa (4), por lo que se recomienda disminuir la ingesta de productos ultraprocesados.

De los 10 productos industrializados que más calorías aportan a la dieta en México, siete contienen exceso de sodio o grasas. En el caso de las galletas, que representan el 12% de las calorías consumidas en el país por alimentos de este tipo, estas aportan exceso de todos los nutrientes críticos señalados por la OPS.

En nuestro país la incidencia de hipertensión ha aumentado conforme se han incrementado estos malos patrones en la dieta. En 2012, 16.6% de los mexicanos tenían esta enfermedad; en 2018 este porcentaje había aumentado a 18.4 por ciento, según la Encuesta Nacional de Salud y Nutrición (Ensanut). Esta condición, causada en gran medida por un exceso de sodio en la alimentación, es una de las condicionantes para el desarrollo de padecimientos cardiovasculares (5).

Cabe destacar que la OMS y expertos internacionales consideran a la obesidad como un problema multifactorial, por lo que para revertir las tendencias de aumento de peso entre la población se requieren soluciones que aborden distintas aristas.

La obesidad y el sobrepeso, así como las enfermedades no transmisibles que provocan, son en gran medida prevenibles, por ello, además de las acciones emprendidas desde los gobiernos, la OMS y OPS recomiendan acciones individuales como limitar el nivel de calorías provenientes de nutrientes críticos consumidos y aumentar la actividad física.

En ese sentido, es importante que en temporada navideña exista una mayor conciencia para evitar consumir en exceso productos ultraprocesados.

Fuentes: 

  1. Sowers J. Obesity as a cardiovascular risk factor. Am J Med. 2003; 115: 37S–41S.https://doi.org/10.1016/j.amjmed.2003.08.012
  2. Nancy López-Olmedo,et al. “Usual Intake of Added Sugars and Saturated Fats Is High while Dietary Fiber Is Low in the Mexican Population”, The Journal of Nutrition, Volume 146, Issue 9, September 2016, Pages 1856S–1865S, https://doi.org/10.3945/jn.115.218214
  3. Vega-Vega O,et al. Contemporary Dietary Intake: Too Much Sodium, Not Enough Potassium, yet Sufficient Iodine: The SALMEX Cohort Results. Nutrients. 2018 Jun 25;10(7):816. doi: 10.3390/nu10070816. PMID: 29941792; PMCID: PMC6073158.
  4. Laboratorio Profeco, Te echan la sal y tu ni en cuenta.
  5. De la Sierra y Bagulat, 2001. Hipertensión arterial y riesgo cardiovascular.

Arrancan sanciones a empresas que incumplan etiquetado frontal

• La autoridad deberá determinar si las diferentes industrias tienen complicaciones logísticas o deliberadamente hay desacato.

Ciudad de México, a 6 de diciembre del 2020.- A una semana de que entraran en vigor las sanciones a las empresas que incumplan poner los sellos octagonales, en los productos que así lo requieran, de exceso de azúcares, grasas trans, grasas saturadas, sodio y calorías, las autoridades tienen el reto de revisar cuándo se trató de un acto deliberado o cuándo fue por un tema de logística.

Y es que desde el 27 de marzo de este año, cuando se publicó en el Diario Oficial de la Federación la NOM-051, que da sustento jurídico al nuevo etiquetado, se advirtieron los retos logísticos que implicaba etiquetar productos que ya estaban en circulación y que pueden mantener un tiempo de vida largo, incluso de años.

“Las autoridades deben estar muy receptivas y lograr diferenciar entre las empresas que, aun con productos en el mercado sin sello, están haciendo un esfuerzo para cumplir la norma y, aquellas que deliberadamente buscan evadirla”, comentó el especialista Guillermo Arteaga MacKinney.

De acuerdo con el investigador de la Universidad de Sonora y experto en la industria de los alimentos, las unidades de verificación podrían ir a una tiendita y encontrar productos que salieron antes de que se publicara oficialmente la norma, lo cual no significaría que necesariamente se quiso incumplir el nuevo ordenamiento.

Hay que recordar que los sellos de advertencia octagonal dejan atrás las “guías diarias de alimentación” y que este nuevo etiquetado derivó de una reforma a Ley General de Salud que aprobó el Congreso de la Unión a finales de octubre del 2019.

La NOM-051 establece que el nuevo etiquetado entró en vigor el 1 de octubre y que las sanciones por desatenderlo serán a partir del 1 de diciembre. También estipula que hasta el 30 de marzo de 2021, las empresas podrán incluir los sellos a través de calcomanías y que a partir del 1 de abril, todos los productos deberán tener de manera definitiva, en sus empaques, dicha señalización.

Entre las sanciones por incumplir esta nueva normativa, la Procuraduría Federal del Consumidor dijo que se tratan de multas de entre 52 mil 128 y 781 mil 920 pesos, así como la inmovilización de los productos.

Es en los artículos 154 y 155 de la Ley de infraestructura de la calidad, publicada en el Diario Oficial de la Federación el 1 de julio del 2020, donde se establecen las penalizaciones que podrían sufrir quienes no acaten la NOM-051.

Siete de cada 10 bajacalifornianos tienen sobrepeso u obesidad

  • Una dieta rica en alimentos ultraprocesados con excedente en nutrientes críticos explica el aumento en la incidencia de estas enfermedades. 

3 de diciembre de 2020.-  De acuerdo con los datos de la Encuesta Nacional de Salud y Nutrición (Ensanut) 2012, los más recientes disponibles para la entidad, en Baja California 73.8% de las mujeres y 75.9% de los hombres padecen sobrepeso u obesidad (1). 

Aún más preocupante, Baja California ocupa el segundo lugar nacional en exceso de peso en niños, con 41.7% de la población en ese grupo de edad padeciendo esta enfermedad (2).

La obesidad ha ido en aumento en la entidad, pues a comparación de 2006, esta se incrementó 7.6 puntos porcentuales. 

Estudios consultados por el Laboratorio de Datos contra la Obesidad señalan que estas cifras implican que una alta proporción de quienes habitan en dicha entidad están en peligro de desarrollar enfermedades crónicas no transmisibles como diabetes mellitus, hipertensión arterial, dislipidemias, enfermedades cardiovasculares, enfermedad vascular cerebral, osteoartritis y algunos tipos de cáncer. 

Estas tendencias crecientes en la incidencia de obesidad se explican por un cambio en el tipo de alimentación de la población, que en años recientes ha incrementado su consumo de productos ultraprocesados, que contienen, en su mayoría, exceso de nutrientes críticos como azúcares, grasas y sodio, de acuerdo con la Organización Panamericana de la Salud (OPS). 

Y es que México es uno de los países que más ha aumentado su consumo de estos alimentos en Latinoamérica, afirma la organización internacional. En el país se consumían 214 kilogramos de ultraprocesados por persona en 2014, los últimos datos disponibles. 

Las ventas de este tipo de productos fueron de dos a tres veces más altas en el país que en Colombia o en Perú, por ejemplo. Entre 2009 y 2014, estas aumentaron un 5.3 por ciento (3). 

Los productos de este tipo más consumidos en el país son, en orden descendente por su aporte calórico a la dieta: refrescos y bebidas azucaradas, galletas (bizcochos) pasteles y postres, panes industriales, snacks dulces y salados, jugos y bebidas endulzados, salsas y aderezos, caramelos (dulces), cereales endulzados para el desayuno y yogur endulzado con aromatizantes, informa la OPS. 

No obstante, cabe resaltar que la obesidad es una enfermedad multifactorial, por lo que además de la alimentación, tiene otras causas, entre ellas: disminución de la actividad física, el aumento de la oferta de comida rápida y su consumo, la disminución del tiempo disponible para preparar alimentos en casa (4), así como aspectos económicos y sociales relacionados con el estilo de vida actual. 

Durante 2016, en Baja California se registraron 23 mil 539 casos nuevos de obesidad  (5). Esta enfermedad se colocó como la sexta causa de muerte el mismo año, cobrando la vida de 26,266 bajacalifornianos (6)

La Ensanut 2016 de Medio Camino indica que, en la zona Norte, 36.1% de la población padece sobrepeso y 37.8% obesidad. 

Fuentes:

  1. Ensanut 2012,  Informe sobre Baja California.
  2. Revista IMSS 2015, Panorama de la obesidad en México.
  3. Organización Panamericana de la Salud, 2019. Alimentos y bebidas ultraprocesados en Latinoamérica.
  4. Secretaría de Salud. Acuerdo Nacional para la Salud Alimentaria. Estrategia contra el sobrepeso y la obesidad. México: Secretaría de Salud; 2010. 
  5. Anuario estadístico y geográfico de Baja California, 2017.
  6. Programa sectorial de salud 2015-2019 de Baja California.

Comidas listas para calentar contribuyen al sobrepeso y la obesidad

  • La OPS advierte que este tipo de alimentos aportan calorías vacías y contienen exceso de nutrientes críticos como grasas y sodio.

Ciudad de México a 2 de diciembre de 2020.- Con los cambios en el estilo de vida y el tiempo más limitado del que disponen las personas para cocinar, se ha popularizado el consumo de comidas listas para calentar. En México, de acuerdo con datos de la empresa de estudios de mercado Master Research, el 96% de los hogares compra este tipo de productos (1).

Sin embargo, entidades internacionales como la Organización Panamericana de la Salud (OPS) han advertido que este tipo de alimentos forman parte de los productos ultraprocesados, por lo que aportan pocas calorías sanas y en cambio ofrecen exceso de nutrientes críticos.

En el caso de las comidas listas para calentarse, como son las pizzas, hamburguesas, papas fritas, y platillos preparados, estudios consultados por el Laboratorio de Datos contra la Obesidad (LabDO) indican que estas contienen exceso de sodio, el cual es usado como conservador y saborizante, así como cantidades superiores a las recomendadas por la Organización Mundial de la Salud, respecto a grasas y grasas saturadas.

Por su parte, la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO por sus siglas en inglés) señaló el vínculo entre el aumento en del consumo de este tipo de comidas con el incremento en los índices de sobrepeso y obesidad en la población de Latinoamérica y el Caribe.

Otro de los estudios que refiere esta organización, demostró que al tener una dieta rica en alimentos listos para consumir, procesados y empaquetados se puede aumentar 0.9 kilogramos en tan solo dos semanas, y si, por el contrario, se tiene una dieta en la que se incluyen alimentos íntegros y preparados en casa, se puede perder un peso similar en la misma cantidad de tiempo (2).

A pesar de este panorama, el mercado de comidas listas para comer ha mantenido un comportamiento estable. Según cifras de Euromonitor Internacional reportadas por Expansión, desde 2013, el mercado de alimentos listos para comer en el país creció un 41%, pasando de los 332.6 millones de dólares a 469 millones de dólares en 2019. Para 2023 se espera un crecimiento del 18.4 por ciento (3).

Dicho reporte ubica como principales empresas en este sector en México a Productos Chata y La Moderna con su marca “Buen Comer”.

Fuentes:

  1. Profeco, 2013. El Precio de los alimentos congelados.
  2. FAO, 2019. El impacto en la salud de los productos ultraprocesados.
  3. Expansión, 2019. Las prisas de los mexicanos son ganancia para estas empresas

Por exceso de azúcares y cafeína, bebidas energéticas ponen en riesgo la salud

Por su composición este tipo de bebidas deben ser consumidas con moderación.

Ciudad de México a 25 de noviembre de 2020.- Las bebidas energéticas, además de contener exceso de nutrientes críticos como azúcares, tienen también, de acuerdo con la Organización Panamericana de la Salud, otros ingredientes cuya alta ingesta puede resultar peligrosa.

En México, el consumo de estas bebidas ultraprocesadas ha ido en aumento. Datos del INEGI refieren que entre 2008 y 2018 su consumo se elevó 66 por ciento (1) .

Investigaciones consultadas por el Laboratorio de Datos contra la Obesidad, señalan que el problema con las bebidas energéticas es que, en su mayoría, contienen altas cantidades de cafeína, al igual que otras sustancias como guaraná, ginseng y taurina, que pueden generar reacciones inciertas en el organismo.

Por ejemplo, el guaraná es una planta brasileña que contiene “guaranina”, compuesto que es básicamente cafeína al doble de concentración encontrada en los granos de café (2).

Y es que, además de que aportan calorías vacías y azúcares, relacionadas con el aumento poco sano de peso, estas bebidas han sido vinculadas con afectaciones a la salud como incremento del ritmo cardíaco y elevación de la presión sanguínea (3).

De hecho, un análisis llevado a cabo en Canadá dejó ver que la mayor parte (55%) de quienes consumieron, en algún punto de su vida, un líquido de este tipo experimentaron al menos un efecto adverso, entre ellos taquicardia, dificultad para dormir, dolores de cabeza, náusea, vómito, dolor de pecho y en el 0.2% de los casos convulsiones (4).

En este sentido, otros estudios apuntan que las bebidas energéticas no tiene beneficios terapéuticos y en cambio contienen muchos ingredientes cuya farmacología es desconocida, lo cual hace que persistan preocupaciones respecto a los riesgos del consumo, sobre todo en poblaciones infantil y adolescente (5).

Un análisis de la Procuraduría Federal del Consumidor (Profeco) indica que estos productos pueden contener desde 31.8 hasta 115.4 mg de cafeína por envase, lo cual, si se considera que el límite de consumo de este compuesto es de 300 mg al día, de acuerdo al Instituto de Biotecnología de la UNAM, equivale a entre el 10.6 y el 38.46% de la ingesta diaria recomendada (6).

En lo que respecta a la taurina, la ingesta diaria recomendada se estima entre 40 y 400 mg. De los productos analizados por la Profeco, 15 contienen taurina en cantidades que van de los 525 a los 1892 mg por envase, lo cual rebasa dicha sugerencia.

Igualmente, el contenido de azúcares puede ir entre los 0 gramos hasta los 50.4 gramos de este nutriente, lo cual significa que el aporte calórico puede llegar hasta las 201 kcal por envase. 

La industria de bebidas energéticas en el país

En 2007 las ventas de estas bebidas fueron por 259.2 millones de litros, al cierre del 2017 se desplazaron 429.4 millones de litros de acuerdo con datos del INEGI retomados por El Financiero (1).

Euromonitor, por su parte, destaca que en México el líder en el sector es Qualamex, con su marca Vive 100, la cual es una alternativa económica que ha logrado abrir el mercado a una amplia base de consumidores. Igualmente, Red Bull y Monster Energy se colocan como fuertes competidores en el sector.

Según datos de la Profeco, el 54% de las personas que compran estas bebidas prefieren Red Bull y el 11% Red Bull Sugar Free. A estas marcas le siguen en preferencias Boost (11%) y Monster Energy (10%) (7).

Los hombres representan el 65% de los consumidores de estos productos y las mujeres el 35 por ciento.

Fuentes:

  1. El Financiero, 2018 Monster, Red Bull y Vive 100 se “energizan” en México.
  2. Sanchis-Gomar, Fabian & Pareja-Galeano, Helios & Cervellin, Gianfranco & Lippi, Giuseppe & Earnest, Conrad. (2015). Energy Drink Overconsumption in Adolescents: Implications for Arrhythmias and Other Cardiovascular Events. The Canadian journal of cardiology. 31. 10.1016/j.cjca.2014.12.019.
  3. Shah SA, Szeto AH, Farewell R, Shek A, Fan D, Quach KN, Bhattacharyya M, Elmiari J, Chan W, O’Dell K, Nguyen N, McGaughey TJ, Grant D, Nasir JM, Kaul S. Impact of high volume energy drinks consumption on electrocardiographic and blood pressure parameters: a randomized trial. J Am Heart Assoc. 2019; 8:e011318. DOI: 10.1161/JAHA.118.0
  4. Hammond, D., Reid, J. L., & Zukowski, S. (2018). Adverse effects of caffeinated energy drinks among youth and young adults in Canada: a Web-based survey. CMAJ open, 6(1), E19–E25. https://doi.org/10.9778/cmajo.20160154
  5. Seifert, Sara M et al. “Health effects of energy drinks on children, adolescents, and young adults.” Pediatrics vol. 127,3 (2011): 511-28. doi:10.1542/peds.2009-3592
  6. Revista del Consumidor, julio 2020.
  7. Revista del Consumidor, marzo 2011.

El etiquetado frontal es una medida que, por sí sola, no soluciona el sobrepeso y la obesidad: Arteaga MacKinney

  • Los productos con sellos deben ser consumidos con moderación, comentó el especialista

Ciudad de México a 25 de noviembre de 2020.- El etiquetado frontal es una medida que, por sí misma, no puede revertir las tendencias de obesidad y sobrepeso en el país, toda vez que estos padecimientos son multifactoriales. Se necesitan acciones integrales con distintos enfoques, tanto a nivel individual, como social y de política pública.

Lo anterior, lo señaló el Dr Guillermo Arteaga MacKinney durante la transmisión en vivo que se llevó a cabo desde la cuenta de Instagram del Laboratorio de Datos Contra la Obesidad: @DatosvsObesidad.

“Hay muchas cosas que tenemos que hacer como consumidores, sin pasar toda la responsabilidad a alguien más. Debemos tener estilos de vida más saludables y mayor actividad física. Es importante rescatar el valor e importancia de la salud y darnos cuenta que lo que comemos puede afectarla.”, declaró.

Recordó que esta medida entró en vigor el 1º de octubre a nivel nacional, al tiempo que precisó que su objetivo es informar, de manera rápida, a los compradores sobre los excesos de nutrientes críticos en productos ultraprocesados: grasas, azúcares, sodio y calorías, así como de la presencia de edulcorantes y cafeína.

“No se les está denominado a los productos como prohibidos o malos, sino que tienen un exceso, bajo unos criterios establecidos. Esta es una señal para que los consumidores tengan cuidado con este alimento, no necesariamente dejarlo de comprar, sino tomar en cuenta si hay alternativas sin sellos o ser moderados en su ingesta”, dijo.

“En términos generales, los mexicanos hemos perdido este interés por la comida, no por comer. La gente joven cada vez cocina menos, y cada vez consumimos más alimentos procesados. Nos hemos guiado por el sabor y la conveniencia. Y esto ha tenido sus consecuencias. Este tipo de etiquetado, con una información más transparente, tiene limitaciones, pero también cosas rescatables”, concluyó.

Arteaga MacKinney es Maestro y Doctor por la Universidad de British Columbia y colaborador del Laboratorio de Datos contra la Obesidad (LabDO).

Lactancia materna, gran aliada en el combate al sobrepeso y la obesidad

Fórmulas lácteas y productos ultraprocesados elevan la propensión de desarrollar obesidad.

Ciudad de México a 22 de noviembre de 2020.- Aun cuando la Organización Mundial de la Salud recomienda que los infantes de seis meses tengan una dieta exclusiva de leche materna, en México, cada vez más, se usan fórmulas y alimentos que por su contenido pueden generar sobrepeso u obesidad de niñas y niños.

Estudios consultados por el Laboratorio de Datos contra la Obesidad advierten que la introducción de fórmulas lácteas y otros productos ultraprocesados repercuten a nivel metabólico.

Por ejemplo, un análisis llevado a cabo en Australia reveló que los niños menores de 4 meses que tuvieron alimentación complementada con fórmulas lácteas o alimentos sólidos mostraron probabilidades “significativamente mayores” de ser obesos en su infancia temprana (1).

Entre las razones por las cuales los niños que tienen alimentación complementaria desde temprana edad aumentan de peso, destaca la alteración de la composición microbacteriana de sus intestinos, repercutiendo en cómo absorben los nutrientes y, por consiguiente, su nivel de adiposidad (2).

Dichas alteraciones podrían deberse, como apunta la Organización Panamericana de la Salud (OPS), al hecho de que los alimentos preparados para lactantes tienen exceso de azúcares libres, grasas saturadas y sodio (3).

Un análisis de El Poder del Consumidor afirma que estos pueden contener entre 3.4 hasta 16.1 gramos de azúcares, además de que de los 12 productos analizados, 11 tenían azúcares añadidos (4) y que en promedio, 52% del contenido de dichos comestibles está conformado por este nutriente.

Aunado a ello, la Procuraduría Federal del Consumidor (Profeco) emitió una alerta acerca de marcas de fórmulas lácteas que añaden azúcares y que pueden incrementar el riesgo de padecer diabetes y obesidad, entre ellas: Enfagrow Premium, Enfamil sin lactosa Premium, Enfamil Premium Promental, Nutramigen Premium con LGG y SMA Comfort Gold (5).

El líder en el mercado de comida para bebés en 2019 fue Nestlé, con sus marcas Nan, Nido, Gerber, Nestum y Cerelac, de acuerdo con Euromonitor.  A este le siguen Mead Johnson con Nutramigen, Enfagrow y Enfamil;  y Abbott Laboratorios con Pediasure. Heinz también figura en el sector en México con su línea de papillas para infantes, de acuerdo con Profeco.

Entre 2009 y 2014, las ventas de este tipo de productos aumentaron en un 20.9%, de acuerdo con datos de la OPS. En el periodo entre 2015 y 2019 se tenía previsto que el aumento en ventas se mantuviera constante.

Finalmente, otra investigación consultada por el Laboratorio de Datos contra la Obesidad concluye que la lactancia materna, la cual se recomienda debe prevalecer como mínimo los primeros 6 meses, tiene entre sus múltiples beneficios, la prevención de obesidad y sobrepeso (6).

Fuentes:

  1. Mannan H. Early Infant Feeding of Formula or Solid Foods and Risk of Childhood Overweight or Obesity in a Socioeconomically Disadvantaged Region of Australia: A Longitudinal Cohort Analysis. Int J Environ Res Public Health. 2018 Aug 7;15(8):1685. doi: 10.3390/ijerph15081685. PMID: 30087304; PMCID: PMC6121544.
  2. Moira K. Differding, Sara E. Benjamin-Neelon, Cathrine Hoyo, Truls Østbye, Noel T. Mueller. Timing of complementary feeding is associated with gut microbiota diversity and composition and short chain fatty acid concentrations over the first year of life. BMC Microbiology, 2020; 20 (1) DOI: 10.1186/s12866-020-01723-9
  3. Organización Panamericana de la Salud, 2019. Alimentos y bebidas ultraprocesados en América Latina.
  4. El Poder del Consumidor. La alimentación industrializada del lactante y el niño pequeño. El nuevo mega negocio.
  5. Revista del Consumidor de junio 2020. Disponible en:
  6. Owen CG, Martin RM, Whincup PH, Smith GD, Cook DG. Effect of infant feeding on the risk of obesity across the life course: a quantitative review of published evidence. Pediatrics. 2005 May;115(5):1367-77. doi: 10.1542/peds.2004-1176. PMID: 15867049.

El sobrepeso y obesidad aumentan el riesgo de desarrollar algún tipo de cáncer

El exceso de tejido adiposo produce cambios a nivel celular que elevan la posibilidad de desarrollar tumores.

Ciudad de México a 18 de noviembre de 2020.- En nuestro país entre el 7% y el 41% de la carga de ciertos cánceres son atribuibles al sobrepeso y la obesidad (1), estos últimos padecimientos vinculados con el consumo excesivo de productos ultraprocesados como papitas, embutidos, productos lácteos, golosinas o snacks dulces y salados.

De acuerdo con estudios consultados por el Laboratorio de Datos contra la Obesidad, el riesgo de morir por cáncer aumenta en personas obesas entre un 50 y 62% (2), al tiempo que se ha identificado que el exceso de masa corporal eleva la probabilidad de contraer de nuevo dicha enfermedad, una vez que este ha remitido.

Son 12 tipos de cáncer los que específicamente se vinculan con la obesidad: boca, faringe y laringe; de esófago (adenocarcinoma); estómago; páncreas; vesícula; hígado; colorrectal; de mama; ovario; endometrio; próstata y riñón. (3)

La evidencia científica revela que los incrementos hormonales que genera la obesidad, así como la inflamación crónica, común en las personas con exceso de tejido adiposo, son las principales razones que explican la correlación entre ambos padecimientos. (4).

Aunado a ello, las hipótesis apuntan a que, en mujeres, los niveles incrementados de estrógeno producidos por el tejido adiposo se relacionan con la aparición de cáncer de mama –en mujeres postmenopáusicas–, de ovario y de endometrio (5).

Otro de los mecanismos que explican el vínculo entre la obesidad y el cáncer es que las células de grasa afectan los procesos que regulan el crecimiento de las células cancerosas (4).

El cáncer y la obesidad en México

Respecto a los factores de riesgo entre los mexicanos el tabaquismo, el alcohol, el sedentarismo, el consumo de alimentos calóricos, las bebidas azucaradas y la falta de ejercicio están relacionados con al menos el 30% de los distintos tipos de cáncer, de acuerdo al Instituto Nacional de Cancerología (6). 

Entre 2010 y 2018 se ha registrado un incremento del 22% en las defunciones anuales vinculadas con los tumores malignos, al pasar de 70 mil 240 a 85 mil 754.

Al mismo tiempo, la incidencia de sobrepeso y obesidad ha aumentado en los últimos años. Poco más del 75% de los mexicanos padecen estas enfermedades, de acuerdo con la Encuesta Nacional de Salud y Nutrición; en 2012, esta cifra era del 71.3 por ciento. 

De acuerdo al INEGI, 3 de cada 10 muertes por cáncer en la población de 30 a 59 años en México se deben a cáncer en órganos digestivos, lo cual sugiere una relación de la dieta con estos padecimientos.

Catorce de cada 100 fallecimientos en el país son resultado del cáncer, el cual se coloca como la tercera causa de muerte en México de acuerdo con el INEGI.

Fuentes:

  1. Revista Médica del IMSS, 2014. Panorama de la Obesidad en México.
  2. Calle EE, Rodriguez C, Walker-Thurmond K, et al: Overweight, obesity, and mortality from cancer in a prospectively studied cohort of U.S. adults. N Engl J Med 348:1625-1638, 2003
  3. World Cancer Research Fund. Body fatness & weight gain.
  4. Stone, T. W., McPherson, M., & Gail Darlington, L. (2018). Obesity and Cancer: Existing and New Hypotheses for a Causal Connection. EBioMedicine, 30, 14–28. https://doi.org/10.1016/j.ebiom.2018.02.022
  5. Graham A Colditz, Lindsay L Peterson, Obesity and Cancer: Evidence, Impact, and Future Directions, Clinical Chemistry, Volume 64, Issue 1, 1 January 2018, Pages 154–162, https://doi.org/10.1373/clinchem.2017.277376
  6. Secretaría de Salud, 2017. Cáncer, tercera causa de muerte en México.

Embutidos y carnes procesadas entre favoritos de los mexicanos

  •  La ingesta excesiva de estos productos ultraprocesados afecta la salud.

Ciudad de México a 15 de noviembre de 2020.-  El consumo excesivo de carne procesada y embutidos ha sido catalogado como potencialmente perjudicial por la Organización Mundial de la Salud. Aún así, en México se consumen 8.4 kilos de estos alimentos al año por persona, de acuerdo con cifras del Consejo Mexicano de la Carne (Comecarne) (1).

Estudios consultados por el Laboratorio de Datos contra la Obesidad (LabDO) indican que la ingesta desmedida de carnes procesadas ha sido asociada con un incremento del 30% en la incidencia de enfermedades cardiovasculares y también con una mortalidad mayor por cáncer (2).

Lo anterior se explica por la presencia incrementada de sodio en dichos alimentos, ya que el exceso de este nutriente tiene efectos en la presión sanguínea, lo cual coloca a las personas en mayor riesgo de desarrollar padecimientos.

Aunado a ello, el consumo de este tipo de carnes está vinculado con el aumento de peso y el desarrollo de diabetes.

Un estudio concluyó que los individuos que tenían como parte de su dieta cualquier tipo de embutido mostraban 38% más de probabilidades de padecer esta afección, lo cual, de acuerdo a los investigadores, se explica por el aumento de peso que provocan las carnes procesadas (3).

El Laboratorio de la Procuraduría Federal del Consumidor, por su parte, ha advertido de la presencia excesiva de nutrientes críticos como el sodio en los embutidos y cárnicos procesados a la venta en el país.

De hecho, en México, los embutidos y carnes procesadas son de los mayores contribuidores a la ingesta excesiva de sodio en el país, al aportar 8% de este nutriente en la dieta (4).

Cien gramos de salchicha, por ejemplo, pueden contener entre 595.6 y 1014.6 miligramos de sodio (5), lo cual equivale a entre el 29.78% y el 50.73% de la ingesta diaria de dicho nutriente recomendada por la Organización Mundial de la Salud, que es de no más de 2000 miligramos.

De igual forma, el jamón puede contener hasta 1130 miligramos de sodio en 100 gramos de producto, y es una fuente de grasas y grasas saturadas, por lo que su consumo debe ser moderado.

El mercado de las carnes procesadas en México

Según datos de Euromonitor Internacional, en 2019 el líder en el mercado de cárnicos procesados en México fue Sigma Alimentos, quien cuenta entre su portafolio a Fud y San Rafael. Le siguen Grupo Bafar, dueño de las marcas Sabori, Parma y Campestre, y Xignux, quien es propietario de Zwan, Kir y Alpino.

De acuerdo con el Comecarne, la salchicha es el embutido más consumido en el país, seguida por el jamón, el chorizo y la mortadela (6).

La ingesta de este tipo de productos va en aumento en el país, pues de 2016 a 2018 pasó de 903 a 960 toneladas métricas. En el periodo de 2013 a 2018, el crecimiento del sector fue de un 49.2 por ciento, lo que se tradujo en ventas por mil 668 millones de dólares en 2018 (7).

Fuentes:

  1. Comecarne, 2017. Compendio estadístico.
  2. Micha, R., Michas, G., Lajous, M. et al. Processing of meats and cardiovascular risk: time to focus on preservatives. BMC Med 11, 136 (2013). https://doi.org/10.1186/1741-7015-11-136
  3. Vang A, Singh PN, Lee JW, Haddad EH, Brinegar CH. Meats, processed meats, obesity, weight gain and occurrence of diabetes among adults: findings from Adventist Health Studies. Ann Nutr Metab. 2008;52(2):96-104. doi: 10.1159/000121365. Epub 2008 Mar 18. Erratum in: Ann Nutr Metab. 2010;56(3):232. PMID: 18349528.
  4. Colin-Ramirez E, Espinosa-Cuevas Á, Miranda-Alatriste PV, Tovar-Villegas VI, Arcand J, Correa-Rotter R. Food Sources of Sodium Intake in an Adult Mexican Population: A Sub-Analysis of the SALMEX Study. Nutrients. 2017;9(8):810. Published 2017 Jul 27. doi:10.3390/nu9080810
  5. Profeco. Revista del Consumidor agosto 2020.
  6. ANTAD, 2018. Aumentan mexicanos su consumo de embutidos.
  7. Goula, 2019. Consumo de embutidos en México a la baja en 2023.

No estigmatizar a personas e industrias para combatir el sobrepeso y la obesidad

  • La condición de salud y apariencia física de una persona no debe ser motivo para conductas discriminatorias

Ciudad de México a 11 de noviembre del 2020.- En México, 3 de cada 4 personas adultas tienen sobrepeso u obesidad. El 35.6% de la población de 5 a 11 años tiene estos padecimientos. De igual forma, 10.3% de los mexicanos padece diabetes y el 18.4%, hipertensión.

Y en ese ese escenario, estudios consultados por el Laboratorio de Datos contra la Obesidad (LabDO) indican que las personas que padecen sobrepeso y obesidad son señaladas, en muchas ocasiones, como las únicas responsables de su condición, por lo que sufren estigmatización y discriminación y en algunos casos sus oportunidades sociales, laborales o educativas se ven disminuidas (1).

Investigaciones realizadas en Estados Unidos indican que las personas con obesidad enfrentan prejuicios comparables con los de raza, situación especialmente cierta en mujeres.

Estas actitudes colocan especial carga sicológica en ellas, lo cual provoca el desarrollo de tendencias depresivas y lleva a tener problemas incluso a la hora de conseguir un empleo, en el entorno escolar o en las relaciones sociales (2).

Asimismo y de manera frecuente las niñas y los niños enfrentan discriminación y estigmatización por su peso desde temprana edad. Esto repercute de manera negativa en la calidad de vida de quienes la padecen, toda vez que la discriminación por el peso afecta de forma directa en la socialización, el bajo rendimiento escolar y produce baja autoestima, depresión y ansiedad, entre otros padecimientos mentales (3).

El artículo 1º de nuestra Carta Magna señala que “queda prohibida toda discriminación motivada por origen étnico o nacional, el género, la edad, las capacidades diferentes, la condición social, las condiciones de salud, la religión, las opiniones, las preferencias, el estado civil o cualquier otra que atente contra la dignidad humana y tenga por objeto anular o menoscabar los derechos y libertades de las personas”.

La Ley General de los Derechos de Niños, Niñas y Adolescentes es enfática al señalar que ellos “tienen derecho a no ser sujetos de discriminación alguna ni de limitación o restricción de sus derechos, en razón de su origen étnico, nacional o social, idioma o lengua, edad, género, preferencia sexual, estado civil, religión, opinión, condición económica, circunstancias de nacimiento, discapacidad o estado de salud o cualquier otra condición atribuible a ellos mismos o a su madre, padre, tutor o persona que los tenga bajo guarda y custodia, o a otros miembros de su familia.”

Por su parte, la Ley General para la igualdad entre mujeres y hombres establece que “La igualdad entre mujeres y hombres implica la eliminación de toda forma de discriminación en cualquiera de los ámbitos de la vida, que se genere por pertenecer a cualquier sexo”.

En cuanto a las causas de la obesidad, la Organización Mundial de la Salud (OMS) ha sido consistente en afirmar que esta es resultado de un conjunto de factores como el decremento de la actividad física, la naturaleza sedentaria de la vida moderna, así como un desbalance en las calorías consumidas y gastadas.

A estas circunstancias, señala la máxima autoridad mundial en materia de salud, hay que sumar aspectos genéticos que influyen en el cómo y cuándo se desarrollan estos padecimientos, por lo que se sugiere una compleja interacción entre el comportamiento, los hábitos, el ambiente y la herencia (4). Panorama que da por descontado que los responsables sean las personas en lo particular o alguna industria en específico.

Por todo ello, la pandemia de sobrepeso y obesidad que enfrenta el país debe ser reconocida como una enfermedad multifactorial, cuya solución implica acciones asertivas a distintos niveles.

La OMS,  la Organización Panamericana de la Salud y la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y Agricultura, así como organizaciones de la sociedad civil, de la academia y expertos en nutrición, recomiendan que las acciones emprendidas, enmarcadas en diversas políticas públicas, estrategias de difusión o comunicación, estén apegadas al respeto a los derechos humanos de las personas y a los prinicipios de igualdad y no discriminación.

Fuentes:

  1. Puhl RM, Heuer CA. The stigma of obesity: a review and update. Obesity (Silver Spring). 2009;17(5):941–964.
  2. Agrawal, Praween et al. “The Psychosocial Factors Related to Obesity: A Study Among Overweight, Obese, and Morbidly Obese Women in India.” Women & health vol. 55,6 (2015): 623-45. doi:10.1080/03630242.2015.1039180
  3. Losada AV, Rijavec MIMI. Consecuencias psicológicas en niños con obesidad producto de la estigmatización social. Revista Neuronum. 2017; 3(2): p. 46-65.
  4. Thaker, Vidhu V. Genetic and Epigenetic Causes for Obesity.  Adolescent medicine: state of the art reviews vol. 28,2 (2017): 379-405.
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