Blog

Lactancia materna, gran aliada en el combate al sobrepeso y la obesidad

Fórmulas lácteas y productos ultraprocesados elevan la propensión de desarrollar obesidad.

Ciudad de México a 22 de noviembre de 2020.- Aun cuando la Organización Mundial de la Salud recomienda que los infantes de seis meses tengan una dieta exclusiva de leche materna, en México, cada vez más, se usan fórmulas y alimentos que por su contenido pueden generar sobrepeso u obesidad de niñas y niños.

Estudios consultados por el Laboratorio de Datos contra la Obesidad advierten que la introducción de fórmulas lácteas y otros productos ultraprocesados repercuten a nivel metabólico.

Por ejemplo, un análisis llevado a cabo en Australia reveló que los niños menores de 4 meses que tuvieron alimentación complementada con fórmulas lácteas o alimentos sólidos mostraron probabilidades “significativamente mayores” de ser obesos en su infancia temprana (1).

Entre las razones por las cuales los niños que tienen alimentación complementaria desde temprana edad aumentan de peso, destaca la alteración de la composición microbacteriana de sus intestinos, repercutiendo en cómo absorben los nutrientes y, por consiguiente, su nivel de adiposidad (2).

Dichas alteraciones podrían deberse, como apunta la Organización Panamericana de la Salud (OPS), al hecho de que los alimentos preparados para lactantes tienen exceso de azúcares libres, grasas saturadas y sodio (3).

Un análisis de El Poder del Consumidor afirma que estos pueden contener entre 3.4 hasta 16.1 gramos de azúcares, además de que de los 12 productos analizados, 11 tenían azúcares añadidos (4) y que en promedio, 52% del contenido de dichos comestibles está conformado por este nutriente.

Aunado a ello, la Procuraduría Federal del Consumidor (Profeco) emitió una alerta acerca de marcas de fórmulas lácteas que añaden azúcares y que pueden incrementar el riesgo de padecer diabetes y obesidad, entre ellas: Enfagrow Premium, Enfamil sin lactosa Premium, Enfamil Premium Promental, Nutramigen Premium con LGG y SMA Comfort Gold (5).

El líder en el mercado de comida para bebés en 2019 fue Nestlé, con sus marcas Nan, Nido, Gerber, Nestum y Cerelac, de acuerdo con Euromonitor.  A este le siguen Mead Johnson con Nutramigen, Enfagrow y Enfamil;  y Abbott Laboratorios con Pediasure. Heinz también figura en el sector en México con su línea de papillas para infantes, de acuerdo con Profeco.

Entre 2009 y 2014, las ventas de este tipo de productos aumentaron en un 20.9%, de acuerdo con datos de la OPS. En el periodo entre 2015 y 2019 se tenía previsto que el aumento en ventas se mantuviera constante.

Finalmente, otra investigación consultada por el Laboratorio de Datos contra la Obesidad concluye que la lactancia materna, la cual se recomienda debe prevalecer como mínimo los primeros 6 meses, tiene entre sus múltiples beneficios, la prevención de obesidad y sobrepeso (6).

Fuentes:

  1. Mannan H. Early Infant Feeding of Formula or Solid Foods and Risk of Childhood Overweight or Obesity in a Socioeconomically Disadvantaged Region of Australia: A Longitudinal Cohort Analysis. Int J Environ Res Public Health. 2018 Aug 7;15(8):1685. doi: 10.3390/ijerph15081685. PMID: 30087304; PMCID: PMC6121544.
  2. Moira K. Differding, Sara E. Benjamin-Neelon, Cathrine Hoyo, Truls Østbye, Noel T. Mueller. Timing of complementary feeding is associated with gut microbiota diversity and composition and short chain fatty acid concentrations over the first year of life. BMC Microbiology, 2020; 20 (1) DOI: 10.1186/s12866-020-01723-9
  3. Organización Panamericana de la Salud, 2019. Alimentos y bebidas ultraprocesados en América Latina.
  4. El Poder del Consumidor. La alimentación industrializada del lactante y el niño pequeño. El nuevo mega negocio.
  5. Revista del Consumidor de junio 2020. Disponible en:
  6. Owen CG, Martin RM, Whincup PH, Smith GD, Cook DG. Effect of infant feeding on the risk of obesity across the life course: a quantitative review of published evidence. Pediatrics. 2005 May;115(5):1367-77. doi: 10.1542/peds.2004-1176. PMID: 15867049.

El sobrepeso y obesidad aumentan el riesgo de desarrollar algún tipo de cáncer

El exceso de tejido adiposo produce cambios a nivel celular que elevan la posibilidad de desarrollar tumores.

Ciudad de México a 18 de noviembre de 2020.- En nuestro país entre el 7% y el 41% de la carga de ciertos cánceres son atribuibles al sobrepeso y la obesidad (1), estos últimos padecimientos vinculados con el consumo excesivo de productos ultraprocesados como papitas, embutidos, productos lácteos, golosinas o snacks dulces y salados.

De acuerdo con estudios consultados por el Laboratorio de Datos contra la Obesidad, el riesgo de morir por cáncer aumenta en personas obesas entre un 50 y 62% (2), al tiempo que se ha identificado que el exceso de masa corporal eleva la probabilidad de contraer de nuevo dicha enfermedad, una vez que este ha remitido.

Son 12 tipos de cáncer los que específicamente se vinculan con la obesidad: boca, faringe y laringe; de esófago (adenocarcinoma); estómago; páncreas; vesícula; hígado; colorrectal; de mama; ovario; endometrio; próstata y riñón. (3)

La evidencia científica revela que los incrementos hormonales que genera la obesidad, así como la inflamación crónica, común en las personas con exceso de tejido adiposo, son las principales razones que explican la correlación entre ambos padecimientos. (4).

Aunado a ello, las hipótesis apuntan a que, en mujeres, los niveles incrementados de estrógeno producidos por el tejido adiposo se relacionan con la aparición de cáncer de mama –en mujeres postmenopáusicas–, de ovario y de endometrio (5).

Otro de los mecanismos que explican el vínculo entre la obesidad y el cáncer es que las células de grasa afectan los procesos que regulan el crecimiento de las células cancerosas (4).

El cáncer y la obesidad en México

Respecto a los factores de riesgo entre los mexicanos el tabaquismo, el alcohol, el sedentarismo, el consumo de alimentos calóricos, las bebidas azucaradas y la falta de ejercicio están relacionados con al menos el 30% de los distintos tipos de cáncer, de acuerdo al Instituto Nacional de Cancerología (6). 

Entre 2010 y 2018 se ha registrado un incremento del 22% en las defunciones anuales vinculadas con los tumores malignos, al pasar de 70 mil 240 a 85 mil 754.

Al mismo tiempo, la incidencia de sobrepeso y obesidad ha aumentado en los últimos años. Poco más del 75% de los mexicanos padecen estas enfermedades, de acuerdo con la Encuesta Nacional de Salud y Nutrición; en 2012, esta cifra era del 71.3 por ciento. 

De acuerdo al INEGI, 3 de cada 10 muertes por cáncer en la población de 30 a 59 años en México se deben a cáncer en órganos digestivos, lo cual sugiere una relación de la dieta con estos padecimientos.

Catorce de cada 100 fallecimientos en el país son resultado del cáncer, el cual se coloca como la tercera causa de muerte en México de acuerdo con el INEGI.

Fuentes:

  1. Revista Médica del IMSS, 2014. Panorama de la Obesidad en México.
  2. Calle EE, Rodriguez C, Walker-Thurmond K, et al: Overweight, obesity, and mortality from cancer in a prospectively studied cohort of U.S. adults. N Engl J Med 348:1625-1638, 2003
  3. World Cancer Research Fund. Body fatness & weight gain.
  4. Stone, T. W., McPherson, M., & Gail Darlington, L. (2018). Obesity and Cancer: Existing and New Hypotheses for a Causal Connection. EBioMedicine, 30, 14–28. https://doi.org/10.1016/j.ebiom.2018.02.022
  5. Graham A Colditz, Lindsay L Peterson, Obesity and Cancer: Evidence, Impact, and Future Directions, Clinical Chemistry, Volume 64, Issue 1, 1 January 2018, Pages 154–162, https://doi.org/10.1373/clinchem.2017.277376
  6. Secretaría de Salud, 2017. Cáncer, tercera causa de muerte en México.

Embutidos y carnes procesadas entre favoritos de los mexicanos

  •  La ingesta excesiva de estos productos ultraprocesados afecta la salud.

Ciudad de México a 15 de noviembre de 2020.-  El consumo excesivo de carne procesada y embutidos ha sido catalogado como potencialmente perjudicial por la Organización Mundial de la Salud. Aún así, en México se consumen 8.4 kilos de estos alimentos al año por persona, de acuerdo con cifras del Consejo Mexicano de la Carne (Comecarne) (1).

Estudios consultados por el Laboratorio de Datos contra la Obesidad (LabDO) indican que la ingesta desmedida de carnes procesadas ha sido asociada con un incremento del 30% en la incidencia de enfermedades cardiovasculares y también con una mortalidad mayor por cáncer (2).

Lo anterior se explica por la presencia incrementada de sodio en dichos alimentos, ya que el exceso de este nutriente tiene efectos en la presión sanguínea, lo cual coloca a las personas en mayor riesgo de desarrollar padecimientos.

Aunado a ello, el consumo de este tipo de carnes está vinculado con el aumento de peso y el desarrollo de diabetes.

Un estudio concluyó que los individuos que tenían como parte de su dieta cualquier tipo de embutido mostraban 38% más de probabilidades de padecer esta afección, lo cual, de acuerdo a los investigadores, se explica por el aumento de peso que provocan las carnes procesadas (3).

El Laboratorio de la Procuraduría Federal del Consumidor, por su parte, ha advertido de la presencia excesiva de nutrientes críticos como el sodio en los embutidos y cárnicos procesados a la venta en el país.

De hecho, en México, los embutidos y carnes procesadas son de los mayores contribuidores a la ingesta excesiva de sodio en el país, al aportar 8% de este nutriente en la dieta (4).

Cien gramos de salchicha, por ejemplo, pueden contener entre 595.6 y 1014.6 miligramos de sodio (5), lo cual equivale a entre el 29.78% y el 50.73% de la ingesta diaria de dicho nutriente recomendada por la Organización Mundial de la Salud, que es de no más de 2000 miligramos.

De igual forma, el jamón puede contener hasta 1130 miligramos de sodio en 100 gramos de producto, y es una fuente de grasas y grasas saturadas, por lo que su consumo debe ser moderado.

El mercado de las carnes procesadas en México

Según datos de Euromonitor Internacional, en 2019 el líder en el mercado de cárnicos procesados en México fue Sigma Alimentos, quien cuenta entre su portafolio a Fud y San Rafael. Le siguen Grupo Bafar, dueño de las marcas Sabori, Parma y Campestre, y Xignux, quien es propietario de Zwan, Kir y Alpino.

De acuerdo con el Comecarne, la salchicha es el embutido más consumido en el país, seguida por el jamón, el chorizo y la mortadela (6).

La ingesta de este tipo de productos va en aumento en el país, pues de 2016 a 2018 pasó de 903 a 960 toneladas métricas. En el periodo de 2013 a 2018, el crecimiento del sector fue de un 49.2 por ciento, lo que se tradujo en ventas por mil 668 millones de dólares en 2018 (7).

Fuentes:

  1. Comecarne, 2017. Compendio estadístico.
  2. Micha, R., Michas, G., Lajous, M. et al. Processing of meats and cardiovascular risk: time to focus on preservatives. BMC Med 11, 136 (2013). https://doi.org/10.1186/1741-7015-11-136
  3. Vang A, Singh PN, Lee JW, Haddad EH, Brinegar CH. Meats, processed meats, obesity, weight gain and occurrence of diabetes among adults: findings from Adventist Health Studies. Ann Nutr Metab. 2008;52(2):96-104. doi: 10.1159/000121365. Epub 2008 Mar 18. Erratum in: Ann Nutr Metab. 2010;56(3):232. PMID: 18349528.
  4. Colin-Ramirez E, Espinosa-Cuevas Á, Miranda-Alatriste PV, Tovar-Villegas VI, Arcand J, Correa-Rotter R. Food Sources of Sodium Intake in an Adult Mexican Population: A Sub-Analysis of the SALMEX Study. Nutrients. 2017;9(8):810. Published 2017 Jul 27. doi:10.3390/nu9080810
  5. Profeco. Revista del Consumidor agosto 2020.
  6. ANTAD, 2018. Aumentan mexicanos su consumo de embutidos.
  7. Goula, 2019. Consumo de embutidos en México a la baja en 2023.

No estigmatizar a personas e industrias para combatir el sobrepeso y la obesidad

  • La condición de salud y apariencia física de una persona no debe ser motivo para conductas discriminatorias

Ciudad de México a 11 de noviembre del 2020.- En México, 3 de cada 4 personas adultas tienen sobrepeso u obesidad. El 35.6% de la población de 5 a 11 años tiene estos padecimientos. De igual forma, 10.3% de los mexicanos padece diabetes y el 18.4%, hipertensión.

Y en ese ese escenario, estudios consultados por el Laboratorio de Datos contra la Obesidad (LabDO) indican que las personas que padecen sobrepeso y obesidad son señaladas, en muchas ocasiones, como las únicas responsables de su condición, por lo que sufren estigmatización y discriminación y en algunos casos sus oportunidades sociales, laborales o educativas se ven disminuidas (1).

Investigaciones realizadas en Estados Unidos indican que las personas con obesidad enfrentan prejuicios comparables con los de raza, situación especialmente cierta en mujeres.

Estas actitudes colocan especial carga sicológica en ellas, lo cual provoca el desarrollo de tendencias depresivas y lleva a tener problemas incluso a la hora de conseguir un empleo, en el entorno escolar o en las relaciones sociales (2).

Asimismo y de manera frecuente las niñas y los niños enfrentan discriminación y estigmatización por su peso desde temprana edad. Esto repercute de manera negativa en la calidad de vida de quienes la padecen, toda vez que la discriminación por el peso afecta de forma directa en la socialización, el bajo rendimiento escolar y produce baja autoestima, depresión y ansiedad, entre otros padecimientos mentales (3).

El artículo 1º de nuestra Carta Magna señala que “queda prohibida toda discriminación motivada por origen étnico o nacional, el género, la edad, las capacidades diferentes, la condición social, las condiciones de salud, la religión, las opiniones, las preferencias, el estado civil o cualquier otra que atente contra la dignidad humana y tenga por objeto anular o menoscabar los derechos y libertades de las personas”.

La Ley General de los Derechos de Niños, Niñas y Adolescentes es enfática al señalar que ellos “tienen derecho a no ser sujetos de discriminación alguna ni de limitación o restricción de sus derechos, en razón de su origen étnico, nacional o social, idioma o lengua, edad, género, preferencia sexual, estado civil, religión, opinión, condición económica, circunstancias de nacimiento, discapacidad o estado de salud o cualquier otra condición atribuible a ellos mismos o a su madre, padre, tutor o persona que los tenga bajo guarda y custodia, o a otros miembros de su familia.”

Por su parte, la Ley General para la igualdad entre mujeres y hombres establece que “La igualdad entre mujeres y hombres implica la eliminación de toda forma de discriminación en cualquiera de los ámbitos de la vida, que se genere por pertenecer a cualquier sexo”.

En cuanto a las causas de la obesidad, la Organización Mundial de la Salud (OMS) ha sido consistente en afirmar que esta es resultado de un conjunto de factores como el decremento de la actividad física, la naturaleza sedentaria de la vida moderna, así como un desbalance en las calorías consumidas y gastadas.

A estas circunstancias, señala la máxima autoridad mundial en materia de salud, hay que sumar aspectos genéticos que influyen en el cómo y cuándo se desarrollan estos padecimientos, por lo que se sugiere una compleja interacción entre el comportamiento, los hábitos, el ambiente y la herencia (4). Panorama que da por descontado que los responsables sean las personas en lo particular o alguna industria en específico.

Por todo ello, la pandemia de sobrepeso y obesidad que enfrenta el país debe ser reconocida como una enfermedad multifactorial, cuya solución implica acciones asertivas a distintos niveles.

La OMS,  la Organización Panamericana de la Salud y la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y Agricultura, así como organizaciones de la sociedad civil, de la academia y expertos en nutrición, recomiendan que las acciones emprendidas, enmarcadas en diversas políticas públicas, estrategias de difusión o comunicación, estén apegadas al respeto a los derechos humanos de las personas y a los prinicipios de igualdad y no discriminación.

Fuentes:

  1. Puhl RM, Heuer CA. The stigma of obesity: a review and update. Obesity (Silver Spring). 2009;17(5):941–964.
  2. Agrawal, Praween et al. “The Psychosocial Factors Related to Obesity: A Study Among Overweight, Obese, and Morbidly Obese Women in India.” Women & health vol. 55,6 (2015): 623-45. doi:10.1080/03630242.2015.1039180
  3. Losada AV, Rijavec MIMI. Consecuencias psicológicas en niños con obesidad producto de la estigmatización social. Revista Neuronum. 2017; 3(2): p. 46-65.
  4. Thaker, Vidhu V. Genetic and Epigenetic Causes for Obesity.  Adolescent medicine: state of the art reviews vol. 28,2 (2017): 379-405.

Rebasan helados límites de grasas, grasas saturadas y azúcares

  • Al ser productos ultraprocesados energéticamente densos su ingesta debe ser limitada.

Ciudad de México a 8 de noviembre del 2020.- Los helados son productos ultraprocesados que contienen exceso de azúcares libres, grasas totales y grasas saturadas, por lo que su consumo en exceso puede desbalancear las dietas y provocar afectaciones cardiovasculares, incrementar los niveles de colesterol en la sangre y contribuir al desarrollo de sobrepeso y obesidad.

Euromonitor Internacional apunta que el mercado nacional está dominado por Unilever, con sus marcas Holanda, Magnum y Cornetto, y es seguido por Grupo Herdez, que cuenta entre su portafolio a Nestlé.

De acuerdo con datos de la Organización Panamericana de la Salud (OPS), estos postres aportan entre el 2 y 4% de la energía total proveniente de alimentos ultraprocesados en la dieta, por lo que se puede decir que son productos energéticamente densos (1).

También proporcionan el 4% de la grasa total y el 5% de las grasas saturadas provenientes de productos ultraprocesados, con todo y que en México solo se consumen 3 litros por persona anualmente de congeladas, helados y paletas (2).

Aunque su consumo en México es menor que en otros países, un estudio de la Procuraduría Federal del Consumidor sobre el aporte calórico de los helados en México (3) concluyó que, por cada 100 gramos de producto, se consumen entre 114 y 273 calorías, dependiendo de la marca.

En una porción como esta, se estaría consumiendo entre el 5.7% al 13.65% de la energía diaria recomendada por la Organización Mundial de la Salud, por lo que expertos sugieren que su ingesta debe limitarse.

Además, estos postres son ricos en carbohidratos, los cuales se almacenan en el cuerpo en forma de grasa. La mayor parte de estos vienen de la sacarosa y su contenido, dependiendo de la marca, varía entre los 5.3 a 20.7 gramos por cada porción de 100 gramos.

Por ejemplo, un Helado Nestlé Classic con trozos de fresa aporta 22.7 gramos de azúcar por porción. Si tomamos en cuenta que la OMS recomienda ingerir no más de 25 gramos de azúcar en el caso de adultos con peso promedio, en una porción de este helado se consumiría poco más del 90% de la ingesta diaria recomendada del mencionado nutriente.

El helado en números

Siete de cada 10 hogares en México compran helados, paletas o congeladas, de acuerdo con datos de la consultora Kantar Worldpanel. En primavera el consumo de este postre se incrementa un 48 por ciento (2).

Estos postres fríos representan el 4% del gasto anual de una familia mexicana en productos de consumo; en ellos se invierten 132 pesos anuales y se compran 4.7 veces al año.

Los sabores preferidos en el país son el napolitano, seguido por el de vainilla, chocolate, fresa y Cookies & Cream, aunque si de nieves se trata, el favorito es el de sabor limón.

En el noreste del país viven las personas amantes de los postres fríos, quienes compran 5.1 litros al año de helados, paletas y congeladas, gastando hasta 166 pesos anuales en estos postres ultraprocesados.

Entre 2009 y 2014, las ventas a nivel Latinoamérica de los helados crecieron un 24.7 por ciento. Esta tendencia se mantuvo entre 2015 y 2019, periodo en el que los helados registraron un crecimiento rápido en la región, según lo informado por la OPS.

De acuerdo con cifras de la Feria Internacional del Helado, la industria de los helados tiene un valor de 900 millones de dólares anuales en México, con un crecimiento anual del 4.5 por ciento. (4)

Fuentes:

  1. OPS, 2019. Alimentos y bebidas ultraprocesados en Latinoamérica.
  2. Kantar Worldpanel, 2017. Helado frío de los hogares mexicanos.
  3. Revista del Consumidor 2014. Estudio de calidad de los helados.
  4. Forbes, 2020. La industria del helado se dice sin opción para ajustarse al nuevo etiquetado.

Exceden quesos y mantequillas grasas saturadas; a pesar de ello, la industria de lácteos crece

Estos productos podrían traer consecuencias nocivas para la dieta, si se consumen en exceso.

Ciudad de México a 4 de noviembre de 2020 .- Grupo Lala es uno de los más importantes en términos de alimentos ultraprocesados en el país. Sus ventas en el primer trimestre de 2020 se incrementaron en un 3.7% y alcanzaron los 19 mil 405 millones de pesos. Sin embargo, el consumo excesivo de los productos lácteos y en especial de quesos y mantequillas, puede afectar la salud, ya que contienen altos índices de grasas, grasas saturadas, así como sal y colesterol.

Hasta diciembre de 2019, la elaboración de derivados lácteos alcanzó un volumen de un millón 198 mil toneladas en el país y un valor de 57 mil 937 millones de pesos. La industria de los quesos produjo un valor de mercado de 25 mil 553 millones de pesos (1).  Las principales variedades de estos consumidos son el fresco, el doble crema, el amarillo, el panela y el chihuahua.

De acuerdo con el Brand Footprint 2020 de la consultora Kantar Worldpanel, las principales marcas en el sector de lácteos son Lala, seguida de Alpura. Ambas han mantenido comportamientos positivos en el mercado; Alpura creció en su presencia en el canal de abarrotes un 14.5% en 2019.

No obstante el crecimiento de la industria, la presencia de grasas en la dieta de los mexicanos constituye un problema para la salud. La Organización Mundial de la Salud ha sido enfática al decir que se debe limitar el consumo de grasas totales a menos del 30% de la energía diaria, con una recomendación específica de reducir las grasas saturadas a menos del 10% de la energía consumida. Estos parámetros no son acatados en el país.

Estudios consultados por el Laboratorio de Datos contra la Obesidad (LabDO), indican que más del 50% de todos los mexicanos consumen grasas saturadas de manera excesiva (2). Lo anterior es especialmente cierto en individuos que viven en zonas urbanas, en contraste con poblaciones rurales, y en estratos socioeconómicos altos.

Las grasas saturadas no solo están relacionadas con el aumento de peso en las personas, sino que también inciden en el desarrollo de enfermedades cardiovasculares.

De hecho, el Comité Científico de Asesoría en Nutrición del Reino Unido concluyó que una reducción en el consumo de estos nutrientes tendría beneficios en la salud, ya que la ingesta excesiva de ellos puede producir eventos cardiovasculares que disminuyen la calidad de vida de las personas, aunque no aumentan la mortalidad por estos padecimientos (3).

En este sentido, las grasas y aceites proveen el 14.4% de las calorías por grupo alimentario en Latinoamérica y el Caribe (4).

Tan solo la mantequilla, perteneciente a esta categoría, contiene un 58% de grasas saturadas (5). Al respecto la Revista del Consumidor, en un análisis de junio de 2020, refiere que éstas pueden ser entre 81% al 100% grasa y deben contener más de 80% de este nutriente en su composición para denominarse como tal.

En lo que se refiere a las mantequillas “reducidas en grasas”, el contenido no debe exceder del 65 por ciento. En el estudio se comprobó que ninguna de las cuatro mantequillas analizadas cumplía con este requisito, (6) lo cual constituye un problema al no dar alternativas más sanas al consumidor. 

Por su parte, la Asociación Americana del Corazón (AHA por sus siglas en inglés) recomienda que personas que padezcan dislipidemias –alto colesterol en la sangre– no consuman más del 5 o el 6% de su ingesta calórica a través de grasas saturadas. En una dieta de 2,000 calorías, esto equivale a entre 11 o 13 gramos de estos nutrientes.  Por sus características nutrimentales, en tan solo 25 gramos de mantequilla, una persona estaría consumiendo 12.75 gramos de grasas saturadas.

Respecto a los productos ultraprocesados que más grasas saturadas contienen, la Organización Panamericana de la Salud señala a los quesos industrializados, además de contener sodio y grasas totales.

En Latinoamérica, estos alimentos proveen el 2% de grasas totales y el 3% de las grasas saturadas presentes en la dieta por alimentos ultraprocesados.

Así, en 30 gramos de quesos industriales se estaría consumiendo el 7% de las calorías diarias recomendadas (7). Datos de la Revista del Consumidor advierten que el queso panela, uno de los más consumidos en México, puede variar en su contenido energético entre las 222 kcal, correspondientes a la marca Santa Clara, y las 333 kilocalorías en la marca Chen, por cada 100 gramos.

Lo anterior significa que en cada porción de este producto, considerado como de los quesos más sanos, se consume entre el 11.1% y el 16.65% de las calorías diarias recomendadas por la OMS. Los que tienen mayor contenido de grasas en esta categoría son de las marcas Chen, Ixtacalco y  Diane (8).

A este  panorama, se suma que en México algunos quesos sustituyen la grasa butírica por grasas vegetales, lo cual no es benéfico para la salud, ya que estas, en su producción industrial, generan un alto contenido de grasas trans, cuyo consumo en exceso podría causar daños en la salud cardiovascular. Se estima que unas 500 mil muertes en el mundo son causadas por el consumo de este tipo de grasas, que producen cardiopatías coronarias (9).

De acuerdo con la Encuesta Nacional de Salud y Nutrición, 19.5% de la población tiene colesterol alto. En 2012, este porcentaje era de 13%, por lo que en solo seis años se ha incrementado en 6.5 puntos porcentuales. Igualmente, en 2018, la primera causa de muerte en el país fueron las enfermedades cardiovasculares, las cuales cobraron la vida de más de 149 mil mexicanos.

Fuentes: 

  1. SIAP; 2020. Panorama de la lechería en México.
  2. Nancy López-Olmedo,et al. “Usual Intake of Added Sugars and Saturated Fats Is High while Dietary Fiber Is Low in the Mexican Population”, The Journal of Nutrition, Volume 146,Issue 9, September 2016, Pages 1856S–1865S, https://doi.org/10.3945/jn.115.218214
  3. SACN, 2019. Reporte sobre grasas saturadas y salud.
  4. FAO, 2019. Panorama para la Salud alimentaria y nutricional en América Latina y el Caribe.
  5. Ministerio de Salud de Costa Rica. Guías alimentarias para la educación nutricional.
  6. PROFECO, 2020. Revista del consumidor de junio 2020.
  7. British Heart Foundation. 7 hechos sobre el queso que te sorprenderán.
  8. PROFECO, 2011, Revista del Consumidor julio 2011.
  9. CIAD, 2020. QUESOS INDUSTRIALIZADOS EN MÉXICO: ¿ALIMENTOS SEGUROS PARA SU CONSUMO?

Nueve de cada 10 mexicanos consume sodio en exceso

  • El 99% de los productos ultraprocesados lo contienen y el 63% rebasa lo recomendado por especialistas.

Ciudad de México a 28 de octubre de 2020.-  Aunque el sodio es un nutriente necesario para el correcto funcionamiento del organismo, se ha documentado que la presencia excesiva de este en la dieta se relaciona con enfermedades como la hipertensión y un riesgo incrementado de padecimientos cardiovasculares.

A pesar de ello, en México no se cumplen con las recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud OMS en cuanto a su ingesta, lo cual ha derivado en un problema de salud pública.

De acuerdo con estudios consultados por el Laboratorio de Datos contra la Obesidad (LabDO) el 90% de la población ingiere este nutriente de manera excesiva (1) con un consumo promedio de 3.49 gramos al día, mucho más que los 2 gramos diarios que la OMS establece como tope en sus recomendaciones.

Aún cuando en el imaginario colectivo la sal de mesa se identifica como la principal responsable, ésta sólo representa alrededor del 10% de la ingesta de sodio, siendo los alimentos ultraprocesados el verdadero problema al significar el 77% de la sal que se consume. (2)

Y es que el sodio es agregado a la mayoría de los alimentos ultraprocesados, ya sea como conservador o como saborizante. De acuerdo a la Organización Panamericana de la Salud  el 99% de los productos industrializados lo incluyen y el 63% de ellos lo hacen en exceso.

Los productos que más lo contienen son las salsas y aderezos, responsables del 50% del sodio presente en los ultraprocesados,  las galletas (11%), panes industriales (6%), margarinas y aceites para untar (5%)  así como los snacks dulces y salados (5%).

En el caso de México, la mayor parte del sodio es aportado por los panes, tanto dulces como salados, que representan el 16% de la ingesta de éste. Después de estos productos siguen las carnes procesadas, que aportan el 8% y los quesos el 5% (3).

Un ejemplo de ello es es el pan de caja, el cual de acuerdo con Procuraduría Federal del Consumidor, puede variar en su contenido de sodio entre 108 hasta 440 miligramos en tan solo dos rebanadas, lo cual representa entre el 5.4 y 22% de la ingesta diaria recomendada por la OMS (2).

En lo que respecta a las carnes procesadas y embutidos, la Profeco advierte que por sus agentes y proceso de curado estás exceden su contenido de sal. Cien gramos de salchicha, por ejemplo, pueden contener entre 595.6 y 1014.6 miligramos de sodio (4).

Las salsas y condimentos, por su parte, aportan en promedio el 13% de este nutriente crítico a la dieta de los mexicanos.

En el caso de los productos no procesados, las principales fuentes de sal son las sopas, cremas y caldos de pasta, pollo, res o verduras que contribuyen un total del 12% de sodio en la dieta, seguidas de las carnes de puerco y res (5.9%) (5)

Cabe resaltar que la hipertensión arterial, causada en gran medida por una dieta inadecuada, es un padecimiento que va en aumento en el país. El 18.4% de los mexicanos la tienen, de acuerdo con la Encuesta Nacional de Salud y Nutrición (Ensanut 2018).  Esto representa un aumento de 1.8% a comparación del 2012, año en el que el 16.6% de la población presentaba este diagnóstico.

Fuentes: 

  1. Vega-Vega O,et al. Contemporary Dietary Intake: Too Much Sodium, Not Enough Potassium, yet Sufficient Iodine: The SALMEX Cohort Results. Nutrients. 2018 Jun 25;10(7):816. doi: 10.3390/nu10070816. PMID: 29941792; PMCID: PMC6073158.
  2. Laboratorio Profeco 2013. Te echan la sal y tu ni en cuenta.
  3. Colin-Ramirez E, Espinosa-Cuevas Á, Miranda-Alatriste PV, Tovar-Villegas VI, Arcand J, Correa-Rotter R. Food Sources of Sodium Intake in an Adult Mexican Population: A Sub-Analysis of the SALMEX Study. Nutrients. 2017;9(8):810. Published 2017 Jul 27. doi:10.3390/nu9080810
  4. Profeco. Revista del Consumidor agosto 2020.
  5. INSP 2014 Fuentes dietéticas que aportan mayor contenido de sodio a la dieta de los adultos mexicanos y patrones asociados: análisis de la ENSANUT 2012.

Industria mexicana de pan industrializado es de las más importantes del mundo

  • El exceso en el consumo de estos productos causa daños en la salud

Ciudad de México a 25 de octubre de 2020 .- México se ha distinguido por ser un país afín al consumo de panes y pastelillos industrializados, lo cual puede estar relacionado con los malos hábitos alimenticios que han hecho que los índices de obesidad y sobrepeso no dejen de aumentar y que más del 75% de la población sufra de estas enfermedades. 

De acuerdo con un estudio consultado por el LabDO, Laboratorio de Datos contra la Obesidad, el país ocupaba, en 2013, el primer lugar mundial en consumo de pasteles y postres, al ingerir 19.9 kilogramos al año de estos productos (1).

Estos son especialmente populares como parte del desayuno, snack o colación, y son sobre todo los niños y adolescentes los que los prefieren.  El 33.1% de la población consume pan dulce o pastelillos empaquetados en su primera comida.  Los más socorridos son las Donas Bimbo (15.5%), los Panqués de la misma marca (11.8%) y las Mantecadas, también de Bimbo (10.9%) (2) . 

El problema es que estos productos aportan calorías vacías y son, en general, muy altos en grasas y azúcares. Un estudio del Laboratorio de la Procuraduría Federal del Consumidor informa que los pastelitos dulces empacados contienen entre 117 a 232 calorías por porción y aportan entre 11.6 a 21.6 gramos de azúcar (1) . 

Por ejemplo, productos como los Submarinos Marinela, que el 0.9% de los mexicanos consume en el desayuno, contenían 146 miligramos de sodio al momento del estudio. Si se consumiera el paquete completo, de tres pastelitos, ingresarían 438 mg de sodio al organismo, o lo que es lo mismo, el 21.9% de la ingesta diaria de sodio recomendada por la Organización Mundial de la Salud (OMS).   

Un Gansito, también de Marinela, consumido por el 2.3% de la población en el desayuno,  contenía 21.6 gramos de azúcar, es decir, el 86.4% de los azúcares diarios recomendados por la OMS. 

Grupo Bimbo, con su marcas Wonder, Marinela y Tía Rosa se mantiene en el primer lugar del mercado nacional de panes.

A pesar de que la oferta de la industria panificadora consta de productos que no son saludables en grandes cantidades, México es el octavo mercado mundial para estos productos, y el segundo más grande de América Latina. Las ventas del sector ascendieron a 17 mil 600 millones de dólares en 2016, de acuerdo con datos de Euromonitor Internacional.

El sector es tan sobresaliente que la manufactura panadera mexicana dio cuenta del 4% de las ventas mundiales de pan.  Cifras consultadas por LabDO indican que de 2012 a 2016 esta creció a un ritmo de 3.3% anual. (3).


Para poner lo anterior en perspectiva basta con decir que, el sector panadero representó en 2018 el 0.5% del Producto Interno Bruto (4). La industria panificadora y su cadena productiva alcanza un valor estimado de 120 mil millones de pesos y genera 1 millón 600 mil puestos de trabajo (según cifras de 2018), lo cual la convierte en uno de los segmentos más relevantes del sector alimenticio en México (5) 

En el país, la oferta de productos panificados industriales es liderada por Grupo Bimbo, quien se ha mantenido como el número uno en este mercado, con sus marcas Bimbo y Wonder en pan de caja y Tía Rosa y Marinela en pan dulce. 

De acuerdo con datos de este corporativo, sus ventas netas en 2019 alcanzaron los 291 mil 926 millones de pesos, un crecimiento del 2.5% más que el año anterior. Específicamente en México, que representa el 33% de sus ventas, el mejor desempeño estuvo en los canales de bollería, galletas y pasteles (6). 

No obstante, hay que tener en cuenta que este conglomerado cada vez enfrenta mayor competencia por parte de los panes no industrializados. Las panaderías tradicionales pasaron de ocupar una participación de mercado del 36.5% en 2007 a una del 46.8% en 2017, de acuerdo con el índice de manufactura del INEGI reportado por El Financiero. 

Cabe resaltar que a nivel mundial, el sector de panes industriales representa el 22% de las ventas de productos alimenticios empacados, con un valor de 456 mil 800 millones de dólares en 2016. A pesar de la madurez de la industria, esta sigue viendo un comportamiento dinámico, con un crecimiento anual de 4.2% entre 2012 y 2016 (3).

Fuentes: 

  1. Laboratorio Profeco 2013. Una dulce y (densa) tentación.
  2. Profeco. Encuesta sobre el consumo de pan dulce de harina de trigo, 2017.
  3. Gobierno de Canadá. Análisis del sector de la industria panificadora en México.
  4. Goula 2020. Así enfrenta la industria de la panificación los desafíos de la NOM 051.
  5. Mexipan. La industria panificadora es líder en el sector alimenticio en México.
  6. Grupo Bimbo 2020. Reporte de resultados.

Falta de acceso a agua potable abona al sobrepeso y obesidad

  • Se orilla a sustituir ese líquido vital

Ciudad de México a 21 de octubre de 2020.-  Las consecuencias sanitarias, económicas y sociales que trae consigo la falta de acceso al agua potable son diversas; entre ellas se encuentra el reemplazo del consumo del líquido vital por otro tipo de bebidas que afectan la salud, favoreciendo la obesidad y sobrepeso.

Lo anterior, fue identificado por el Laboratorio de Datos contra la Obesidad (LabDO) a partir de la revisión de diversos estudios e investigaciones.

De acuerdo a la UNICEF, más de 2 mil 200 millones de personas en el mundo no tienen servicios seguros de agua potable aún cuando los esfuerzos a nivel global han buscado reducir esta desigualdad.

En México el problema toma sus propias dimensiones. De acuerdo con cifras del Consejo Consultivo del Agua, la cobertura nacional de agua potable es de 91.6%, pero esta cifra desciende a 78.8% en comunidades rurales (1).

Y es que a pesar de que el 92% de la población tiene, oficialmente, acceso a servicios públicos de agua potable, cuando se considera la calidad del líquido, este porcentaje disminuye “dramáticamente”.

En 2015, 2 millones 326 mil 473 hogares en el territorio no contaron con una dotación de agua. Los estados con menor disponibilidad fueron Guerrero, Oaxaca, Veracruz y Chiapas (2).

Son estas mismas entidades en donde a lo largo de los últimos años el consumo de otras bebidas se ha disparado y ello ha traído consigo consecuencias específicas en el deterioro de la salud.

Un ejemplo es Chiapas, región del país donde la falta de acceso al agua potable se conjunta con costumbres sociales y religiosas, lo que la ha llevado a ser la entidad en donde más se consumen otras bebidas (3).  Desde 2000, la incidencia de diabetes en la entidad se incrementó en casi 224%, al pasar de 114.69 casos por cada 100 mil habitantes a 256.85 (4).

A falta de agua…

De acuerdo con cifras de la Universidad Nacional Autónoma de México, en todo el país el gasto en agua embotellada es de cerca de 45 mil millones de pesos (5).

Para poner lo dicho en perspectiva, basta con decir que el presupuesto para 2020 de la Comisión Nacional del Agua fue de 22 mil 985 millones de pesos, es decir, poco más de la mitad de lo que los mexicanos deben gastar en agua embotellada (6).

Aunado a ello está el alto costo de rehabilitar las tuberías para garantizar el servicio. Un ejemplo de ello es el caso de la Ciudad de México, en el que se requeriría 90 mil millones de pesos para rehabilitar sus 12 mil kilómetros (5). Esta situación se agrava en zonas rurales o de difícil acceso. Por todo ello, para muchos mexicanos optar por el agua potable a otras bebidas es difícil.

Estudios consultados por el LabDO indican que beber agua simple, en oposición de otras bebidas calóricas, reduce la densidad energética de las dietas y contribuye al mantenimiento de una masa corporal sana (7).

En ese mismo sentido, otros estudios apuntan a que proveer y promover el consumo de agua natural entre niñas y niños, podría reducir de manera efectiva el riesgo de padecer obesidad . Asimismo contribuye a la pérdida de peso en la población infantil con esta enfermedad (8).

¿Qué se ha hecho en otros países?

En ciudades como Paris, Francia, la calidad y disponibilidad del agua potable está asegurada para sus ciudadanos. Eau de Paris, la administradora del sistema de aguas de la capital francesa, ha implementado un programa para asegurar que el 100% de la población acceda a este líquido de manera gratuita, a través de un sistema de bebederos públicos y de la dotación confiable en los hogares.

En 2019, el presupuesto de inversión de Eau de Paris fue de 99.2 millones de euros, es decir, 2 mil 472 millones de pesos solo en inversión para el sistema hídrico de esa región (9).

Por su parte, el Sistema de Aguas de la Ciudad de México dedicó, el mismo año, a programas de inversión 5 mil 977 millones de pesos, un gasto histórico, para abastecer de agua a la capital mexicana (10). Si dividimos ambas cifras por número de habitantes, la capital europea está destinando alrededor del equivalente de mil 120 pesos por persona a proyectos hídricos; en tanto la Ciudad de México destina poco más de la mitad, 678 pesos por habitante.

De igual manera, la Unión Europea y sus países miembros se han comprometido a garantizar el acceso al agua potable de manera justa y segura, adhiriéndose al Protocolo sobre el agua y la salud de la Comisión Económica para Europa de las Naciones Unidas y la Oficina Regional de la OMS para Europa. Desde 2011, dicho protocolo ha desarrollado herramientas para ayudar a los países a conseguir esta meta.

Una de estas es la Equitable Access Score-card (Puntaje de acceso equitativo), que apoya a gobiernos para establecer medidas de referencia en cuanto a la equidad en el acceso al agua. Ya se ha aplicado en 11 países, entre los que se cuentan a Francia, Hungría, Portugal, Serbia, España y Ucrania (11).

Fuentes: 

  1. Consejo Consultivo del Agua, AC, 2018. Diagnósticos del agua.
  2. Consejo Consultivo del Agua, AC. 2018 Agua: potabilidad, disponibilidad y uso en México.
  3. Page Pliego, J 2019. Dulce exterminio: refresco y cerveza como causa desencadenante y complicaciones de la diabetes en mayas de Chiapas, México
  4. Secretaría de Salud. Anuario de Morbilidad 1984-2019.
  5. Gaceta UNAM 2019. Capitalinos gastan cuatro mil mdp en agua embotellada al año.
  6. SEMARNAT. Presupuesto asignado por área administrativa.
  7. Milla-Tobarra, Marta,et al. (2016). The association between water intake, body composition and cardiometabolic factors among children: the Cuenca study. Nutrición Hospitalaria, 33(Supl. 3), 19-26. https://dx.doi.org/10.20960/nh.312
  8. Dubnov-Raz G, Constantini NW, Yariv H, Nice S, Shapira N. Influence of water drinking on resting energy expenditure in overweight children. Int J Obes 2011;35(10):1295-300. 
  9. Eau de Paris. Presupuesto 2019.
  10. SACMEX. Programa de obras 2019.
  11. UNWater. Informe Mundial de las Naciones Unidas sobre el Desarrollo de los Recursos Hídricos 2019: No dejar a nadie atrás.

Consumo excesivo de bebidas azucaradas deteriora la salud

  • En México una persona consume un promedio de 163 litros al año; 405 muertes por cada millón de adultos están relacionadas a la sobreingesta de estos productos.  

Ciudad de México a 18 de octubre de 2020 .– El consumo excesivo de bebidas azucaradas en la dieta ha creado un problema de salud pública en México. De acuerdo con estudios consultados por el Laboratorio de Datos contra la Obesidad (LabDO), nuestro país ocupa el primer lugar a nivel global en consumo de estas bebidas, con un promedio de 163 litros por persona al año (1).

Las bebidas azucaradas son todas aquellas que contienen edulcorantes o endulzantes agregados, tales como los refrescos, jugos, tés dulces o las bebidas energizantes.

Respecto a las consecuencias que conlleva esta sobreingesta, una investigación arrojó que, de entre los 20 países más poblados del mundo, México también encabeza la lista de mayor número de muertes atribuibles al consumo de bebidas azucaradas, con 405 muertes por millón de adultos en el país (2). 

Además de estar relacionadas con el desarrollo de enfermedades como síndrome metabólico e hipertensión, mención especial merece la diabetes. De acuerdo al Instituto Nacional de Salud Pública, los consumidores de este tipo de bebidas ultraprocesadas corren entre 26% y 31% más riesgo de padecerla que aquellos que no lo hacen (3).

Cabe resaltar que la incidencia de esta enfermedad en el país va en aumento. La Encuesta Nacional de Salud y Nutrición 2018 señaló que poco más del 10% de la población adulta del país tiene diabetes. Desde el 2012, esta cifra aumentó en 1.1%, lo que equivale a 2.2 millones de personas más que la padecen.

El exceso en el consumo de estas bebidas está asociado a un mayor riesgo de padecer obesidad y sobrepeso, derivado de un desbalance energético entre las calorías que entran al organismo y las gastadas (3).

Las enfermedades crónicas relacionadas con los niveles de adiposidad causan más de 17 millones de muertes a nivel global cada año (4). En México, de acuerdo con datos del Instituto Nacional de Geografía y Estadística, la primera y segunda causas de muerte son las enfermedades cardiovasculares y la diabetes, las cuales están relacionadas con la dieta.

La Organización Panamericana de la Salud ha señalado que la mitad de los azúcares libres consumidos en Latinoamérica corresponde a las bebidas gaseosas, aunque una quinta parte puede ser atribuida a otros jugos y bebidas azucaradas.

En el país el consumo de bebidas endulzadas comienza desde muy temprana edad. El 74.1% de la población en edad preescolar lo hace cotidianamente. Al llegar a la edad adulta, este porcentaje llega al 85.3 por ciento (5).

Fuentes: 

  1. Théodore, Florence L., Ilian Blanco–García, Clara Juárez–Ramírez. «¿Por qué tomamos tanto refresco en México? Una aproximación desde la interdisciplina.» Interdisciplina 7, n° 19 (septiembre–diciembre 2019): 19-45. doi: http://dx.doi.org/10.22201/ceiich.24485705e.2019.19.70286
  2. Estimated Global, Regional, and National Disease Burdens Related to Sugar-Sweetened Beverage Consumption in 2010.
  3. INSP. Consumo de refrescos, bebidas azucaradas y el riesgo de obesidad y diabetes.
  4. Lozano R, et al.Global and regional mortality from 235 causes of death for 20 age groups in 1990 and 2010: a systematic analysis for the Global Burden of Disease Study 2010.Lancet. 2012; 380:2095–2128. doi: 10.1016/S0140-6736(12)61728-0.
  5. Gaona-Pineda EB, Martínez-Tapia B, Arango-Angarita A, Valenzuela-Bravo D, Gómez-Acosta LM, Shamah-Levy T, Rodríguez-Ramírez S. Consumo de grupos de alimentos y factores sociodemográficos en población mexicana. Salud Pública Mex 2018;60:272-282. https://doi.org/10.21149/8803
Salir de la versión móvil