• También controla infecciones al fortalecer el sistema inmunológico
Los primeros seis meses de vida de un humano son cruciales en su desarrollo posterior y en esa temporalidad la lactancia materna es un fundamental al ser la única fuente de alimento para un bebé, así los señaló la Licenciada en Nutrición y Ciencia de los Alimentos y Maestra en Ciencias y Tecnología de los Alimentos Mariel Aviña Barrera.
En entrevista exclusiva con el Laboratorio de Datos contra la Obesidad (LabDO), la especialista aseguró que la importancia de la lactancia radica en que este tipo de leche contiene los nutrientes necesarios como proteínas, grasas, carbohidratos, ácidos grasos esenciales, entre ellos, omega 3 y un alto contenido de vitaminas, como la vitamina A, lo cual va a ayudar al desarrollo general del lactante, su crecimiento y, de manera muy importante, en el desarrollo cerebral por los aminoácidos esenciales que aporta, además de que contribuye a controlar infecciones, algunas enfermedades y fortalece su sistema inmunológico.
“Se han visto diferencias significativas en un lactante alimentado exclusivamente por lactancia materna a uno que ha sido alimentado con fórmula, en cuanto a la reincidencia de algunas enfermedades generales de la infancia, por ejemplo, gastrointestinales, resfriados, entre otras”, comentó.
Al hacer referencia a las causas de la obesidad en las y los bebés, sostuvo que en muchas ocasiones, cuando son alimentados con fórmulas lácteas, pudiera verse afectado su peso por una sobrealimentación, mala indicación o su preparación. Sin embargo –aclaró-, también hay bebés que se les considera que tienen obesidad cuando están en lactancia materna exclusiva, lo cual realmente no se puede clasificar como tal hasta después de iniciada la alimentación complementaria, ya que cuando son lactantes acumulan mucha grasa para los periodos de crecimiento que tienen en su primer año de vida, lo que se conoce como los primeros 1,000 días de vida.
Por ello, continuó, no se puede catalogar a un bebé como obeso antes de los seis meses o antes de iniciada la alimentación complementaria, excepto cuando la mamá inicia la alimentación, no muy asertivamente, antes de los seis meses, ahí sí se debería considerar si el niño sobrepasa el percentil de 95 de la tabla de crecimiento y ya está con una alimentación.
La experta también habló sobre la relación entre lactancia materna, nutrición y salud, y dijo que la lactancia coadyuva en la consolidación del sistema inmunológico, además de poder ayudar a controlar la obesidad, disminuir la incidencia de algunas enfermedades relacionadas con la obesidad, como las cardiovasculares o la diabetes, lo cual se traduce en una reducción de costo para el país en el gasto hospitalario, debido a que no genera más carga pública.
También subrayó que nunca se podrá asegurar que un bebé que es alimentado por lactancia materna exclusiva sea obeso, al contrario, la alimentación con este tipo de leche disminuye la prevalencia de células adiposas en el cuerpo, que son las que realmente se acumulan como grasa y cuando los niños tienen esa predisposición desde pequeños es porque fueron alimentados con fórmula láctea o con leche entera de vaca antes de tiempo, por lo que sus células se vuelven adiposas y empiezan a acumular grasa muy rápidamente en la infancia temprana, además de que su microbiota intestinal se vuelve inestable y eso se traduce en un factor de riesgo para la absorción de nutrientes y la sobreabsorción de grasas y carbohidratos a nivel intestinal.
Finalmente, precisó que para cuidar la alimentación de los pequeños en los primeros mil días es importante evaluar qué tipo de alimentación se le está dando de acuerdo a su edad, si es con base en una fórmula láctea, lactancia materna exclusiva, si se ha iniciado una alimentación complementaria o si ya se le ha dado leche de vaca y acudir con un profesional para revisar el estado de salud de la o el infante.
“En el cuidado del peso del bebé, cuando se ha optado por la lactancia materna exclusiva no hay acciones que tomar, es necesario esperar a que termine esa etapa a los seis meses de edad y empezar con una nutrición adecuada para evitar la sobrealimentación y entonces sí pueda hacerse una valoración y poder regular el peso del niño sin afectar su desarrollo”, concluyó.