• Ansiedad y depresión contribuyen a padecer estos desequilibrios.
Los adolescentes de entre 12 y 17 años de edad son el grupo poblacional más susceptible a sufrir algún trastorno de conducta alimentaria (TAC), padecimiento que es más frecuente en el sexo femenino, así lo refirió la Licenciada en Nutrición y Maestra en Psicoterapia Humanista, Cecilia Lara Gamboa.
En entrevista para el Laboratorio de Datos contra la Obesidad (LabDO), la especialista señaló que entre los principales factores que dan origen a este tipo de padecimientos se encuentran la presencia de ansiedad y depresión; la dificultad para expresar sentimientos y emociones; los problemas familiares; la estigmatización por sobrepeso u obesidad, desde la infancia, así como antecedentes de abuso mental físico o sexual.
En muchas ocasiones, dichos factores afectan a las personas y se pueden reconocer cuando los jóvenes están bajo problemas familiares, explicó la también fundadora del Centro de Apoyo a la Nutrición de Cancún, en Quintana Roo, posteriormente llamado “Nutri, nutre tu salud”, del cual fue Directora General durante 20 años.
Por ejemplo, mencionó, cuando se trata de un trastorno por atracón y también de la bulimia, es posible identificar que hay provocación de vómito de manera recurrente, así como utilización de laxantes, diuréticos, ansiolíticos, incluso, anfetaminas. “En muchos casos está muy relacionada la situación a conflictos dentro del núcleo familiar”.
Consideró que hay ciertas circunstancias que permiten identificar oportunamente estos padecimientos, por ejemplo, el insomnio; no querer comer enfrente de las demás personas; la realización de ayunos prolongados; el horario de consumir los alimentos; permanecer mucho tiempo en el baño; vestir de color oscuro; cubrirse el cuerpo con chamarras o abrigos en época de calor; el aislamiento social y, principalmente, no comer bien y evitar algunos alimentos, teniendo una conducta obsesiva con la comida.
La coordinadora de la Licenciatura en Nutrición de la Facultad de Medicina de la Universidad Autónoma de Campeche recordó que los trastornos de conducta alimentaria son una clasificación dentro del área de salud que implica que las personas tengan afecciones realmente graves, al impactar negativamente a las emociones y, sobre todo, a la capacidad de desempeñarse en áreas importantes de la vida.
En estos casos, dijo, se tienen que utilizar el mecanismo de defensa y de reserva que tiene el cuerpo humano, que es el glucógeno hepático y muscular y transformarlo en glucosa; proceso que, aunado a factores psicológicos y de estilo de vida, podría derivar en trastornos alimentarios, los cuales, insistió son multifactoriales.
En el contexto de la pandemia resaltó que uno de los elementos esenciales para poder mantenerse sanos y equilibrados es tener una buena salud mental.
Para mantener una armonía entre mente y cuerpo sano al reanudarse diversas actividades recomendó seguir una dieta equilibrada, con todas sus características: correcta, variada, equilibrada, inocua y balanceada; evitar el exceso de alimentos ultraprocesados, utilizarlos lo menos posible y dedicar tiempo a la preparación de alimentos en casa, principalmente con ingredientes de origen natural.
De igual manera, evitar los tóxicos (tabaquismo y el exceso de alcohol); tratar de dormir lo suficiente y de practicar un ejercicio físico con regularidad para poder disminuir el estrés. “En esta pandemia es posible tener un cuerpo sano, una mente sana y poder sobrellevar esto de mejor manera, con mayor salud”, concluyó.