Para evitar diversos problemas de salud, es necesario tener una educación alimentaria, consideró en entrevista para el Laboratorio de Datos contra la Obesidad (LabDO), el licenciado en Nutrición y maestro en Nutrición Aplicada, Arturo Gómez Pedraza.
El también especialista en Docencia explicó que la educación alimentaria y nutricional se basa en estrategias que se pueden utilizar para favorecer el apego a tratamientos, modificar hábitos, conductas alimentarias y distintos comportamientos, con el propósito de mejorar el estado de salud del individuo.
Señaló que ello forma parte de una concientización, puesto que hablar de educación alimentaria o nutricional trae consigo aspectos relacionados con el cambio de hábitos y conductas, lo cual implica no únicamente decir hay que hacer o dejar de hacer tal cosa, sino que van de la mano de una acción que lleve al logro de un objetivo y eso es parte del impacto de la educación en la nutrición.
El docente en diversas universidades del estado de Yucatán consideró que uno de los principales problemas alimentarios y nutricionales en México es el enfoque dirigido única y exclusivamente a la atención de las enfermedades y no del paciente como ser humano.
Asimismo –agregó-, se puede hablar de la escasez o la abundancia alimentaria, toda vez que no hay un punto medular, puesto que son aspectos multicausales, por ejemplo, aquellos relacionados con la inflación, es decir, el aumento en el costo de la canasta básica y, en contraparte, el sector de la población que sí tiene fácil acceso a los alimentos y elige cierto tipo de comida o de conductas, por ejemplo, la dieta occidental, cuyo enfoque tiene que ver con el aumento en el consumo de alimentos ultraprocesados, azúcares simples, grasas saturadas y sodio y la disminución de antioxidantes y fibra, entre otros, lo cual puede generar el desarrollo de enfermedades crónico no transmisibles.
El experto en nutrición opinó que la educación alimentaria debe comenzar a una edad temprana con el ejemplo que se da en la casa. “Enseñar hábitos saludables permitirá que el niño pueda ir aprendiendo desde la infancia y esto es un proceso que se da de forma indirecta, por medio de lo que hacen sus padres, hermanos, y el entorno que le rodea”, añadió.
Por ello –continuó-, es fundamental que la educación alimentaria comience desde pequeñitos, cuando pueden observar ese ejemplo, tratando de evitar un “ambiente obesogénico” y considerando que esos mismos hábitos que sigue el niño, posiblemente, a la edad adulta pueda fomentar a su alrededor.
Para disminuir los problemas de sobrepeso y obesidad en niñas y niños en edad escolar, recomendó aumentar el consumo de vegetales frescos y frutas, beber más agua y adecuar las porciones de proteínas de acuerdo al requerimiento del infante; de igual manera, realizar actividades lúdicas, que impliquen un mayor movimiento e incentivar, en la escuela y en la casa, la práctica de algún deporte, de tal manera que no lo vean como algo obligatorio, sino como un acto que le dará diversión
No obstante, subrayó, esto tiene que ver más con la parte conductual, por lo que sugirió evitar los premios (hablando específicamente de alimentos). “No porque el niño haya a realizado alguna tarea o actividad, se le premie con una rebanada de pastel, una paleta o algo así, sino que se debe motivar desde otros contextos y ello podría ayudar”, mencionó.
También es importante favorecer los espacios de convivencia familiar, considerando que la elección de los alimentos puede entrar por las emociones, por el amor que exista en casa, apuntó.
Finalmente, hizo referencia a algunas políticas públicas que se han aplicado en otros países con resultados favorables para atender esta problemática, por ejemplo que un requisito para que las familias puedan recibir algún apoyo de tipo económico por parte del gobierno es imperativo que el niño tenga un peso saludable y no presente sobrepeso u obesidad.
En México, es necesario continuar con el apoyo a escuelas, especialmente, donde haya mayor escasez alimentaria, para poder favorecer una buena alimentación en los infantes, concluyó.