- La alimentación adaptada impulsa la salud y el control de peso.
- La educación nutricional refuerza las políticas públicas.
Mantener un peso saludable exige cambios sostenibles, adaptados al estilo de vida de cada persona, señala, en entrevista exclusiva con el Laboratorio de Datos contra la Obesidad (LabDO), Cindy Yudith Suárez Garza, especialista en nutrición deportiva y educación en diabetes, quien subraya que factores como la dinámica familiar, el trabajo y la actividad física son determinantes al definir una estrategia alimentaria.
La experta recomienda, de manera general, una dieta acorde al peso y gasto energético de cada individuo, junto con una planificación semanal que facilite el cumplimiento de las comidas y fomente la actividad física dentro de las posibilidades de cada uno.
Para Suárez, la nutrición adecuada no puede abordarse de forma general. “Cada etapa de la vida, el sexo, el nivel de ejercicio y las condiciones de salud implican necesidades específicas. Evaluar estatura, peso y, sobre todo, composición corporal —proporción de grasa y músculo— permite diseñar un plan nutricional preciso en macronutrientes y micronutrientes”, explica.
Asimismo, al referirse al sobrepeso y la obesidad, la especialista insiste en que no se trata de prohibir alimentos, sino de moderar cantidades y frecuencia, al tiempo que precisa que deben cuidarse particularmente los azúcares y los productos ultraprocesados con exceso de sodio, grasas o aditivos químicos, cuya ingesta constante puede resultar nociva.
En el caso de la diabetes, la estrategia debe centrarse en el control, no en la eliminación, de carbohidratos. Es fundamental elegir fuentes ricas en fibra y de bajo índice glicémico para evitar picos de glucosa, priorizando alimentos que favorezcan un metabolismo estable sin generalizar cantidades, pues éstas dependen de la actividad física de cada paciente.
Frente al aumento de sobrepeso y obesidad en México, Suárez destaca que la solución pasa principalmente por la educación, y aunque reconoce avances en políticas públicas como el etiquetado frontal y la restricción de venta de alimentos ultraprocesados en escuelas, advierte que el desconocimiento sobre conceptos básicos de nutrición sigue siendo un obstáculo, por lo que considera indispensable incluir educación alimentaria no solo en los programas escolares, sino también en los adultos responsables de las decisiones en el hogar.
Respecto a las medidas actuales, la especialista considera que sí tendrán un impacto positivo, aunque limitado, si no se refuerzan con educación. Sin conciencia plena, opina, las personas seguirán encontrando formas de acceder a productos poco saludables. No obstante, valora que al menos se fomente que los niños lleven alimentos preparados en casa, como una vía para mejorar sus hábitos alimenticios.