Obesidad, causa indirecta de enfermedad renal: Cindy Hernández Vázquez

  • La diabetes y la hipertensión son enfermedades crónico degenerativas que pueden complicar la función de los riñones 

La preferencia por la alimentación occidental, caracterizada por ser rica en productos ultraprocesados y el poco consumo de frutas, verduras y fibras, sumado a la falta de actividad física, puede desencadenar varios problemas en la salud, entre ellos, piedras o tumores en los riñones, así como alteraciones en la glucosa, resistencia a la insulina y, posteriormente la diabetes o hipertensión, y cuando todo se agrava, llegar a una enfermedad renal.

Lo anterior lo destacó en entrevista para el Laboratorio de Datos contra la Obesidad (LabDO), la licenciada en Nutrición Cindy Hernández Vázquez. 

Al detallar qué es una enfermedad renal, la experta explicó que se caracteriza por la pérdida de las unidades funcionales de los riñones, es decir, las nefronas, lo cual a su vez hace que disminuya la capacidad de este órgano para mantener la salud corporal, toda vez que no se logra una buena filtración de la sangre.

“En general, lo que se recomienda es llevar un plan de alimentación personalizado, regularmente modificado en proteínas, por ejemplo, en etapa de prediálisis, el consumo de éstas debe ser mínimo, para no hacer que trabaje de más el riñón por el exceso de filtración; también se tiene que realizar actividad física, además de tomar el tratamiento médico que recomiende el nefrólogo”

Sobre si la obesidad y el sobrepeso influyen en el desarrollo de la enfermedad renal, subrayó que es una causa indirecta para las comorbilidades que ocasiona, como la diabetes, hipertensión y glomerulonefritis, que es la inflamación en el glomérulo y donde la parte de los riñones que ayuda a filtrar los desechos y líquidos de la sangre se daña.

Por otro lado, añadió, también existe riesgo cuando hay una acumulación de  grasas, lo cual puede ocasionar que se vean afectadas las células de los riñones.

Las medidas para quienes padecen esta enfermedad, dijo, dependen de la personalización de cada individuo, porque una persona con enfermedad renal, incluso tenga o no diabetes, reacciona muy distinto por los diversos síntomas o factores de riesgo que experimente.

“En general, lo que se recomienda es llevar un plan de alimentación personalizado, regularmente modificado en proteínas, por ejemplo, en etapa de prediálisis, el consumo de éstas debe ser mínimo, para no hacer que trabaje de más el riñón por el exceso de filtración; también se tiene que realizar actividad física, además de tomar el tratamiento médico que recomiende el nefrólogo”, mencionó.

Al referir cómo es posible prevenir esta condición, la especialista en nutrición renal señaló que adicional al plan de alimentación, es importante tener cuidado en consumir alimentos con exceso de grasas saturadas o grasas trans, disminuir el uso de la sal, además de vigilar el consumo de fibra y tener un adecuado consumo de agua natural.

Por último, habló sobre cómo mejorar la calidad de vida de este grupo de personas y detalló que ello es posible a partir del trabajo conjunto con un equipo de salud multidisciplinario para personalizar lo más posible el estadío renal en el que se encuentra la persona, es decir, si tiene alguna terapia sustitutiva renal, si está en diálisis, hemodiálisis e incluso, para los que están en proceso de trasplante. 

Es importante mencionar que las personas que están sanas no deben automedicarse o consumir productos que puedan causar toxicidad en los riñones sin la supervisión de un profesional, concluyó.