La exposición de niñas y niños a campañas publicitarias de productos ultraprocesados es uno de los factores por los que este grupo poblacional es vulnerable a padecer obesidad y el sobrepeso, señaló la maestra en nutrición clínica Lorena González González.
En entrevista para el Laboratorio de Datos contra la Obesidad, la también jefa del departamento de Nutrición de la Universidad Autónoma de Aguascaliente, explicó que este tipo de productos que logran seducir a los menores a través de comerciales llamativos contienen, en su mayoría, calorías, azúcares, grasas, grasas saturadas y sodio; nutrientes críticos que, al ser ingeridos en exceso, pueden afectar la salud.
“Aproximadamente entre el 35 y 40 por ciento de la dieta de niñas y niños proviene de alimentos ultraprocesados, por lo que es clave modificar esta tendencia y que sus padres se ocupen por incorporarles en su dieta frutas, verduras y agua natural”, comentó.
Al referirse a los estragos que pueden ocasionar en la salud de los menores el alto consumo de estos productos, Lorena González sostuvo que el benzoato de sodio, utilizado principalmente como un conservador para enlatados y algunos lácteos, puede derivar en hipertensión arterial, mientras que el azúcar, presente en el pan dulce, refrescos y bebidas o jugos azucarados, ocasiona obesidad y diabetes.
“También tenemos a los edulcorantes, que son un sustituto del azúcar que da el sabor dulce, pero sin todas las calorías que representa está. Lo vemos, principalmente en los productos denominados light. Y, consumirlo en exceso puede alterar la microbiota intestinal, lo que modifica la sensación de saciedad, mientras que la cafeína, presente en bebidas energéticas, café, chocolate o té”, destacó.
Entre los consejos que da la experta para sustituir o aminorar en la dieta de los menores algunos alimentos ultraprocesados , están el utilizar limón, lima o vinagre para macerar o adobar; gratinar salsas con quesos bajos en grasa, en verduras y pastas; emplear el sofrito con aceite de oliva para aumentar la absorción de antioxidantes, ajo, cebolla o zanahoria; usar especias que le puedan dar un rico sabor, sin necesidad de consumir sodio y tratar de hacer la preparación al vapor, sin sumergir tanto el alimento en líquidos para que no pierda el sabor.
Por otro lado y al hablar de los esfuerzos que se hacen desde la política pública, como es el caso del etiquetado frontal, González González, sostuvo que esta nueva medida es un paso en positivo pero que de ninguna manera se puede pensar que es la solución a la problemática de obesidad y sobrepeso, ya que, dijo, es indispensable diseñar e implementar una estrategia más robusta en donde el etiquetado sea solo una de las muchas medidas.
“Está previsto que tenga resultados tan favorables, como los alcanzados en Chile, es decir, que disminuya en un 25 por ciento el consumo de alimentos ultraprocesados, esto equivale a que cada mexicano estaría consumiendo 37 calorías menos al día, lo cual, si traducimos en peso, serían dos kilos menos al año, lo que impacta para disminuir la prevalencia de obesidad”, estimó.
Finalmente consideró importante hacer hincapié en el papel que tiene el nutriólogo de concientizar a la población sobre el impacto de una buena dieta para la prevención de enfermedades, “en este caso de la pandemia más importante que también tenemos que es la obesidad, que a su vez agrava otras enfermedades crónico degenerativas”.