Edulcorantes: endulzar sin proporcionar calorías

  • La nutrióloga Nancy Rivera Hernández, de la Asociación Mexicana de Diabetes, advierte que su consumo debe ir acompañado de educación y asesoría profesional.

El debate sobre los edulcorantes bajos en calorías continúa abierto, pero su papel en la alimentación de personas con obesidad y diabetes muestra cada vez más relevancia. Así lo explicó la especialista en Nutrición Nancy Rivera Hernández, Coordinadora del Diplomado Educadores en Diabetes de la Asociación Mexicana de Diabetes, quien subrayó que los edulcorantes no calóricos son aditivos alimentarios cuyo propósito es endulzar sin proporcionar calorías o afectar la glucosa, como sucedería consumiendo alimentos regulares que contienen azúcar añadida.

En entrevista para el Laboratorio de Datos contra la Obesidad (LabDO), Rivera Hernández detalló que los sustitutos del azúcar no son homogéneos y se dividen en dos grupos: los calóricos, que aportan energía y elevan la glucosa (por ejemplo, el azúcar de mesa, la fructosa, la miel), y los no calóricos, que, en términos generales, el cuerpo no es capaz de metabolizar y no elevan los niveles de glucosa en sangre (ejemplo, acesulfame-K, sucralosa, glucósidos de esteviol). “En este sentido, no todos los edulcorantes son iguales. Lo que tenemos que hacer con las personas con resistencia a la insulina, obesidad o diabetes es brindar orientación alimentaria, explicarles estas diferencias y enseñarles a leer las etiquetas nutrimentales y las listas de ingredientes de los alimentos industrializados, porque muchos productos industrializados se anuncian como ‘light’ o ‘sin azúcar’ y no necesariamente están libres de azúcares”, precisó.

En este contexto, mencionó que el nuevo etiquetado frontal, que incorpora leyendas como “Contiene edulcorantes”, ha ayudado a identificar los productos que lo contienen, aunque consideró que: “La persona tiene que aprender a leer etiquetas e identificar ingredientes o palabras clave. Si por ejemplo, lee ‘glucosa’, debe saber que se va a convertir en energía y elevará sus niveles de glucosa en sangre; en cambio, si identifica ‘stevia’, sabrá que ése ingrediente no le aportará calorías ni elevará la glucosa, pero necesita analizar el producto en su conjunto”

En foros recientes como el Congreso Internacional de Obesidad de la Sociedad Mexicana de Obesidad, celebrado en Monterrey, Nuevo León, expertos coincidieron en que la stevia y el fruto del monje han mostrado ser opciones “más amables” dentro de los edulcorantes, al no registrar efectos adversos significativos en la microbiota, refirió la experta.

Recomendaciones clave

Asimismo, insistió en la prevención para aquellas personas con obesidad, resistencia a la insulina o con antecedentes de familiares con diabetes: es necesario realizar chequeos médicos y estudios de laboratorio, al menos una vez al año, y acudir con su médico para una adecuada interpretación y así poder detectar alteraciones tempranas en glucosa o colesterol, por ejemplo. “Muchas veces el laboratorio marca con flechas o palomitas si la cifra está dentro o fuera de rango y el paciente cree que todo está bien, pero solo el médico puede interpretar correctamente los resultados”, afirmó.

Respecto a la diabetes tipo 2, recuerda que existen factores modificables, como el sobrepeso, el sedentarismo y una alimentación poco saludable, y factores no modificables como los antecedentes familiares. “Si en tu familia hay antecedentes de diabetes y además llevas un estilo de vida poco saludable, los focos rojos son evidentes”, advirtió.

Finalmente, subrayó la importancia de acudir con profesionales:

“Con tantas redes sociales hay mucha desinformación, dietas de moda y productos milagro que ponen en riesgo la salud e incluso la vida. El proceso de bajar de peso lleva tiempo, igual que llevó años ganarlo. Por eso, la asesoría nutricional y médica es clave para cuidar la salud metabólica”.

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