Trastornos alimenticios, más común de lo que creemos: Carlos Alejandro Pelayo Gervacio

  • La suma de varias causas hace más complejo el problema

En entrevista exclusiva para el Laboratorio de Datos contra la Obesidad (LabDO), el licenciado en Nutrición y Maestro en Nutrición Clínica Carlos Alejandro Pelayo Gervacio, explicó a qué se le denomina trastorno alimenticio.

“Un trastorno alimenticio es una enfermedad mental, y para ser diagnosticadas las personas,  están los criterios en el Manual de Enfermedades Mentales, conocido como DSM-5 de Estados Unidos, donde encontramos diagnósticos de enfermedades como el trastorno de la personalidad, esquizofrenia, etc. El trastorno alimenticio es aquel momento en el que el sujeto tiene problemas con el pensamiento y la emoción hacia los alimentos, no es una buena relación la que llevan con los alimentos”, detalló.

El también docente de la Licenciatura en Nutrición en la Universidad de Guadalajara y el Centro Universitario UTEG y TEC de Monterrey mencionó los distintos tipos de Trastornos de Conducta Alimentaria (TAC): anorexia, bulimia, comedor compulsivo y el trastorno por atracón, así como los que se dan en niños y niñas (trastorno de Pica, cuando una persona ingiere cosas que no se consideran alimentos), y el de evitación o conocido como ARFID (Avoidant Restrictive Food Intake Disorder), caracterizado por comer cantidades de comida muy pequeñas y evadir por completo ciertos tipos de comida llevando, algunas veces, a disturbios en el crecimiento y el peso, donde cada uno de ellos se manifiesta con distintos síntomas, dependiendo la edad en la que se presente.

Al hablar sobre cuáles son los síntomas, el experto mencionó que son muy variados, dependiendo del tipo de trastorno que tenga la persona. Entre algunos de ellos están el restringir o evitar comer ciertos alimentos; observar con mucha frecuencia su imagen en un reflejo (espejo o cristal); cubrir su cuerpo; compararse con los demás; pesarse a menudo; realizar ayunos prolongados, y vomitar.

Un trastorno alimenticio es una enfermedad mental, y para ser diagnosticadas las personas,  están los criterios en el Manual de Enfermedades Mentales, conocido como DSM-5 de Estados Unidos, donde encontramos diagnósticos de enfermedades como el trastorno de la personalidad, esquizofrenia, etc. El trastorno alimenticio es aquel momento en el que el sujeto tiene problemas con el pensamiento y la emoción hacia los alimentos, no es una buena relación la que llevan con los alimentos.

También aseguró que son muchos los factores que inciden en el riesgo de desarrollar algún trastorno alimenticio, al tiempo que señaló que no hay uno más importante que otro, “puede ser la cuestión genética; una sociedad totalmente centrada en la imagen corporal; el bullying a pequeña edad; la crítica; las redes sociales; la comparación al estar viendo cuerpos perfectos; las familias disfuncionales; la escasa comunicación; la pérdida de un ser querido, una mascota o algún suceso traumático, entre otras situaciones; sin embargo, es importante subrayar que no se trata de una sola causa, sino la suma de varias, lo que hace más complejo el problema”.

Más adelante afirmó que en nuestro país los trastornos alimenticios son mucho más comunes de lo que creemos. Antes –puntualizó- se creía que era una enfermedad o condición en personas de un status social alto, sin embargo, los trastornos de conducta alimentaria pueden aparecer en cualquier estrato social, religión, edad o género, eso no hace distinción y México no está exento de padecerlos, en promedio, tiene las mismas estadísticas a nivel internacional de casos de anorexia o de trastornos de conducta alimentaria.

Finalmente, el experto hizo algunas recomendaciones, si se notan cambios en el estado anímico de la persona (sentir tristeza, asco, ira, miedo o sorpresa), entre ellas acudir a un especialista y no hacer caso de las personas que no son profesionales de la salud con respecto a la alimentación; evitar dejar de comer y clasificar a los alimentos como “buenos” o “malos”; no juzgarnos; buscar alguna actividad que ayude a mejorar los pensamientos y tener a alguien a quien recurrir. “Si se detecta a tiempo, más rápido se puede resolver el problema”, concluyó.