Aspectos psicológicos pueden contribuir a una mala alimentación

  • El estrés, la depresión e incluso la personalidad son factores que también inciden.
  • En tiempos de confinamiento, muchas personas han aumentado de peso por factores emocionales.

Ciudad de México a 30 de diciembre de 2020.- La obesidad y el sobrepeso, al ser enfermedades multifactoriales, no tienen una causa única. La Organización Mundial de la Salud ha apuntado que los ambientes en los que se desenvuelven los individuos, así como la cultura y economía personales juegan un rol en el desarrollo de estos padecimientos.

Diversos estudios consultados por el Laboratorio de Datos contra la Obesidad (LabDO) indican que también influyen desde la personalidad, hasta factores como el estrés y la depresión. Es así que quienes tienen un tipo de personalidad impulsiva encuentran más difícil mantener un peso sano, pues los requerimientos de actividad física constante y moderación en los alimentos son difíciles para ellos (1).

Igualmente, se ha comprobado que mientras que el estrés agudo inhibe el apetito, el estrés crónico genera que se libere cortisol, lo cual incrementa el hambre y produce que las personas prefieran alimentos altos en grasas y en azúcar (2).

Lo anterior ha sido más visible en el periodo de confinamiento a causa de la pandemia por COVID-19. En México, según el Instituto Mexicano del Seguro Social la obesidad infantil será un reto para la Salud Pública, pues se han agravado los malos hábitos de alimentación, así como el sedentarismo. Además, señala que deben tomarse en cuenta los aspectos psicológicos del encierro y cómo estos afectarán a niñas y niños (3).

Por otra parte, se ha encontrado que la depresión está relacionada con exceso en el peso. Análisis sugieren que las personas con obesidad extrema tienen cinco veces más probabilidades de haber tenido un episodio depresivo en el año anterior, comparado con los de peso promedio (4).

De igual manera, un tercio de los candidatos a cirugía bariátrica reportaron sintomatología depresiva durante el periodo inmediato anterior a la operación, mientras que el 50% de ellos indicaron haber sufrido esta afección mental durante todas sus vidas (5).

Según datos del Instituto Nacional de Geografía y Estadística (INEGI), en 2017, 32.5% de los mexicanos mayores de 12 años habían experimentado algún sentimiento de depresión (6).

El trastorno por atracón, un problema al alza

Este trastorno psicológico se caracteriza porque las personas consumen alimentos como una manera de manejar o atenuar sus emociones negativas, lo cual está ligado con la ansiedad, que las desencadena y hace que algunas personas coman de más o en grandes cantidades (7).

De tal forma que algunos individuos tienden a comer compulsivamente, lo cual es un problema al alza en México. De acuerdo con la especialista de la Facultad de Psicología de la UNAM, Cecilia Silva Gutiérrez, entre el 16 y el 51% de los pacientes que acuden a consultas nutricionales presentan trastorno por atracón (8).

Si estas cifras se toman como punto de referencia junto a las tasas de obesidad, se puede concluir que la afección va en aumento. En México, 75.2% de la población presenta sobrepeso u obesidad, lo cual se ha incrementado de manera constante desde 2012.

Silva Gutiérrez apunta a que el rango de edad de las personas con este comportamiento se ha ampliado, pues cada vez gente más joven y de edad avanzada lo presenta, cuando antes era común solo en adultos jóvenes y adolescentes.

Asimismo, otro estudio realizado en México afirma que 20.7% de los adolescentes estudiados presentan adicción a la comida, siendo las mujeres las más propensas a ello y siendo mucho más común en las personas que ya padecen sobrepeso u obesidad (9).

Fuentes:

  1. Sutin, A. R., Ferrucci, L., Zonderman, A. B., & Terracciano, A. (2011). Personality and obesity across the adult life span. Journal of Personality and Social Psychology, 101(3), 579.  
  2. Sinha, R., & Jastreboff, A. M. (2013). Stress as a Common Risk Factor for Obesity and Addiction. Biological Psychiatry, 73(9), 827–835. doi:10.1016/j.biopsych. 2013.01.032  
  3. IMSS, 2020. Después del confinamiento, se deberán detectar y atender casos de obesidad infantil. Disponible en: http://www.imss.gob.mx/prensa/archivo/202006/408
  4. Onyike CU, Crum RM, Lee HB, et al. Is obesity associated with major depression? Results from the Third National Health and Nutrition Examination Survey. Am J Epidemiol. 2003;158(12):1139–47. [Research Support, U.S. Gov’t, P.H.S.] 
  5. Pawlow LA, O’Neil PM, White MA, et al. Findings and outcomes of psychological evaluations of gastric bypass applicants. Surg Obes Relat Dis. 2005;1(6):523–7.
  6. INEGI, 2019. Salud mental. Disponible en: https://www.inegi.org.mx/temas/salud/
  7. Bennett, J., Greene, G., & Schwartz-Barcott, D. (2013). Perceptions of emotional eating behavior. A qualitative study of college students. Appetite, 60, 187–192. 
  8. DGCS UNAM, 2018. HAY MÁS COMEDORES COMPULSIVOS EN MÉXICO. Disponible en: https://www.dgcs.unam.mx/boletin/bdboletin/2018_678.html
  9. Carlos, Milton & Guevara Valtier, Milton & Ruíz-González, Karla & Luis, Arturo & Pacheco-Pérez, Luis & Melchor, Jesús & Santos-Flores, Jesús & Cruz, Patricia & Belén, Ana & García, Sánchez. (2019). Adicción a la comida y estado nutricional en adolescentes de una preparatoria pública en México. Enfermeria Global. 19. 1-10. 10.6018/eglobal.370021.     

En este fin de año cuidado con el colesterol y los triglicéridos

  • Dislipidemias un riesgo en aumento.
  • Reducir el consumo de alimentos ultraprocesados puede ayudar a controlar la problemática

Ciudad de México a 27 de diciembre de 2020.- El 19.5% de la población adulta en México presenta dislipidemias, según datos de la Encuesta Nacional de Salud y Nutrición (Ensanut 2018). Esto representa un aumento de 6.5% en tan solo seis años, pues en 2012 esta cifra era de 13 por ciento.

Las dislipidemias, también llamadas hiperlipidemias, son trastornos en los niveles de lípidos en la sangre, caracterizadas principalmente por aumentos de colesterol y de triglicéridos, referidos médicamente como hipercolesterolemia e hipertrigliceridemia (1).

Diversos estudios consultados por el Laboratorio de Datos contra la Obesidad (LabDO) señalan entre las causas más frecuentes de estos padecimientos el estilo de vida sedentario, la diabetes mellitus, el consumo excesivo de alcohol y afecciones como el hipertiroidismo, la insuficiencia renal crónica y la cirrosis hepática.

De manera relevante, se ha encontrado que la ingesta elevada de colesterol, así como de grasas saturadas y trans, presentes en productos ultraprocesados y alimentos como las mantecas de origen animal o la carne de cerdo, están relacionadas con el desarrollo de dichas enfermedades.

También se identificó que alrededor del 50% de los mexicanos, en todos los grupos de edad, consumen grasas saturadas de forma excesiva (2) y particularmente con mayor frecuencia en zonas urbanas que en rurales, y en estratos socioeconómicos altos.

Una de las explicaciones para ello es que, en hogares con deciles de ingreso más altos, se consumen más alimentos ultraprocesados que tienen mayores contenidos de nutrientes críticos como grasas y azúcares (3).

Asimismo, algunas investigaciones han encontrado una relación significativa entre la ingesta de azúcares añadidos y el desarrollo de dislipidemias (4), así como de una predisposición a desarrollar sobrepeso, obesidad y otras enfermedades crónicas no transmisibles.

De acuerdo con la Organización Panamericana de la Salud, en su estudio Alimentos y bebidas ultraprocesados en América Latina, más de la mitad de la grasa total y de las grasas saturadas presentes en este tipo de alimentos proviene de las galletas, la margarina, aceites y grasas para untar, los snacks dulces y salados y los dulces.

En México, las galletas son el segundo producto industrializado más consumido, solo por detrás de las bebidas azucaradas. Los snacks dulces y salados ocupan el lugar 5 y los dulces el 8 en cuanto a aportación de calorías a la dieta a través de ultraprocesados

Fuentes: 

  1. Miguel Soca, Pedro Enrique. (2009). Dislipidemias. ACIMED, 20(6), 265-273. Disponible en: http://scielo.sld.cu/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S1024-94352009001200012&lng=es&tlng=es.
  2. Nancy López-Olmedo,et al. “Usual Intake of Added Sugars and Saturated Fats Is High while Dietary Fiber Is Low in the Mexican Population”, The Journal of Nutrition, Volume 146,Issue 9, September 2016, Pages 1856S–1865S, https://doi.org/10.3945/jn.115.218214
  3. Aburto TC, Pedraza LS, Sánchez-Pimienta TG, Batis C, Rivera JA. Discretionary foods have a high contribution and fruit, vegetables, and legumes have a low contribution to the total energy in take of the Mexican population. J Nutr 2016;146(Suppl):1881S–7S.
  4. Welsh JA, Sharma A, Abramson JL, Vaccarino V, Gillespie C, Vos MB. Caloric sweetener consumption and dyslipidemia among US adults. JAMA. 2010 Apr 21;303(15):1490-7. doi: 10.1001/jama.2010.449. PMID: 20407058; PMCID: PMC3045262.

Incrementa consumo de bebidas alcohólicas, azucaradas y refrescos en temporada navideña

  •  El alto consumo de estos líquidos genera obesidad y efectos adversos en la salud.

Ciudad de México a 23 de diciembre de 2020.- En México se consumen 163 litros de bebidas azucaradas al año, en promedio, por persona, entre las que figuran los refrescos, tés, y jugos (1). Al mismo tiempo, se beben 4.4 litros de alcohol por persona de manera anual y en promedio, de acuerdo con el Instituto Nacional de Salud Pública (2).

Su ingesta en exceso puede afectar la salud, pues estas contienen altas cantidades de azúcares, carbohidratos y calorías. En épocas navideñas, su consumo tiene un repunte, pues el 11% del gasto familiar se destina a este rubro, ya que como señala Kantar Worldpanel, los festejos giran en torno a la comida y la bebida.

Si bien existen algunas opciones bajas en calorías, las bebidas alcohólicas más comunes, como la cerveza, son fuente de carbohidratos. Asimismo, los licores y destilados suelen ser altos en azúcares. Por ejemplo, en 30 mililitros de Baileys podemos encontrar 6 gramos de azúcar. Algunos otros licores contienen 46 gramos de este nutriente por cada 10 mililitros, por lo que su ingesta debe ser moderada (3).

Cabe señalar que muchas veces el alcohol es mezclado con refrescos y bebidas azucaradas, lo cual incrementa su aporte calórico. Lo anterior hace que sea muy fácil que las personas ingieran calorías de más a través de líquidos.  

Beber este tipo de productos está relacionado con aumentos pocos sanos del peso corporal. Estudios consultados por el Laboratorio de Datos contra la Obesidad (LabDO) indican que las personas que consumen con moderación o que son bebedores ocasionales tienen índices de masa corporal y circunferencias de cintura más bajos que los que son bebedores habituales (4).

Igualmente, las bebidas azucaradas y su sobreingesta están relacionadas con el desarrollo de enfermedades como síndrome metabólico e hipertensión, así como con la diabetes. Quienes consumen en exceso estos productos tienen entre 26 y 31% más riesgo de padecer esta última que quienes no lo hacen (5).

En lo que se refiere a licores, se ha encontrado que ingerir alcohol más de siete veces a la semana está asociado con un mayor riesgo de padecer diversas enfermedades, entre ellas, obesidad y sobrepeso. Esto es especialmente cierto en el caso de mujeres y consumo de cerveza, pues se demostró una relación positiva entre ello y altos índices de adiposidad (6).

En México, la ingesta de alcohol se relaciona con cinco de las 10 principales causas de muerte: enfermedades cardiovasculares, accidentes de tránsito, patología cerebrovascular, cirrosis hepática, homicidios y lesiones en riña (7).

Las bebidas en fiestas decembrinas

La consultora Kantar Worldpanel afirma que, a excepción de un año en el que se juegue una Copa del Mundo, diciembre es el mes en el que se consume más cerveza en México. De igual manera, aumentan las ventas de whisky, ginebra, vodka, ron, tequila, destilados y brandy (8). En el periodo que va del 24 al 31 de diciembre se realiza el 46% del gasto en estos.

68.8% de la población mexicana consume bebidas alcohólicas, según datos de Consulta Mitofsky (9). Más de la mitad de los mexicanos (55.6%) inició el consumo de estos productos antes de cumplir los 18 años.

Durante la cena navideña, las bebidas más consumidas son el ponche (41.3%), la sidra (22.1%), y el refresco (13.8%) (10).

Fuentes: 

  1. Théodore, Florence L., Ilian Blanco–García, Clara Juárez–Ramírez. «¿Por qué tomamos tanto refresco en México? Una aproximación desde la interdisciplina.» Interdisciplina 7, n° 19 (septiembre–diciembre 2019): 19-45. doi: http://dx.doi.org/10.22201/ceiich.24485705e.2019.19.70286
  2. INSP. Alcoholismo: una relación tóxica. Disponible en: https://www.insp.mx/avisos/5128-dia-uso-nocivo-alcohol.html#:~:text=En%20M%C3%A9xico%2C%20el%20consumo%20de,fines%20de%20semana.
  3. Health Au. Sugar content in alcohol – best & worst. Disponible en: https://health.com.au/healthflash/health-food-diet/sugar-content-in-alcohol-best-worst
  4. MacInnis RJ, Hodge AM, Dixon HG, et al. Predictors of increased body weight and waist circumference for middle-aged adults. Public Health Nutr. 2014;17:1087–97. doi: 10.1017/S1368980013001031.
  5. INSP. Consumo de refrescos, bebidas azucaradas y el riesgo de obesidad y diabetes.
  6. Traversy, G., & Chaput, J. P. (2015). Alcohol Consumption and Obesity: An Update. Current obesity reports, 4(1), 122–130. https://doi.org/10.1007/s13679-014-0129-4
  7. Catalan, H.  y Moreno E. 2016. Consumo de bebidas alcohólicas en México.Un enfoque de adicción racional.
  8. Kantar Worldpanel. ¿En qué gastan los mexicanos en diciembre?
  9. Consulta Mitofsky. El mexicano y su relación con las bebidas alcohólicas.
  10. Profeco. Cena navideña: cuánto se gasta.

Desnutrición y sobrepeso: la doble carga de la mala alimentación en México

  • 75.2% de la población en México tiene obesidad o sobrepeso.
  • Al mismo tiempo, 55.5% de los hogares no tienen seguridad alimentaria.

Ciudad de México a 13 de diciembre de 2020.- Alrededor del mundo, más de 149 millones de niños tienen retraso en el crecimiento causado por la desnutrición. Al mismo tiempo, los índices de obesidad y sobrepeso infantil están creciendo en casi todos los países (1).

Estudios consultados por el Laboratorio de Datos contra la Obesidad (LabDO) advierten que dietas poco óptimas, ya sea en exceso de nutrientes críticos o en la carencia de estos, son responsables de una de cada cinco muertes a nivel global (2).

En este sentido, una buena nutrición es fundamental para la salud humana y el desarrollo sustentable de las naciones. Todas las formas de malnutrición tienen un común denominador: que los sistemas alimentarios existentes no pueden ofrecer a todas las personas una alimentación saludable, accesible y sostenible, de acuerdo a la Organización de las Naciones Unidas (3).

Estas problemáticas están relacionadas también con el hecho de que muchos países han hecho una transición de dietas tradicionales a unas basadas en productos ultraprocesados, que además de que están vinculados a un aumento de peso, disminuyen la calidad de nutrientes disponibles.

La Organización Mundial de la Salud señala que, aunque pueda parecer contradictorio, tanto la desnutrición como la sobrealimentación están relacionadas con la pobreza. En muchos países en desarrollo, apunta, los lactantes con desnutrición aumentan, posteriormente, su consumo de alimentos calóricos de baja calidad y pueden sufrir exceso de adiposidad (4).

Aunado a ello, un estudio elaborado por The Lancet, revela que la desnutrición en los primeros años de vida, seguida por el sobrepeso en la niñez, incrementa el riesgo de padecer enfermedades crónicas no transmisibles como diabetes, hipertensión, así como padecimientos cardiovasculares (5).

Este se trata de un fenómeno intergeneracional, pues si una madre estuvo subalimentada en las primeras etapas de su vida, y después desarrolló obesidad, es más probable que el niño sea obeso.

Desnutrición y obesidad en México

La convivencia de ambos espectros de la malnutrición, por un lado, la obesidad, y por el otra, la desnutrición, es especialmente cierta en países de ingresos medios y bajos, como lo es México.

Según datos del Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval), la brecha de la prevalencia de la desnutrición crónica en menores de 5 años en hogares con jefatura femenina era de 20.9% en 2016. En los hogares con jefatura femenina no indígena esta proporción fue de 8.9% el mismo año (6).

Por su parte, la Encuesta Nacional de Salud y Nutrición 2018, los últimos datos disponibles, indica que solo el 44.5% de los hogares en México tienen seguridad alimentaria. Del resto, el 22.6% presenta inseguridad alimentaria moderada y severa, mientras que el 32.9% tiene inseguridad alimentaria leve.

Al mismo tiempo, los índices de obesidad y sobrepeso se están incrementando en el país.

El porcentaje de la población nacional adulta con estas enfermedades fue de 76.8% en mujeres y 73% en hombres.

Fuentes: 

  1. The Lancet 2019, A new nutrition manifesto for a new nutrition reality Disponible en: https://www.thelancet.com/pdfs/journals/lancet/PIIS0140-6736(19)32690-X.pdf
  2. GBD 2017 Diet Collaborators. Health effects of dietary risks in 195 countries, 1990–2017: a systematic analysis for the Global Burden of Disease Study 2017. Lancet 2019; 393: 1958–72.
  3. Organización de las Naciones Unidas, 2019. Desnutrición y obesidad, dos caras de la mala alimentación que afectan a un tercio de los países pobres. Disponible en: https://news.un.org/es/story/2019/12/1466721
  4. OMS, Nota descriptiva 4. Disponible en: https://www.who.int/childgrowth/4_doble_carga.pdf
  5. The Lancet, 2019. Dynamics of the double burden of malnutrition and the changing nutrition reality Disponible en: https://www.sciencedirect.com/science/article/pii/S0140673619324973
  6. Coneval , 2020. 19.5 MILLONES DE NIÑAS, NIÑOS Y ADOLESCENTES SE ENCONTRABAN EN SITUACIÓN DE POBREZA EN 2018. Disponible en: https://www.coneval.org.mx/SalaPrensa/Comunicadosprensa/Documents/2020/NOTA_INFORMATIVA_DIA_LA_NINEZ.pdf

Impacta en salud de bajacalifornianos el consumo excesivo de sodio

  • Los mexicanos lo ingieren a través de panes, carnes procesadas y quesos.

10 de diciembre de 2020.- En Baja California 18.75% de la población mayor de 20 años tiene hipertensión arterial, según la Encuesta Nacional de Salud 2012, la más reciente y consultada por el Laboratorio de Datos contra la Obesidad. (1).

Dicho porcentaje es superior al de la media nacional registrada en ese momento, de 15.92% de la población con esta enfermedad. 

Son las mujeres quienes sufren este padecimiento más que los hombres, con 22.3% y 15.2% respectivamente. Es a partir de los 40 años que la prevalencia de hipertensión aumenta considerablemente, siendo 19.5% para hombres y 30.3% para mujeres.

Lo anterior quiere decir que una parte significativa de la población está en riesgo de padecer enfermedades cardiovasculares, cerebrovasculares y renales, pues la hipertensión arterial es uno de los principales factores que llevan a desarrollar estas afecciones.

La prevalencia de esta enfermedad está relacionada con la mala alimentación y sobre todo con el consumo excesivo de sodio.

Y es que en la actualidad la dieta tiene altos niveles de este nutriente, mientras que el potasio, calcio y magnesio es bajo. Esto es especialmente cierto cuando se trata de dietas ricas en alimentos ultraprocesados (2).

El 99% de estos productos contienen sodio, 63% de ellos de manera excesiva, de acuerdo con la Organización Panamericana de la Salud.  

Esta composición nutrimental es una de las principales razones por las que la población en México ingiere de manera excesiva este ingrediente, con un consumo promedio de 3.49 gramos al día, lo cual excede los 2 gramos diarios que la Organización Mundial de la Salud establece como máximo (3).

Los alimentos ultraprocesados que más exceden el contenido de sodio son las salsas y aderezos, los cuales son responsables del 50% del sodio presente en la categoría de productos industriales, las galletas (11%), panes industriales (6%), margarinas y aceites para untar (5%)  así como los snacks dulces y salados (5%)

Específicamente, en México la mayor parte del sodio es aportado por panes, tanto dulces como salados, seguidos por las carnes procesadas y los quesos. (4)

En 2016 se diagnosticaron 19 mil 670 casos nuevos de esta enfermedad en la entidad (5). Es la octava causa de muerte, de acuerdo con cifras oficiales (6), por encima de la diabetes mellitus y las neumonías.

Fuentes:

  1. Ensanut 2012,  Informe sobre Baja California. https://ensanut.insp.mx/encuestas/ensanut2012/doctos/informes/BajaCalifornia-OCT.pdf
  2. Karppannen, H y Mervaala E. (2006). Hipertensión y consumo de sodio. Disponible en: https://www.drtsoukalas.com/uploads/file/SODIUM%20INTAKE%20HYPERTENSION%20FINLAND.pdf
  3. Vega-Vega O,et al. Contemporary Dietary Intake: Too Much Sodium, Not Enough Potassium, yet Sufficient Iodine: The SALMEX Cohort Results. Nutrients. 2018 Jun 25;10(7):816. doi: 10.3390/nu10070816. PMID: 29941792; PMCID: PMC6073158.
  4. Colin-Ramirez E, Espinosa-Cuevas Á, Miranda-Alatriste PV, Tovar-Villegas VI, Arcand J, Correa-Rotter R. Food Sources of Sodium Intake in an Adult Mexican Population: A Sub-Analysis of the SALMEX Study. Nutrients. 2017;9(8):810. Published 2017 Jul 27. doi:10.3390/nu908081
  5. Anuario estadístico y geográfico de Baja California, 2017. Disponible en: https://www.datatur.sectur.gob.mx/ITxEF_Docs/BCN_ANUARIO_PDF.pdf
  6. Programa sectorial de salud 2015-2019 de Bja California. Disponible en: http://www.copladebc.gob.mx/programas/sectoriales/Programa%20Sectorial%20de%20Salud.pdf

Cardiopatías e hipertensión, resultado del aumento en consumo de productos ultraprocesados

• La Organización Panamericana de la Salud ubica a México como el segundo consumidor de estos productos en la región, después de Chile.

Ciudad de México a 9 de diciembre de 2020.- Estudios consultados por el Laboratorio de Datos contra la Obesidad (LabDO) señalan que el consumo excesivo de productos ultraprocesados, así como con azúcares añadidos, sal y fuentes no saludables de grasas, incrementa el riesgo de padecer obesidad, la cual, a su vez, abre la puerta a desarrollar enfermedades cardiovasculares (1), diabetes e hipertensión.

La preferencia de los mexicanos por los productos ultraprocesados como sustituto de las comidas va en aumento, lo cual puede explicar el incremento en las cifras de obesidad y sobrepeso en el país, que pasaron de 71.3% en 2012 a 75.2% en 2018.

Un estudio, realizado por la Organización Panamericana de la Salud (OPS) en 2019, colocó a México como el segundo consumidor de estos productos en la región, después de Chile.

Y es que la mayoría de estos contienen exceso de nutrientes críticos como azúcares, sodio y grasas, por lo que su consumo debe ser moderado. En especial, México tiene problemas con la ingesta de sodio y grasas.

Más del 50% de los mexicanos en todos los grupos de edad tienen un consumo de grasas saturadas mayor al recomendado por la Organización Mundial de la Salud (OMS), de menos del 10% de la energía diaria. Aunado a ello, investigaciones apuntan a que la población no incorpora niveles adecuados de fibra en su alimentación. Ambos hechos han sido reconocidos como factores que incrementan la incidencia de obesidad y los padecimientos crónicos asociadas a esta (2).

En cuanto al sodio, debido a la presencia de este nutriente en el 99% de los productos ultraprocesados, en México se sobrepasa los límites recomendados de 2 gramos diarios de este nutriente en la dieta. En el país se consume 3.49 gramos de sodio diarios (3). Solo el 23% de este nutriente proviene de la sal añadida a las comidas preparadas en casa (4), por lo que se recomienda disminuir la ingesta de productos ultraprocesados.

De los 10 productos industrializados que más calorías aportan a la dieta en México, siete contienen exceso de sodio o grasas. En el caso de las galletas, que representan el 12% de las calorías consumidas en el país por alimentos de este tipo, estas aportan exceso de todos los nutrientes críticos señalados por la OPS.

En nuestro país la incidencia de hipertensión ha aumentado conforme se han incrementado estos malos patrones en la dieta. En 2012, 16.6% de los mexicanos tenían esta enfermedad; en 2018 este porcentaje había aumentado a 18.4 por ciento, según la Encuesta Nacional de Salud y Nutrición (Ensanut). Esta condición, causada en gran medida por un exceso de sodio en la alimentación, es una de las condicionantes para el desarrollo de padecimientos cardiovasculares (5).

Cabe destacar que la OMS y expertos internacionales consideran a la obesidad como un problema multifactorial, por lo que para revertir las tendencias de aumento de peso entre la población se requieren soluciones que aborden distintas aristas.

La obesidad y el sobrepeso, así como las enfermedades no transmisibles que provocan, son en gran medida prevenibles, por ello, además de las acciones emprendidas desde los gobiernos, la OMS y OPS recomiendan acciones individuales como limitar el nivel de calorías provenientes de nutrientes críticos consumidos y aumentar la actividad física.

En ese sentido, es importante que en temporada navideña exista una mayor conciencia para evitar consumir en exceso productos ultraprocesados.

Fuentes: 

  1. Sowers J. Obesity as a cardiovascular risk factor. Am J Med. 2003; 115: 37S–41S.https://doi.org/10.1016/j.amjmed.2003.08.012
  2. Nancy López-Olmedo,et al. “Usual Intake of Added Sugars and Saturated Fats Is High while Dietary Fiber Is Low in the Mexican Population”, The Journal of Nutrition, Volume 146, Issue 9, September 2016, Pages 1856S–1865S, https://doi.org/10.3945/jn.115.218214
  3. Vega-Vega O,et al. Contemporary Dietary Intake: Too Much Sodium, Not Enough Potassium, yet Sufficient Iodine: The SALMEX Cohort Results. Nutrients. 2018 Jun 25;10(7):816. doi: 10.3390/nu10070816. PMID: 29941792; PMCID: PMC6073158.
  4. Laboratorio Profeco, Te echan la sal y tu ni en cuenta.
  5. De la Sierra y Bagulat, 2001. Hipertensión arterial y riesgo cardiovascular.

Arrancan sanciones a empresas que incumplan etiquetado frontal

• La autoridad deberá determinar si las diferentes industrias tienen complicaciones logísticas o deliberadamente hay desacato.

Ciudad de México, a 6 de diciembre del 2020.- A una semana de que entraran en vigor las sanciones a las empresas que incumplan poner los sellos octagonales, en los productos que así lo requieran, de exceso de azúcares, grasas trans, grasas saturadas, sodio y calorías, las autoridades tienen el reto de revisar cuándo se trató de un acto deliberado o cuándo fue por un tema de logística.

Y es que desde el 27 de marzo de este año, cuando se publicó en el Diario Oficial de la Federación la NOM-051, que da sustento jurídico al nuevo etiquetado, se advirtieron los retos logísticos que implicaba etiquetar productos que ya estaban en circulación y que pueden mantener un tiempo de vida largo, incluso de años.

“Las autoridades deben estar muy receptivas y lograr diferenciar entre las empresas que, aun con productos en el mercado sin sello, están haciendo un esfuerzo para cumplir la norma y, aquellas que deliberadamente buscan evadirla”, comentó el especialista Guillermo Arteaga MacKinney.

De acuerdo con el investigador de la Universidad de Sonora y experto en la industria de los alimentos, las unidades de verificación podrían ir a una tiendita y encontrar productos que salieron antes de que se publicara oficialmente la norma, lo cual no significaría que necesariamente se quiso incumplir el nuevo ordenamiento.

Hay que recordar que los sellos de advertencia octagonal dejan atrás las “guías diarias de alimentación” y que este nuevo etiquetado derivó de una reforma a Ley General de Salud que aprobó el Congreso de la Unión a finales de octubre del 2019.

La NOM-051 establece que el nuevo etiquetado entró en vigor el 1 de octubre y que las sanciones por desatenderlo serán a partir del 1 de diciembre. También estipula que hasta el 30 de marzo de 2021, las empresas podrán incluir los sellos a través de calcomanías y que a partir del 1 de abril, todos los productos deberán tener de manera definitiva, en sus empaques, dicha señalización.

Entre las sanciones por incumplir esta nueva normativa, la Procuraduría Federal del Consumidor dijo que se tratan de multas de entre 52 mil 128 y 781 mil 920 pesos, así como la inmovilización de los productos.

Es en los artículos 154 y 155 de la Ley de infraestructura de la calidad, publicada en el Diario Oficial de la Federación el 1 de julio del 2020, donde se establecen las penalizaciones que podrían sufrir quienes no acaten la NOM-051.

Siete de cada 10 bajacalifornianos tienen sobrepeso u obesidad

  • Una dieta rica en alimentos ultraprocesados con excedente en nutrientes críticos explica el aumento en la incidencia de estas enfermedades. 

3 de diciembre de 2020.-  De acuerdo con los datos de la Encuesta Nacional de Salud y Nutrición (Ensanut) 2012, los más recientes disponibles para la entidad, en Baja California 73.8% de las mujeres y 75.9% de los hombres padecen sobrepeso u obesidad (1). 

Aún más preocupante, Baja California ocupa el segundo lugar nacional en exceso de peso en niños, con 41.7% de la población en ese grupo de edad padeciendo esta enfermedad (2).

La obesidad ha ido en aumento en la entidad, pues a comparación de 2006, esta se incrementó 7.6 puntos porcentuales. 

Estudios consultados por el Laboratorio de Datos contra la Obesidad señalan que estas cifras implican que una alta proporción de quienes habitan en dicha entidad están en peligro de desarrollar enfermedades crónicas no transmisibles como diabetes mellitus, hipertensión arterial, dislipidemias, enfermedades cardiovasculares, enfermedad vascular cerebral, osteoartritis y algunos tipos de cáncer. 

Estas tendencias crecientes en la incidencia de obesidad se explican por un cambio en el tipo de alimentación de la población, que en años recientes ha incrementado su consumo de productos ultraprocesados, que contienen, en su mayoría, exceso de nutrientes críticos como azúcares, grasas y sodio, de acuerdo con la Organización Panamericana de la Salud (OPS). 

Y es que México es uno de los países que más ha aumentado su consumo de estos alimentos en Latinoamérica, afirma la organización internacional. En el país se consumían 214 kilogramos de ultraprocesados por persona en 2014, los últimos datos disponibles. 

Las ventas de este tipo de productos fueron de dos a tres veces más altas en el país que en Colombia o en Perú, por ejemplo. Entre 2009 y 2014, estas aumentaron un 5.3 por ciento (3). 

Los productos de este tipo más consumidos en el país son, en orden descendente por su aporte calórico a la dieta: refrescos y bebidas azucaradas, galletas (bizcochos) pasteles y postres, panes industriales, snacks dulces y salados, jugos y bebidas endulzados, salsas y aderezos, caramelos (dulces), cereales endulzados para el desayuno y yogur endulzado con aromatizantes, informa la OPS. 

No obstante, cabe resaltar que la obesidad es una enfermedad multifactorial, por lo que además de la alimentación, tiene otras causas, entre ellas: disminución de la actividad física, el aumento de la oferta de comida rápida y su consumo, la disminución del tiempo disponible para preparar alimentos en casa (4), así como aspectos económicos y sociales relacionados con el estilo de vida actual. 

Durante 2016, en Baja California se registraron 23 mil 539 casos nuevos de obesidad  (5). Esta enfermedad se colocó como la sexta causa de muerte el mismo año, cobrando la vida de 26,266 bajacalifornianos (6)

La Ensanut 2016 de Medio Camino indica que, en la zona Norte, 36.1% de la población padece sobrepeso y 37.8% obesidad. 

Fuentes:

  1. Ensanut 2012,  Informe sobre Baja California.
  2. Revista IMSS 2015, Panorama de la obesidad en México.
  3. Organización Panamericana de la Salud, 2019. Alimentos y bebidas ultraprocesados en Latinoamérica.
  4. Secretaría de Salud. Acuerdo Nacional para la Salud Alimentaria. Estrategia contra el sobrepeso y la obesidad. México: Secretaría de Salud; 2010. 
  5. Anuario estadístico y geográfico de Baja California, 2017.
  6. Programa sectorial de salud 2015-2019 de Baja California.

Comidas listas para calentar contribuyen al sobrepeso y la obesidad

  • La OPS advierte que este tipo de alimentos aportan calorías vacías y contienen exceso de nutrientes críticos como grasas y sodio.

Ciudad de México a 2 de diciembre de 2020.- Con los cambios en el estilo de vida y el tiempo más limitado del que disponen las personas para cocinar, se ha popularizado el consumo de comidas listas para calentar. En México, de acuerdo con datos de la empresa de estudios de mercado Master Research, el 96% de los hogares compra este tipo de productos (1).

Sin embargo, entidades internacionales como la Organización Panamericana de la Salud (OPS) han advertido que este tipo de alimentos forman parte de los productos ultraprocesados, por lo que aportan pocas calorías sanas y en cambio ofrecen exceso de nutrientes críticos.

En el caso de las comidas listas para calentarse, como son las pizzas, hamburguesas, papas fritas, y platillos preparados, estudios consultados por el Laboratorio de Datos contra la Obesidad (LabDO) indican que estas contienen exceso de sodio, el cual es usado como conservador y saborizante, así como cantidades superiores a las recomendadas por la Organización Mundial de la Salud, respecto a grasas y grasas saturadas.

Por su parte, la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO por sus siglas en inglés) señaló el vínculo entre el aumento en del consumo de este tipo de comidas con el incremento en los índices de sobrepeso y obesidad en la población de Latinoamérica y el Caribe.

Otro de los estudios que refiere esta organización, demostró que al tener una dieta rica en alimentos listos para consumir, procesados y empaquetados se puede aumentar 0.9 kilogramos en tan solo dos semanas, y si, por el contrario, se tiene una dieta en la que se incluyen alimentos íntegros y preparados en casa, se puede perder un peso similar en la misma cantidad de tiempo (2).

A pesar de este panorama, el mercado de comidas listas para comer ha mantenido un comportamiento estable. Según cifras de Euromonitor Internacional reportadas por Expansión, desde 2013, el mercado de alimentos listos para comer en el país creció un 41%, pasando de los 332.6 millones de dólares a 469 millones de dólares en 2019. Para 2023 se espera un crecimiento del 18.4 por ciento (3).

Dicho reporte ubica como principales empresas en este sector en México a Productos Chata y La Moderna con su marca “Buen Comer”.

Fuentes:

  1. Profeco, 2013. El Precio de los alimentos congelados.
  2. FAO, 2019. El impacto en la salud de los productos ultraprocesados.
  3. Expansión, 2019. Las prisas de los mexicanos son ganancia para estas empresas

Por exceso de azúcares y cafeína, bebidas energéticas ponen en riesgo la salud

Por su composición este tipo de bebidas deben ser consumidas con moderación.

Ciudad de México a 25 de noviembre de 2020.- Las bebidas energéticas, además de contener exceso de nutrientes críticos como azúcares, tienen también, de acuerdo con la Organización Panamericana de la Salud, otros ingredientes cuya alta ingesta puede resultar peligrosa.

En México, el consumo de estas bebidas ultraprocesadas ha ido en aumento. Datos del INEGI refieren que entre 2008 y 2018 su consumo se elevó 66 por ciento (1) .

Investigaciones consultadas por el Laboratorio de Datos contra la Obesidad, señalan que el problema con las bebidas energéticas es que, en su mayoría, contienen altas cantidades de cafeína, al igual que otras sustancias como guaraná, ginseng y taurina, que pueden generar reacciones inciertas en el organismo.

Por ejemplo, el guaraná es una planta brasileña que contiene “guaranina”, compuesto que es básicamente cafeína al doble de concentración encontrada en los granos de café (2).

Y es que, además de que aportan calorías vacías y azúcares, relacionadas con el aumento poco sano de peso, estas bebidas han sido vinculadas con afectaciones a la salud como incremento del ritmo cardíaco y elevación de la presión sanguínea (3).

De hecho, un análisis llevado a cabo en Canadá dejó ver que la mayor parte (55%) de quienes consumieron, en algún punto de su vida, un líquido de este tipo experimentaron al menos un efecto adverso, entre ellos taquicardia, dificultad para dormir, dolores de cabeza, náusea, vómito, dolor de pecho y en el 0.2% de los casos convulsiones (4).

En este sentido, otros estudios apuntan que las bebidas energéticas no tiene beneficios terapéuticos y en cambio contienen muchos ingredientes cuya farmacología es desconocida, lo cual hace que persistan preocupaciones respecto a los riesgos del consumo, sobre todo en poblaciones infantil y adolescente (5).

Un análisis de la Procuraduría Federal del Consumidor (Profeco) indica que estos productos pueden contener desde 31.8 hasta 115.4 mg de cafeína por envase, lo cual, si se considera que el límite de consumo de este compuesto es de 300 mg al día, de acuerdo al Instituto de Biotecnología de la UNAM, equivale a entre el 10.6 y el 38.46% de la ingesta diaria recomendada (6).

En lo que respecta a la taurina, la ingesta diaria recomendada se estima entre 40 y 400 mg. De los productos analizados por la Profeco, 15 contienen taurina en cantidades que van de los 525 a los 1892 mg por envase, lo cual rebasa dicha sugerencia.

Igualmente, el contenido de azúcares puede ir entre los 0 gramos hasta los 50.4 gramos de este nutriente, lo cual significa que el aporte calórico puede llegar hasta las 201 kcal por envase. 

La industria de bebidas energéticas en el país

En 2007 las ventas de estas bebidas fueron por 259.2 millones de litros, al cierre del 2017 se desplazaron 429.4 millones de litros de acuerdo con datos del INEGI retomados por El Financiero (1).

Euromonitor, por su parte, destaca que en México el líder en el sector es Qualamex, con su marca Vive 100, la cual es una alternativa económica que ha logrado abrir el mercado a una amplia base de consumidores. Igualmente, Red Bull y Monster Energy se colocan como fuertes competidores en el sector.

Según datos de la Profeco, el 54% de las personas que compran estas bebidas prefieren Red Bull y el 11% Red Bull Sugar Free. A estas marcas le siguen en preferencias Boost (11%) y Monster Energy (10%) (7).

Los hombres representan el 65% de los consumidores de estos productos y las mujeres el 35 por ciento.

Fuentes:

  1. El Financiero, 2018 Monster, Red Bull y Vive 100 se “energizan” en México.
  2. Sanchis-Gomar, Fabian & Pareja-Galeano, Helios & Cervellin, Gianfranco & Lippi, Giuseppe & Earnest, Conrad. (2015). Energy Drink Overconsumption in Adolescents: Implications for Arrhythmias and Other Cardiovascular Events. The Canadian journal of cardiology. 31. 10.1016/j.cjca.2014.12.019.
  3. Shah SA, Szeto AH, Farewell R, Shek A, Fan D, Quach KN, Bhattacharyya M, Elmiari J, Chan W, O’Dell K, Nguyen N, McGaughey TJ, Grant D, Nasir JM, Kaul S. Impact of high volume energy drinks consumption on electrocardiographic and blood pressure parameters: a randomized trial. J Am Heart Assoc. 2019; 8:e011318. DOI: 10.1161/JAHA.118.0
  4. Hammond, D., Reid, J. L., & Zukowski, S. (2018). Adverse effects of caffeinated energy drinks among youth and young adults in Canada: a Web-based survey. CMAJ open, 6(1), E19–E25. https://doi.org/10.9778/cmajo.20160154
  5. Seifert, Sara M et al. “Health effects of energy drinks on children, adolescents, and young adults.” Pediatrics vol. 127,3 (2011): 511-28. doi:10.1542/peds.2009-3592
  6. Revista del Consumidor, julio 2020.
  7. Revista del Consumidor, marzo 2011.

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