El consumo de pan en México aumentó durante confinamiento

  • Si bien la disminución en ingresos económicos modificó hábitos alimenticios, la ingesta de pan y tortilla creció.
  • Los panes industrializados rebasan los límites recomendados de nutrientes críticos como azúcar, grasas, sodio y grasas saturadas.

Ciudad de México a 19 de mayo del 2021.- Aun cuando el 63.4% de los mexicanos señaló que durante el confinamiento algún miembro del hogar tuvo una disminución en su ingresos económicos, el consumo de pan y tortilla resistió e incluso creció en 0.3% en 2020 su aportación al PIB nacional respecto al año anterior para quedar en 13 mil 500 millones de dólares su aportación a dicho indicador. (1)

De acuerdo con un estudio consultado por el Laboratorio de Datos contra la Obesidad (LabDO), en México las personas han tenido cautela en sus finanzas e incluso dejaron atrás lo que consideran gastos superfluos; sin embargo y aún con las modificaciones en sus hábitos, el consumo de pan y tortilla se ha mantenido como esencial. (2)

Cabe destacar que la industria de la panificación comprende las empresas que se dedican a la producción, venta al por mayor y al por menor de productos horneados que comprenden panes, tortas, pasteles, galletas, crackers y tortillas. En el país, la ingesta per cápita anual de los derivados de harina en pan blanco y dulce es de 33 kilos, según la Cámara Nacional de la Industria Panificadora. (3)

Sin embargo, la Organización Panamericana de la Salud advierte que los panes industrializados, tanto dulces como salados, mantienen exceso de todos los nutrientes críticos: grasas totales, grasas saturadas, azúcares y particularmente sodio, el cual puede traer consigo padecimientos cardiovasculares, siendo estos la primera causa de muerte en el país, sin contar el coronavirus. (4)

Para ser más precisos, el 16% de la ingesta diaria per cápita de sodio por parte de los mexicanos se obtiene por el consumo de panes, seguido por las carnes procesadas, que representan el 8 por ciento. En otras palabras, estos productos son los que más contribuyen a que México consuma 1,150 mg más de sodio que los 2,000 mg diarios recomendados por la Organización Mundial de la Salud (OMS). Esta tendencia se repite a nivel mundial, aunque los porcentajes varían de país en país (5).

Respecto al fenómeno de la modificación de hábitos alimenticios a nivel global,  la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) advierte que el aumento en el consumo de productos enlatados, empaquetados y no perecederos se da porque estos se pueden conservar más tiempo en los hogares; sin embargo, el consumo excesivo de de azúcares, grasas saturadas, sodio y calorías que contienen dichos alimentos ultraprocesados está, paradójicamente en medio de una crisis sanitaria, provocando sobrepeso y obesidad, así como las enfermedades crónicas asociadas a estas condiciones. (6)

Bimbo, el líder global

De acuerdo con Forbes, Bimbo, la panificadora más grande del mundo, registró, durante el primer trimestre del 2020, un incremento de 7% en sus ventas por consumo de pan dulce, tortillas y galletas en distintas regiones del mundo, frente al mismo periodo del año anterior, lo que equivale a 74 mil 404 millones de pesos, donde el mejor desempeño se ubica en Norteamérica y México con crecimientos de 9.8% y 6.2% respectivamente.

La empresa mexicana también reportó un crecimiento en su EBITDA (utilidad antes de intereses, impuestos, depreciaciones y amortizaciones, por sus siglas en inglés), la cual incrementó en 11.4%, alcanzando los 8 mil 899 millones de pesos.

El grupo se vio favorecido por un mayor volumen en ventas de pan, bollería, botanas, tortillas, pan dulce y galletas en Norteamérica, de acuerdo con un reporte enviado a la Bolsa Mexicana de Valores (BMV).

En México, las ventas crecieron 6.2%, mientras que en Estados Unidos y Canadá alcanzaron un 9.8%, gracias al beneficio del tipo de cambio y un buen desempeño en el volumen. (7)

Fuentes:

1.- Instituto Nacional de Geografía (INEGI). Encuesta Nacional de Ingresos y Gastos de los Hogares. Mayo 2020, de INEGI Sitio web: https://www.inegi.org.mx/rnm/index.php/catalog/36/datafile/F8/V256

2.- Nielsen. (2020). Estudios: Nielsen: El COVID-19 impulsó nuevos hábitos de compra en los consumidores. Mayo, 2020, de Nielsen Sitio web: https://www.america-retail.com/estudios/estudios-nielsen-la-covid-19-impulso-nuevos-habitos-de-compra-en-los-consumidores/

3.- Universidad del Claustro de Sor Juana. (2019). Tendencias de panadería en México y el mundo. Mayo 2020, de Universidad del Claustro de Sor Juana. Sitio web: https://www.elclaustro.edu.mx/claustronomia/index.php/investigacion/item/120-tendencias-de-panaderia-en-mexico-y-el-mundo

4.- INEGI. (2021). Características de las defunciones registradas en México durante enero a agosto de 2020. Mayo 2020, de INEGI Sitio web: https://www.inegi.org.mx/contenidos/saladeprensa/boletines/2021/EstSociodemo/DefuncionesRegistradas2020_Pnles.pdf

5.- Colin-Ramirez, Eloisa et al. “Food Sources of Sodium Intake in an Adult Mexican Population: A Sub-Analysis of the SALMEX Study.” Nutrients vol. 9,8 810. 27 Jul. 2017, doi:10.3390/nu9080810 https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/28749449/

6.- Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO). (2020). Sistemas alimentarios y COVID-19 en América Latina y el Caribe: Hábitos de consumo de alimentos y malnutrición. Mayo 2020, de FAO Sitio web: http://www.fao.org/3/cb0217es/CB0217ES.pdf

7.- Forbes. (2020). Grupo Bimbo aumenta ventas y EBITDA en medio de Coronavirus. Mayo 2021, de Forbes Sitio web: https://www.forbes.com.mx/grupo-bimbo-aumenta-ventas-ebitda-medio-de-coronavirus/

Cuidado en la dieta de personas adultas mayores, clave para mantener calidad de vida: Nutriólogo Jaime Alberto Bricio

  • Ante la propensión de padecer enfermedades en este rango de edad, comer saludable es la recomendación.

Al señalar que en las personas mexicanas mayores de 60 años existe una elevada prevalencia de diabetes, hipertensión o dislipidemias, el licenciado en Nutrición, Maestro en Ciencias Médicas y en Seguridad Alimentaria, Jaime Alberto Bricio Barrios, subrayó que la alimentación es de vital importancia para su calidad de vida.

En entrevista para el Laboratorio de Datos contra la Obesidad (LabDO), el también doctor en Ciencias Médicas explicó que al igual que las demás, la alimentación de las personas adultas mayores debe ser la correcta. “Estar variada, completa, inocua, pero en específico para ellos hay ciertos alimentos que pueden ser protectores”, añadió.

Uno de ellos son los antioxidantes –mencionó-, pero también debe estar basada en alimentos en general, considerando que hay tres macronutrimentos básicos que son los hidratos de carbono, grasas y proteínas, aunque este último es uno de los más frecuentes que no lo suelen consumir en cantidad suficiente.

El especialista recordó que las proteínas se encuentran en alimentos de origen animal, como carnes rojas, blancas, pescado, pero también en vegetales, leguminosas y cereales.

En lo que corresponde a vitaminas y minerales, indicó que también es otro alimento indispensable para mantener una salud óptima, sobre todo cuando se tienen ciertas deficiencias.

“Frecuentemente aparecen problemáticas físicas, por ejemplo, lesiones en la piel, uñas moradas, debilidad, cansancio o caída de cabello frecuente, que tal vez con una adecuada alimentación se pudiera solventar”, agregó.

Asimismo, el docente de la Universidad de Colima comentó que el consumo de productos ultraprocesados puede afectar la salud de las personas adultas mayores, sobre todo, porque tienen una gran cantidad de calorías.

Dijo que una de las herramientas que pueden ayudar a identificar si hay una alimentación saludable es el sistema NOVA, el cual clasifica los alimentos en diferentes grupos: no procesados; ingredientes culinarios; ligeramente procesados y hay una cuarta categoría, que son los alimentos ultraprocesados.

En este contexto, resaltó que es preferible que consuman en mayor cantidad los no procesados, es decir, los frescos, los que son llamados perecederos y que generalmente son productos locales.

Aclaró que no es necesario que las personas sean adultas mayores para comenzar a hacerlo, al tiempo que reiteró que es importante tener presente que se empieza a envejecer desde los 25 o 30 años, tiempo en que el metabolismo comienza a bajar un poco más.

“Esto significa que tendremos que ocuparnos de nuestra alimentación no desde que empecemos a ser adultos mayores, sino desde etapas tempranas para que cuando seamos adultos mayores no tengamos problemas de salud”, resaltó.

Entre los hábitos alimentarios, el doctor Jaime Alberto Bricio recomendó respetar y regular los horarios de comida; fomentar la compra de productos locales, y rescatar las preparaciones o recetarios que se solían tener, donde hay muchos ingredientes culinarios que no se han aprovechado para tener mayor diversidad.

Finalmente, aconsejó que es importante buscar aliados, ir con especialistas para tener el apoyo de un profesional que aclare dudas en cuanto a la nutrición.

Las dietas sostenibles también pueden mitigar el daño ambiental

Las dietas sostenibles también pueden mitigar el daño ambiental

  • Para 2035, el cambio a alternativas vegetales ahorrará en el mundo más de 1 gigatonelada de CO2-e (huella de carbono)
  • Una alimentación sana puede reducir entre un 20 y un 40% los infartos de miocardio, cáncer colorrectal y diabetes tipo 2

Consumir menos carnes rojas y procesadas, así como disminuir la ingesta de productos ultraprocesados, no solo mejoraría nuestra salud sino también la del planeta, por lo que las dietas sostenibles emergen como una alternativa indispensable si se desea mitigar el daño ambiental que provoca la producción alimentaria y, al mismo tiempo, evitar enfermedades como la obesidad, la diabetes o cardiopatías, de acuerdo con estudios consultados por el Laboratorio de Datos contra la Obesidad (LabDO).

Cifras de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) revelan que las emisiones de gases de efecto invernadero provenientes de los sectores agrícola y forestal significan actualmente más del 30% de las emisiones anuales (la deforestación y degradación de los bosques el 17.4% y la agricultura el 13.5%). No obstante, asegura el organismo, la agricultura puede contribuir a reducirlas, así como su impacto, a través de la adopción de dietas sostenibles (1).

Estas son definidas por esa misma organización internacional como aquellas con bajo impacto ambiental que contribuyen a la seguridad alimentaria y nutricional y a una vida saludable para las generaciones presentes y futuras, son protectoras y respetuosas con la biodiversidad y los ecosistemas, culturalmente aceptables, accesibles, económicamente justas y asequibles; nutricionalmente adecuadas, seguras y sanas, al tiempo que optimizan los recursos naturales y humanos. (2)

El concepto en sí mismo reconoce la interdependencia de la producción y el consumo de alimentos con las necesidades alimentarias y las recomendaciones de nutrientes y, al mismo tiempo, reafirma la noción de que la salud de los seres humanos no puede aislarse de la salud de los ecosistemas. (3)

Investigadores  de la Universidad de California, en Santa Bárbara, analizaron los potenciales efectos que una dieta sana tiene no solo para la salud de los estadounidenses, sino también para la del planeta. La conclusión: una alimentación sana reducía entre un 20 y un 40% los infartos de miocardio, cáncer colorrectal y diabetes tipo 2, lo cual se traducía también en una reducción de los costes sanitarios de 77 mil a 93 mil millones al año y en una disminución de entre 222 y 826 kilogramos de gases contaminantes por persona al año. (4)

Sin embargo, es un hecho que los consumidores del mundo adoran las proteínas de origen animal, hasta el punto de que en 2020 consumieron 574 millones de toneladas métricas de carne, pescado, productos lácteos y huevos, es decir, casi 75 kilogramos por persona, y ello ha llevado a incrementar la preocupación por los costes medioambientales de la cría de los animales que los humanos comemos, por el trato que reciben y por las consecuencias para la salud humana de comer toda esa carne, pescado, lácteos y huevos. (5)

Tan solo los rumiantes (principalmente, el ganado vacuno) son responsables de casi la mitad de las emisiones de gases de efecto invernadero de la producción agrícola, por lo que es probable que —dado el impacto ambiental del aumento en la demanda— la disminución de su consumo resulte decisiva para limitar el aumento de la temperatura mundial en 1.5 o 2 °C, de conformidad con el Acuerdo de París sobre el cambio climático. (6)

La innovación es fundamental para lograr una alimentación sustentable, afirma Alejandra Rullan, directora de Nutrición para América Latina de Kerry, corporativo global especializado en alimentación sustentable. La finalidad es mejorar la dieta de las personas, minimizar la huella ambiental y reducir el nivel de desperdicio de alimentos”. (7) En efecto, la FAO revela que más de una tercera parte de los alimentos producidos en la actualidad se pierde o se desperdicia. (8)

Según sus cifras, los gastos totales a escala mundial del despilfarro de alimentos ascienden a unos 2.6 billones de dólares al año, incluidos 700 mil millones de dólares en concepto de costos ambientales y 900 mil millones en el aspecto social. (9)

Se estima que para 2035 el cambio a alternativas vegetales de carne de vacuno, cerdo, pollo y huevos ahorrará más de 1 gigatonelada de CO2-e (huella de carbono), casi tanto como el que emite actualmente Japón al año, según el Boston Consulting Group (BCG). El abandono de la agricultura animal —asegura— también economizará 39 mil millones de metros cúbicos de agua, suficiente para abastecer a la ciudad de Londres durante 40 años; de igual forma, no se necesitarán más de 240 mil kilómetros cuadrados de tierras de labranza para la cría de animales y el cultivo de sus piensos, lo que equivale a la superficie del Reino Unido. (10)

Ante este panorama, el BCG asevera que actualmente varias de las principales empresas cárnicas ya se están redefiniendo como empresas de «proteínas», fabricando y comercializando sus propias alternativas; incluso, se estima que los ingresos de las proteínas alternativas alcanzarán los 290 mil millones de dólares en 2035. (11) Incluso se espera que el mercado aumente más de siete veces su tamaño actual en la próxima década y media, pasando de los 13 millones de toneladas métricas anuales actuales a 97 millones de toneladas métricas en 2035, cuando representará el 11% del mercado global de proteínas, según proyecciones de especialistas integrantes del Foro Económico Mundial. (12)

De hecho, 9 de cada 10 de los platos más populares del mundo serán pronto factibles con proteínas alternativas a un precio razonable, especialmente los que utilizan carne menos estructurada, como la carne picada. Para el consumidor individual, esto significa que se pueden ahorrar tantas emisiones de carbono como las que emite un coche nuevo en un trayecto de 10 km, simplemente preparando una ración de espagueti a la boloñesa con la carne picada de origen vegetal que ya se puede comprar hoy en la mayor parte del mundo. (13)

Fuentes:

(1) Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO). “Cambio climático y seguridad alimentaria”, 2018. Enlace: http://www.fao.org/climatechange/16615-05a3a6593f26eaf91b35b0f0a320cc22e.pdf

(2) Barbara Burlingame y Sandro Dernini, ed. Sustainable diets and biodiversity directions and solutions for policy, research and action. FAO, 2012. Enlace: http://www.fao.org/3/i3004e/i3004e.pdf

(3) Ibidem.

(4) National Geographic.com. “La alimentación afecta al cambio climático”. Diciembre de 2019. Enlace: https://www.nationalgeographic.com.es/ciencia/actualidad/asi-afecta-alimentacion-cambio-climatico_11271

(5) Benjamin Morach, Juergen Rogg y Michael Brigl. Alternative proteins will transform food, mitigate climate change and drive profits. Here’s how. World Economic Forum (WEF), 24 de marzo de 2021. Enlace: https://www.weforum.org/agenda/2021/03/alternative-proteins-will-transform-food-mitigate-climate-change-and-drive-profits/

(6) Yogurt Nutrition.com. “Alimentarse para proteger nuestra salud y la del planeta”. Febrero de 2020. Enlace: https://www.yogurtinnutrition.com/wp-content/uploads/2020/03/q1-que-es-una-dieta-sostenible-yogurt-in-nutirtion-sp.pdf

(7) Griselda Vega. “Alimentación sustentable para cuidar a la población y al planeta”. Thefoodtech.com, 23 de febrero de 2021. Enlace: https://thefoodtech.com/nutricion-y-salud/alimentacion-sustentable-para-cuidar-a-la-poblacion-y-al-planeta/

(8) Björn Witte, Przemek Obloj, Sedef Koktenturk, Benjamin Morach, Michael Brigl, Jürgen Rogg, Ulrik Schulze, Decker Walker, Elfrun Von Koeller, Nico Dehnert, and Friederike Grosse-Holz. Food for thoughts. The protein transformation. Boston Consulting Group (BCG) and Blue Horizon, marzo de 2021. Enlace: https://web-assets.bcg.com/a0/28/4295860343c6a2a5b9f4e3436114/bcg-food-for-thought-the-protein-transformation-mar-2021.pdf

(9) FAO. “Huella del despilfarro de alimentos”, 2013. Enlace: http://www.fao.org/nr/sustainability/despilfarro-de-alimentos/es

(10) Ibidem, BCG, 2021.

(11) Ibidem.

(12) Ibidem, WEF, 2021.

(13) Ibidem.

La educación nutricional, una gran herencia: Karmina Sánchez Meza

La recomendación es enseñarles a comer de manera saludable para que sean personas sanas y productivas.

No hay mejor herencia para las hijas e hijos que la educación nutricional, porque no hay dinero que alcance cuando se padece alguna enfermedad y la gran mayoría de ellas son resultado del estilo de vida, señaló en entrevista para el Laboratorio de Datos contra la Obesidad (LabDO), la licenciada en Nutrición y Maestra y Doctora en Ciencias Médicas, Karmina Sánchez Meza.

“Si tengo un mal estilo de vida, no hago ejercicio, soy una persona sedentaria y como mal, tengo altas posibilidades de padecer diabetes, hipertensión, problemas en general o diferentes tipos de cáncer y eso va a afectar directamente a la economía familiar y a la población”, puntualizó.

Por ello, la docente de la licenciatura en Nutrición de la Facultad de Medicina de la Universidad de Colima recomendó enseñar a las hijas e hijos a comer de manera saludable para que sean personas más sanas y, por ende, más productivas, con lo cual se podrá tener un mejor patrimonio, que es lo que tal vez algunos pudieran desear para sus descendientes.

Indicó que hay muchos estudios que demuestran que los papás son los últimos en identificar el exceso de peso en las hijas e hijos y cuando se reconoce ya es demasiado excesivo u otras personas se los hicieron saber.

“Si les preguntas cómo ven a su hijo, si consideran que su peso es adecuado, el 80% de los papás va a decir que sí lo es, sin embargo, alrededor del 40% no es así, porque va a estar en riesgo de padecer sobrepeso o, incluso, ya va a tener el exceso de peso”, detalló.

Las señales de alerta, según la especialista, pudieran ser cuando al niño o a la niña no le queda la talla de acuerdo a su edad; se agita o refiere que, por ejemplo ya no lo incluyen en los deportes o no rinde.

“Eso es algo que a los papás les llama la atención porque no quieren que su hijo o hija sufra ese tipo de discriminación”, agregó.

Sánchez Meza subrayó que la obesidad es un asunto multifactorial, toda vez que hay diferentes causas que pueden influir en el peso que va a tener una persona, al tiempo que mencionó que entre los aspectos más comunes de dicha situación están el sedentarismo, el consumo excesivo de calorías, una dieta pobre en nutrientes y alta en grasas e hidratos de carbono, además de que también contribuye el tipo de alimentos que se ofrece en las escuelas, la mercadotecnia y los genes.

La especialista explicó que los casos de obesidad en niñas y niños se determinan con base en los patrones de la Organización Mundial de la Salud (OMS), en los cuales se identifica de acuerdo a peso y estatura por edad, si la persona rebasa los rangos permitidos o si no se desplaza mucho del promedio que deberían tener.

Sostuvo que es una enfermedad que no tiene edad, toda vez que no solo se presenta desde la infancia, sino, incluso, puede aparecer desde la gestación.

 “Son niños a los que se les llama macrosómicos, que nacen con arriba de cuatro kilos, que es un peso que ya se considera que no es saludable”, añadió.

La nutrióloga explicó que es desde la etapa pregestacional donde se debe iniciar la prevención, posteriormente, en la gestación, al ser un lactante y en la niñez.

“Toda mujer que pretenda embarazarse o que esté en etapa reproductiva debe empezar con educación nutricional para que su peso sea el adecuado, porque difiere mucho si inicia el embarazo con un peso saludable a que si lo hace con obesidad”, declaró.

Asimismo, aseguró que para atender el problema del sobrepeso y la obesidad en la población infantil es necesario analizar el tipo de alimentos que los padres compran para la casa.

“Si llevamos comida chatarra, ¿qué van a tener los hijos en el momento que digan tengo hambre?, ¿qué voy a comer?, esa comida chatarra; en cambio, si hay fruta, comerá eso” estimó.

Una recomendación muy importante, aconsejó, es que los padres sean buenos ejemplos para sus hijas e hijos, tanto en la alimentación, como en el estilo de vida que se lleva, lo cual también incluye la actividad física.

La experta también consideró que los alimentos ultraprocesados son los que más generan ganancia de calorías, por lo que sugirió revisar las etiquetas y el valor nutrimental, especialmente de los que son secos, toda vez que no sacian aunque se coman en grandes cantidades, a diferencia, por ejemplo, de frutas y verduras, que tienen fibra y agua, lo cual ayuda a la saciedad.

Todos aquellos que tengan grandes cantidades de calorías y de grasa van a favorecer el incremento de peso corporal, precisó.

Por último, reiteró que la autoridad responsable puede hacer mucho y que los papás, desde casa, tienen una responsabilidad, pero hay cosas que no pueden controlar, por ejemplo, la oferta alimentaria que tienen los niños en las escuelas, la mercadotecnia, la disponibilidad de parques y la seguridad.

Infancia y alimentación ¿Qué comen nuestras niñas y niños?

  • Todas las niñas y los niños tienen derecho a la salud.
  • 9 de cada 10 países en el mundo viven con la “doble carga” del sobrepeso y la desnutrición.

En el marco de la celebración del día de las niñas y los niños, en el mes de abril, es pertinente recordar que como señala el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF por sus siglas en inglés), ellas y ellos tienen derecho a la salud, la educación y la protección, independientemente del lugar en el que nacieron. (1) 

De acuerdo a la Organización Mundial de la Salud (OMS), la obesidad infantil es uno de los principales problemas de salud pública del siglo XXI. (2)

Además, en la actualidad, el mundo enfrenta un fenómeno de doble malnutrición (3): por un lado se encuentra aquella que tiene su origen en la limitante de las personas a acceder a cualquier tipo de alimento y por otro lado, aquellos que aún con un consumo excesivo de productos ultraprocesados no cubren los nutrientes necesarios.

La malnutrición es un problema que afecta a niños, niñas y adolescentes en nuestro país. Por un lado, la desnutrición durante la infancia tiene impactos negativos como tallas bajas y desarrollo insuficiente del sistema inmunológico, mientras que el sobrepeso y la obesidad favorecen la aparición de enfermedades como diabetes, problemas circulatorios, del corazón o de los riñones, repercusiones graves que afectan la calidad y la esperanza de vida, reconoce la UNICEF. (4)

Un análisis realizado por las doctoras Sophie Hawkesworth y Lindsay Keir publicado por BBC News y consultado por el Laboratorio de Datos contra la Obesidad (LabDO), indica que 9 de cada 10 países  están atrapados en una doble epidemia de salud conocida como la “doble carga”, lo cual significa que las personas con sobrepeso y las desnutridas viven lado a lado y que la disponibilidad sin precedentes de alimentos poco saludables, los empleos de oficina, la expansión de los medios de transporte y el uso de la televisión son algunas de las causas. (5)

“Incluso puede sucederle a una misma persona. A veces se puede tener sobrepeso, pero carecer de nutrientes vitales. También existe el fenómeno grasa delgada, cuando las personas parecen tener un peso saludable, pero en realidad tienen grandes cantidades de grasa oculta”, se advierte en el estudio.

La investigación subraya que los cambios en el estilo de vida son en parte responsables de esta doble carga de obesidad y desnutrición. Muchos países de ingresos medios y bajos tienen una nueva clase media con más dinero, lo que significa que muchas personas rechazan sus alimentos tradicionales e ingieren una gran cantidad de productos altos en azúcares, grasas y carne, y aunque las dietas de muchas personas pueden ser más altas en calorías, tienen muy pocas vitaminas y minerales.

Asimismo, los niños desnutridos también tienen más probabilidades de tener sobrepeso cuando crezcan, ya que su metabolismo se ralentiza y su cuerpo se aferra a las reservas de grasa.

Los hogares mexicanos

Un estudio realizado por la empresa consultora Kantar, a través de Worldpanel México, indica que el desayuno es importante para los hogares mexicanos, principalmente cuando hay niños, no obstante, el tiempo entre semana es de menos de 10 minutos, mientras que en fin de semana es de una hora para la preparación de los alimentos. (6)

El informe señala que las familias mexicanas sí se preocupan en darles algo saludable a sus hijos y buscan que los snacks entre comidas sean más sanos, aunque en la cena son más indulgentes, es decir, les gusta hacerles algo que sea fácil, rápido y delicioso para que lo disfruten.

De acuerdo a esta firma, los 5 productos preferidos para el lunch por niñas, niños y jóvenes de entre 10 y 17 años de edad son: botanas saladas, galletas (dulces o saladas), refrescos, agua natural y bebidas saborizadas.

La UNICEF, a su vez, señala que México se encuentra entre los primeros lugares en obesidad infantil y que las causas principales son el consumo de alimentos procesados con altos niveles de azúcar, grasas trans y sal, así como de bebidas azucaradas. (7)

“Más del 95% de los casos de obesidad infantil se deben a dietas con alto valor calórico y a baja actividad física, por lo que el sobrepeso y la obesidad pueden prevenirse en la mayoría de las niñas y los niños, mejorando sus hábitos de nutrición y salud, y promoviendo una mayor actividad física”, precisa el organismo internacional.

El sobrepeso y la obesidad en México son un problema que se presenta desde los primeros años de vida: el 6.8% de las niñas y los niños de entre 0 y 5 años de edad tienen alguno de estos dos padecimientos, mientras que en la población de 5 a 11 años hay una prevalencia del 35.5%, de acuerdo a la Encuesta Nacional de Salud y Nutrición 2018 (Ensanut). (8)

Esta muestra analiza la prevalencia de desnutrición infantil en la población preescolar y destaca que el 4.8% registra bajo peso; el 14.2% baja talla y 1.4% emaciación.

Además, puntualiza que en los menores de 5 a 11 años de edad, la sumatoria de las categorías de sobrepeso y obesidad  fue mayor en los niños (37.8%), en comparación con las niñas (33.4%).

Aproximadamente el 95.4% de las niñas y los niños de 5 a 7 años dijeron ser consumidores de botanas, dulces y postres, al realizarse la Encuesta de Salud y Nutrición en niñas y niños menores de 12 años, durante la pandemia por COVID-19, en México 2020 (ENSARS-CoV2 niñas y niños). (9)

También se destaca que el 87.8% de las y los menores de 8 a 11 años de edad consumió grasas saturadas en los 7 días previos al sondeo, y el 97.6% lácteos, en tanto que el 68.8% pescados y mariscos, y el 61.6 oleaginosas.

En cuanto a consumo de agua pura o sola, el 40.4% de las niñas y niños de 5 a 7 años de edad indicó haber bebido 3 a 4 vasos en un día, es decir, de 750 ml a 1 litro; el 29.4%, 2 vasos, mientras que el 18.9%, 5 a 8 vasos del líquido.

Fuentes:

  1. UNICEF. (2021). Día Universal del Niño. Abril 2021, de UNICEF Sitio web: https://www.unicef.es/causas/derechos-ninos/dia-internacional-nino
  2. Organización Mundial de la Salud. (2021). Estrategia mundial sobre régimen alimentario, actividad física y salud. Sobrepeso y obesidad infantiles.. 2021, de OMS Sitio web: https://www.who.int/dietphysicalactivity/childhood/es/
  3. Organización Mundial de la Salud. (2021). 10 datos sobre la nutrición. Abril 2021, de OMS Sitio web: https://www.who.int/features/factfiles/nutrition/es/
  4. UNICEF. (-). Salud y nutrición. Marzo 2021, de UNICEF Sitio web: https://www.unicef.org/mexico/salud-y-nutrici%C3%B3n
  5. Dr. Sophie Hawkesworth & Dr. Lindsay Keir Wellcome. (2018). Los países donde hay demasiados obesos y demasiados desnutridos (y cuáles están en América Latina). Abril 2021, de BBC News Sitio web: https://www.bbc.com/mundo/noticias-45952632
  6. KANTAR WORLDPANEL MÉXICO. (2019). Qué y cómo comen las familias con niños en México. Abril 2021, de KANTAR Sitio web: https://www.kantarworldpanel.com/mx/Noticias-/Que-y-como-comen-las-familias-con-nios-en-Mexico
  7. UNICEF. Sobrepeso y obesidad en niñas, niños y adolescentes. Marzo 2021, de UNICEF Sitio web: https://www.unicef.org/mexico/sobrepeso-y-obesidad-en-ni%C3%B1os-ni%C3%B1as-y-adolescentes#:~:text=Las%20causas%20principales%20de%20la,su%20promoci%C3%B3n%20en%20medios%20masivos.
  8. INEGI, Secretaría de Salud, INSP. Informe de Resultados de la Encuesta Nacional de Salud y Nutrición 2018. Marzo 2021, de INSP Sitio web: https://ensanut.insp.mx/encuestas/ensanut2018/doctos/informes/ensanut_2018_informe_final.pdf
  9. Instituto Nacional de Salud Pública (2021). Encuesta de Salud y Nutrición en niñas y niños menores de 12 años, durante la pandemia por COVID-19, en México 2020. Marzo 2021, de INSP Sitio web: https://www.insp.mx/resources/images/stories/2021/docs/210318_Presentacion_ENSARS_CoV2_nina_ninos_16_03_2021.pdf

Aunque atractivos a los sentidos, consumo excesivo de productos ultraprocesados ponen en riesgo nuestra salud: Mónica Minutti, nutrióloga

*Se exceden en azúcares, grasas totales, grasas saturadas, sodio y edulcorantes.

Por el incremento en el sabor, color y textura que les hacen más atractivos, así como por una mayor duración dentro de las alacenas, los productos ultraprocesados han mantenido un crecimiento muy importante en preferencia y compra por parte de las personas.

Lo anterior, lo señaló en entrevista para el Laboratorio de Datos contra la Obesidad (LabDO), la Licenciada en Nutrición y Ciencia de los Alimentos y Maestra en Proyectos Educativos Virtuales, Mónica Minutti Sánchez Alcocer.

La docente de la Universidad Iberoamericana León sostuvo que el aumento en la preferencia de este tipo de productos que contienen un alto aporte calórico y una reducida contribución de nutrimentos, creció en México desde los años 80 por la apertura en los mercados.

“La Organización Panamericana de la Salud identificó, entre el 2000 y 2013, un incremento de 48% en las ventas de alimentos ultraprocesados. Incluso presentan una estimación en donde las personas podrían ingerir hasta 581 gramos al día de este tipo de productos, lo que representaría casi el 30% del consumo calórico de la población”, comentó.

La nutrióloga explicó que el consumo en exceso de azúcares, grasas totales, grasas saturadas, sodio y edulcorantes, vía estos productos, puede generar un fenómeno denominado “hambre oculta”.

“Se produce cuando la calidad de los alimentos que comemos no cubren nuestras necesidades de micronutrientes (vitaminas y minerales) esenciales para nuestra salud”.

De acuerdo con la especialista, el consumo excesivo de este tipo de productos puede considerarse como un mal hábito que pudiera traer consecuencias a la salud.

“Los hábitos inadecuados aunados a otros factores como son la inactividad, el consumo de tabaco, alcohol y diversos hábitos, incrementan los factores de riesgo y la posibilidad de padecer enfermedades crónicas, como la hipertensión, diabetes y la obesidad”, puntualizó.

Finalmente, la experta recalcó la necesidad de calificar a la obesidad como una enfermedad multifactorial en la que influyen factores muy importantes y del mismo entorno de la persona.

Dijo que es muy importante mejorar entornos alimentarios saludables, con el consumo de alimentos frescos, como frutas y verduras; crear más espacios públicos que promuevan la actividad física; capacitar al personal de salud como especialistas para la prevención y el tratamiento de la obesidad; promover la lactancia materna, y dormir adecuadamente, entre otros puntos.

Reducir ingesta de productos ultraprocesados, clave en la recuperación de COVID-19

  • La pandemia por COVID-19 nos ha recordado a todas y todos lo importante que es alimentarnos sanamente: UNICEF.
  • Diferentes estudios confirman que las verduras y las frutas tienen nutrientes beneficiosos que pueden mejorar la función inmunitaria.

A partir de la propagación del coronavirus SARS-CoV-2, fortalecer el sistema inmunitario mediante una buena alimentación es indispensable, tanto para reducir las posibilidades de presentar un cuadro grave al contraer el virus como para una pronta y efectiva recuperación, por lo que es fundamental disminuir la ingesta de productos ultraprocesados y aumentar el consumo de frutas, verduras y granos integrales, además de mantener esta dieta como parte del proceso postcovid.

Una mejor nutrición mejora los síntomas del paciente y ayuda a tener un restablecimiento de su salud, afirma el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) a través de sus especialistas, quienes señalaron que una alimentación saludable es piedra angular y juega un papel importante durante el proceso de la atención (1), lo que a su vez refuerza el camino hacia una condición sana posterior a la enfermedad. 

Al respecto, el Laboratorio de Datos contra la Obesidad (Labdo) consultó la Guía práctica para el cuidado de la salud y nutrición de toda la familia. ¿Cómo mantenernos saludables durante y después del COVID-19? del Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF, por sus siglas en inglés), en donde se hace referencia a llevar una vida activa y una nutrición saludable durante y después de adquirir el virus. (2)

En ella, este organismo internacional señala que la comida rápida y los productos ultraprocesados —muy solicitados durante el confinamiento social derivado de la pandemia— se caracterizan por tener altas cantidades de calorías, grasas, sal y azúcar, una mezcla que es, de cierta forma, adictiva; de ahí que sugiere aprender a comer platillos con sabores naturales.

Por ello, si se padece COVID-19 la recomendación es evitar el consumo de embutidos (jamón o salami), pastelillos, helados no artesanales, botanas industrializadas y bebidas muy azucaradas (incluyendo leches saborizadas), debido al alto contenido de azúcar. Y destaca que las dietas altas en comida rápida y platillos poco saludables, escasos en verduras y otras fuentes vegetales, pueden conducir a excesos de calorías, además de otras deficiencias nutrimentales que no solo afectan el sistema inmunitario sino otros sistemas del cuerpo.

Ante un escenario postcovid, la base de una alimentación saludable está compuesta por las verduras y frutas; los granos enteros o cereales integrales -avena y tortilla de maíz-; las leguminosas -frijol, lentejas y garbanzos-; las nueces y otras semillas -de girasol, pepitas, cacahuates tostados sin sal-; los alimentos de origen animal bajos o moderados en grasa -pescado, pollo y carne magra, lácteos y sus derivados; así como otros alimentos fermentados. (3)

Especialistas coinciden que después de haber contraído COVID-19 se debe aumentar la ingesta de alimentos frescos (frutas, verduras, granos integrales, leguminosas y semillas) y garantizar un consumo de al menos 3 raciones de frutas al día y 2 de hortalizas, así como el consumo de carnes (3 a 4 veces a la semana, pero máximo 1 vez a la semana carne roja, de ternera, cordero o cerdo), pescados (2 o 3 veces a la semana), huevos (3 a 4 veces a la semana), y quesos, así como carnes de aves (pollo, pavo, etc), evitando los embutidos. (4)

De acuerdo con investigadores del Instituto Indio de Alimentos Ciencia y Tecnología, el sistema inmunitario depende de que los glóbulos blancos desarrollen anticuerpos para protegerse de las bacterias, los virus y otras invasiones. Por ello, según se ha demostrado, los vegetarianos tienen glóbulos blancos más eficientes en comparación con los no vegetarianos, debido al alto consumo de vitaminas y al bajo consumo de grasas. Al mismo tiempo —aseguran los especialistas—, diferentes estudios confirman que las verduras y las frutas tienen nutrientes beneficiosos que pueden mejorar la función inmunitaria, como el betacaroteno, la vitamina C y la vitamina E. (5)

En el contexto mexicano, ante el panorama alimentario actual frente a la pandemia, estudiosos de la Universidad La Salle resaltan que es necesario asegurar a la población en general el acceso a alimentos nutritivos y adecuados, y propiciar actividades de orientación alimentaria que conduzcan a la adopción y reforzamiento de hábitos de alimentación saludables con la finalidad de reducir la susceptibilidad de las complicaciones por SARS-CoV-2. (6)

Asimismo, indican que se debe incentivar  a la población mexicana a privilegiar comidas preparadas en casa, al mismo tiempo que una disminución de la compra e ingesta de alimentos ultraprocesados y la preferencia por alimentos disponibles, de fácil acceso y locales.

Fuentes:

  1. Instituto Mexicano del Seguro Social. “La nutrición es fundamental para evitar cuadros graves por COVID-19, señalan especialistas del IMSS”, IMSS. México, 30 de mayo de 2020. Enlace: http://www.imss.gob.mx/prensa/archivo/202005/351
  2. Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF). Guía práctica para el cuidado de la salud y nutrición de toda la familia. ¿Cómo mantenernos saludables durante y después del COVID-19? Agosto 2020. Enlace: https://www.unicef.org/mexico/sites/unicef.org.mexico/files/2020-08/GUIANUTRICION_vf_12.08.2020%20%281%29.pdf
  3. Ibidem.
  4. Academia Española de Nutrición y Dietética y del Consejo General de Colegios Oficiales de Dietistas-Nutricionistas.  Recomendaciones de alimentación y nutrición para la población española ante la crisis sanitaria del COVID-19. México, 17 de marzo de 2020. Enlace:  https://academianutricionydietetica.org/NOTICIAS/alimentacioncoronavirus.pdf
  5. Swati D Shende Nakhale, Souvik Tewari and Khan Farhana M. “Role of diet in the reduction of coronavirus infection: A review”. The Pharma Innovation Journal, 2020; 9(9): 413-416. Enlace: shorturl.at/mHMNT
  6. Vergara Castañeda Arely, Lobato Lastiri María Fernanda, Díaz Gay Mariana y Ayala Moreno María Del Rosario. “Cambios en el comportamiento alimentario en la era del COVID-19”, Revista Latinoamericana de Investigación Social. Vol. 3. Núm. 1, Universidad La Salle. México, mayo de 2020. Enlace:  https://repositorio.lasalle.mx/handle/lasalle/1767

Ambientes obesogénicos: entre sedentarismo, mala alimentación y poca educación nutricional

• La prohibición de alimentos ultraprocesados a menores de edad no resuelve la problemática de obesidad

Ciudad de México a 24 de marzo de 2021.- El confinamiento ha provocado que los ambientes obesogénicos tradicionales, como lo eran la escuela para los menores y el trabajo para adultos, se trasladen a la casa, en donde los mexicanos también encuentran factores que ayudan a perpetuar la problemática de obesidad en el país, como son el sedentarismo, el acceso a productos ultraprocesados y una poca educación nutricional.

Estudios consultados por el Laboratorio de Datos contra la Obesidad (LabDO) revelan que la proporción de población infantil con obesidad que inicia la primaria es de 24.3% y que esta se incrementa hasta 32.5% cuando acaban esta etapa escolar (1).

Al respecto la Organización Mundial de la Salud (OMS) retrata a los entornos obesogénicos como aquellos en los que se “fomenta la ingesta calórica elevada y el sedentarismo. Se tienen en cuenta los alimentos disponibles, asequibles, accesibles y promocionados; las oportunidades para practicar una actividad física, y las normas sociales en relación con la alimentación y la actividad física” (2).

En vísperas de un regreso a clases escalonado, las escuelas son tradicionalmente vistas  como un ambiente de este tipo, en el que se propicia la mala alimentación y en donde prevalece la obtención de recursos a partir de la venta de los productos ultraprocesados a los menores de edad (3).

Sin embargo, este no es un problema único de México. En América Latina, según evaluaciones de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO por sus siglas en inglés), los alimentos que se encuentran dentro y fuera de los centros escolares son en gran medida ultraprocesados y fuentes de azúcar, sal, grasas y aditivos. Por las limitantes de la infraestructura, los alimentos frescos son difíciles de obtener (4).

Y aun cuando las escuelas se pueden convertir en espacios de oportunidad para educar a los niños sobre nutrición adecuada y lograr cambios en las dietas, no existen estrategias transversales que trascienden a otros planos de la vida de los infantes (3).

En entrevista para LabDO, la maestra en Ciencias de la Salud, María de Lourdes Silva Fernández y Directora de la Facultad de Nutrición de la Universidad Popular Autónoma del Estado de Puebla (UPAEP), sostuvo que la prohibición de alimentos ultraprocesados en escuelas es una estrategia limitada ya que la obesidad es multifactorial y contempla problemas sociales, emocionales, económicos y socioculturales.

Para atajar el problema, la FAO señala que requiere una aproximación multifactorial, desde los cambios en el comportamiento individual hasta las modificaciones ecológicas que sirvan para darle soporte a dichas acciones (5).

Acciones en el mundo

En Chile, la Ley 20.606 regula la composición nutrimental de los alimentos. Además, tiene como objetivo mejorar la oferta de alimentos disponibles al interior de las escuelas, prohibiendo que se vendan productos ultraprocesados altos en calorías o nutrientes críticos.

Brasil, con su ley sobre Directrices de la Alimentación Escolar, ha emprendido acciones de educación alimentaria y nutricional enfocadas en contrarrestar los malos hábitos de los alumnos. Lo anterior se complementa con la oferta de comidas que cubran de forma adecuada las necesidades nutricionales de los infantes.

La Unión Europea ha decidido atacar los ambientes obesogénicos en las escuelas con un sistema de subsidios para proveer frutas y verduras gratis en estas. A cambio, los centros educativos deben tomar medidas complementarias para enseñarles acerca de alimentación sana.

Fuentes

  1. Perez-Herrera, A. y Cruz-Lopez, M. Situación actual de la obesidad infantil en México. Nutr. Hosp. [online]. 2019, vol.36, n.2 [citado  2020-10-21], pp. 463-469. Disponible en: http://scielo.isciii.es/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S0212-16112019000200463&lng=es&nrm=iso.  Epub 20-Ene-2020. ISSN 1699-5198.  http://dx.doi.org/10.20960/nh.2116.
  2. OMS. Informe de la Comisión para acabar con la obesidad infantil. Disponible en: https://apps.who.int/gb/ebwha/pdf_files/WHA69/A69_8-sp.pdf
  3. Flores-Huerta, Samuel, Klünder-Klünder, Miguel, & Medina-Bravo, Patricia. (2008). La escuela primaria como ámbito de oportunidad para prevenir el sobrepeso y la obesidad en los niños. Boletín médico del Hospital Infantil de México, 65(6), 626-638.
  4. http://www.fao.org/ag/humannutrition/29281-099a2c34289e10395c79079637288c843.pdf
  5. http://www.fao.org/fileadmin/user_upload/red-icean/docs/Obesogenic%20environment_Lake.pdf

Prohibición de alimentos chatarra a niñas y niños no termina con ambientes obesogénicos: María de Lourdes Silva Fernández

  • Estos entornos se encuentran, principalmente, en la casa, la escuela o el trabajo y la comunidad.

Combatir de manera frontal los ambientes obesogénicos en México tiene que ir más allá con prohibir productos a menores de edad, pues ésta no es más que una acción miope y electorera que no resuelve la problemática.

Así lo aseguró la licenciada en Nutrición y maestra en Ciencias de la Salud, María de Lourdes Silva Fernández, en entrevista para el Laboratorio de Datos contra la Obesidad (LabDO).

Son muchos los factores por los que una persona se encuentra en un ambiente que perpetúa el sobrepeso, desde los sociales, emocionales, hasta los económicos y socioculturales, por lo que las estrategias, además de ser diversas deben ser diferentes a lo hecho hasta el momento para poder lograr resultados distintos, destacó la también Directora de la Facultad de Nutrición de la Universidad Popular Autónoma del Estado de Puebla (UPAEP).

En menores, por ejemplo, los ambientes obesogénicos se determinan porque tienen fácil acceso a una gran cantidad de alimentos con un bajo contenido nutrimental, toda vez que en la casa, las familias toman decisiones incorrectas y compran alimentos que piensan que son adecuados pero terminan siendo todo lo contrario, añadió.

En general, de manera consciente, los padres a veces compran productos que no son tan buenos, pero lo hacen porque se les antojan y las niñas y los niños tienen la facilidad de tomarlos de la alacena en la casa, por lo que ésta se vuelve un entorno obesogénico, explicó la especialista.

La escuela, agregó, es otro espacio en el que las y los menores tienen fácil alcance, porque pueden comprar en esos lugares y en las tiendas, juguitos, frituras, yogures y todo ese tipo de alimentos que, además, no son tan caros.

Y también está el ambiente de la comunidad, es decir, el de la colonia en la que se desarrolla el individuo, donde igualmente es muy sencillo acceder; “de hecho a los niños, normalmente, se les premia comiendo, con un alimento, con una golosina, y todo eso es un ambiente en el cual se le enseña que sobrealimentarse es correcto”, sin importar que “yo ya esté satisfecho” y “yo sigo comiendo porque es parte de esta forma en la cual se desarrolla toda la comunidad”, mencionó.

Es por ello que la prohibición no es una política que ofrezca realmente una solución, toda vez que el problema no solo es ese, sino eso, más la inactividad, sumada a que los niños están solos todo el día porque las mamás trabajan y situaciones emocionales muy fuertes que resuelven con la comida.

“Se trata de un problema sistémico, que una sola solución no es viable”, enfatizó.

“No solo nos mandaron de la noche a la mañana a trabajar en casa, niños y adultos”, dijo, sino a una situación de incertidumbre que, emocionalmente, la gente viene cargando y que tiende a solucionar esos problemas emocionales con la comida y es un ciclo, no un círculo vicioso, en el cual hay un mal sentir y conforme pasa el tiempo con la pandemia, las personas están con depresión, encerradas, comiendo más, o quizás no, pero sin moverse, que eso es lo más grave, sin actividad física.

Por otra parte, indicó que los adultos que tienen que asistir a sus trabajos también están expuestos a una manera fácil de conseguir alimentos que no son saludables, toda vez que son más económicos y rápidos de adquirir.

Finalmente y dejando de lado las políticas públicas, subrayó que las personas en lo individual pueden identificar y hacerse conscientes de que hay un problema. Y aunque insistió en que no hay una solución real sobre los ambientes obesogénicos, como dejar de comer o comprar, sugirió hacer una campaña sobre los hábitos de consumo, es decir, informarse sobre qué tipo de alimentos se adquieren en el supermercado, además de hacer conciencia sobre la importancia de la actividad física.

Lidera México a nivel global la compra de calorías por día

  • 78.6% de las y los mexicanos no saben cuántas calorías consumen.
  • Lo que comemos y bebemos influye en la prevención y recuperación de enfermedades.

Ciudad de México a 10 de marzo de 2021.- Si bien las calorías que adquirimos a través de los alimentos son necesarias para obtener la energía que nos permita realizar nuestras actividades diarias, conocer la calidad de estas y sus efectos es clave, hoy más que nunca, en medio de la pandemia por COVID-19.

De hecho, en esta coyuntura sanitaria global, la Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda poner especial atención en la alimentación. “Lo que comemos y bebemos puede afectar a la capacidad de nuestro organismo para prevenir y combatir las infecciones y para recuperarse de ellas”. (1)

En ese sentido, la diferenciación de las calorías es posible hacerla en función de la carga energética que contienen y la aportación de nutrientes. Por ejemplo, se considera que las calorías vacías o negativas son aquellas que mantienen una densidad energética muy alta sin aportar proteínas, vitaminas ni tampoco minerales. La mayoría de ellas asociadas a productos ultraprocesados.

Información consultada por el Laboratorio de Datos contra la Obesidad (LabDO) establece que, de manera genérica, las mujeres deberían ingerir entre mil 600 y 2 mil calorías por día, mientras que los hombres entre 2 mil y 2 mil 500, cantidad que, señala la OMS, dependerá de qué tanta actividad física se realice. A mayor actividad, mayor ingesta calórica, pero sin exceder los límites, pues esto podría desencadenar padecer obesidad o sobrepeso. (2)

Sin embargo y en un contexto complejo por la pandemia por coronavirus, la Encuesta Nacional de Salud y Nutrición 2018-2019 (datos más recientes) ha observado  que el 78.6% de las y los mexicanos adultos no sabe cuántas calorías debe consumir al día. (3)

Aunado a ello, el informe Passport: Nutrition de la firma Euromonitor ubica a México como el país que más compra calorías al día en el plano internacional, con un promedio de mil 928 calorías por persona, lo que significa 380 calorías más del estadounidense promedio y por arriba del consumidor promedio en el mundo que compra 765 calorías diarias. Un dato que resalta en el estudio es que, en nuestro país, el 40% de las calorías compradas provienen del pan industrializado. (4)

Además de contribuir a padecer obesidad y sobrepeso, los alimentos y bebidas con calorías vacías, es decir, pobres en nutrientes, pero llenos de azúcares y grasas dañinas, están presentes en panes industrializados, galletas, dulces, helados, alcohol, refrescos, pasteles y alimentos fritos, por lo que es recomendable aminorar su consumo en medio de la pandemia global por COVID-19.

Una alternativa para adquirir calorías saludables está en reemplazar los productos ultraprocesados por verduras, frutas, cereales integrales, proteínas magras y grasas saludables como aguacate, nueces y semillas, las cuales además de aportar la energía necesaria al cuerpo, le ofrecen un alto contenido de nutrientes esenciales.

Fuentes:

1.- #SanosEnCasa: alimentación saludable. Organización Mundial de la Salud. https://www.who.int/es/campaigns/connecting-the-world-to-combat-coronavirus/healthyathome/healthyathome—healthy-diet#:~:text=Coma%20todos%20los%20d%C3%ADas%20una,%2C%20pescado%2C%20huevos%20o%20leche.

2.- Healthy diet. Organización Mundial de la Salud. https://www.who.int/es/news-room/fact-sheets/detail/healthy-diet

3.- (3) INEGI INSP Secretaría de Salud. (2020). Encuesta Nacional de Salud y Nutrición 2018-2019 Resultados Nacionales. Mzo. 2020, de INSP Sitio web: https://ensanut.insp.mx/encuestas/ensanut2018/doctos/informes/ensanut_2018_informe_final.pdf

4.- Passport: Nutrition. Euromonitor. 2015. https://blog.euromonitor.com/passport-nutrition-offers-global-nutrient-intake-data/

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