Más fibra y menos sal para ayudar a tu corazón

  • Actividad física, dejar de fumar, limitar el alcohol, dormir lo suficiente, controlar el estrés, recomiendan expertos.

La ingesta de fibra, una mejor dieta y consumir menos sal, recomiendan expertos para reducir la presión arterial y los niveles de colesterol y con ello, prevenir enfermedades cardíacas. 

También afirman que mantener una dieta saludable para el corazón es una de las formas más efectivas de reducir estos riesgos, ya que lo que comemos puede influir significativamente en nuestra salud cardiovascular. (1)

Una investigación realizada por la Universidad Deakin en Geelong, Australia, consultada por el Laboratorio de Datos contra la Obesidad (LabDO), revela que el consumo en exceso de alimentos salados, azucarados, grasosos, de alcohol, cafeína y de productos ultraprocesados se asocia con aproximadamente un 50% más de riesgo de muerte relacionada con padecimientos del corazón. (2)

Cabe destacar que a nivel mundial, 17.9 millones de personas mueren cada año por enfermedades cardiovasculares y en México, de enero a junio de 2023, según datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), las defunciones por enfermedades del corazón se ubicaron como la primera causa de muerte con 97 mil 187 casos. (3)

Un estudio presentado en la reunión anual de la Sociedad Europea de Cardiología en 2023, que utilizó los datos del Biobanco del Reino Unido de más de 500 mil personas de entre 40 y 70 años, advierte que “quienes nunca añaden sal a las comidas tienen un 18% menos de probabilidades de desarrollar fibrilación auricular” (el tipo más común de arritmia causada por un problema en el sistema eléctrico del corazón). (4)

Asimismo, un análisis de la Asociación Americana del Corazón sobre las 10 principales dietas que favorecen una buena salud cardiometabólica encontró que los patrones de alimentación mediterránea pueden adaptarse a diversas prácticas culturales, preferencias alimentarias y presupuestos para permitir que las personas coman de esta manera a largo plazo. (5)

Es decir, una dieta que se basa en comer muchas frutas y verduras frescas, proteínas magras, productos lácteos bajos en grasa, legumbres, frutos secos y aceites vegetales y más fibra, limitando al mismo tiempo los dulces y los alimentos con alto contenido en grasas saturadas, llamada DASH, que corresponde a las siglas en inglés de Enfoques Alimentarios para Detener la Hipertensión (Dietary Approaches to Stop Hypertension), es recomendable para tener un corazón más sano. (6)

Los médicos y especialistas sugieren, además de alimentarse saludablemente, tener un peso corporal adecuado, mantenerse activo físicamente, dejar de fumar, evitar el humo de otros fumadores, limitar el alcohol, dormir lo suficiente, controlar el estrés y realizarse revisiones médicas de forma periódica.  

Fuentes

  1. Eat more fiber-rich foods to foster heart health. Harvard Medical Schoool. https://www.health.harvard.edu/heart-health/eat-more-fiber-rich-foods-to-foster-heart-health
  2. Ultraprocessed foods linked to heart disease, diabetes, mental disorders and early death, study finds. CNN. https://edition.cnn.com/2024/02/28/health/ultraprocessed-food-health-risks-study-wellness/index.html
  3. Estadísticas de Defunciones Registradas.  De enero a junio de 2023. https://www.inegi.org.mx/contenidos/saladeprensa/boletines/2024/EDR/EDR2023_En-Jn.pdf
    Cardiovascular diseases. WHO. https://www.who.int/health-topics/cardiovascular-diseases#tab=tab_1
  4. Salt-free diet ‘can reduce risk of heart problems by almost 20%’. The Guardian. https://www.theguardian.com/science/2023/aug/27/salt-free-diet-reduce-risk-heart-problems-20-per-cent
  5. Here’s how 10 popular diets scored for heart health. https://www.heart.org/en/news/2023/04/27/heres-how-10-popular-diets-scored-for-heart-health
  6. Heart-healthy foods: What to eat and what to avoid. Harvard Medical School. https://www.health.harvard.edu/heart-health/heart-healthy-foods-what-to-eat-and-what-to-avoid

El agua, aliada ideal para estar en forma y luchar contra la obesidad

  • Una persona requiere 100 litros de agua al día, aprox.

La población urbana en todo el mundo se duplicará para el año 2050, de acuerdo a proyecciones del Banco Mundial, y esta situación tendrá  mayores implicaciones en la demanda del agua en las ciudades, ya que se estima que una persona requiere de aproximadamente 100 litros de agua al día, para satisfacer sus necesidades, tanto de consumo como de higiene. (1)

Diversos estudios consultados por el Laboratorio de Datos contra la Obesidad (LabDO), consideran que el grave problema del agua es causado, principalmente, por el crecimiento demográfico, el cambio climático, el uso agrícola, la contaminación, la sobreexplotación de acuíferos y las deficiencias en la gestión del vital líquido. (2)

El agua es aliada ideal para estar en forma y clave para luchar contra la obesidad, por ello, la importancia de su cuidado y mejor aprovechamiento. La actividad física, una nutrición sana y una hidratación adecuada contribuyen a mantener un cuerpo saludable.

Constituye más de las dos terceras partes del cuerpo humano y además de servir como lubricante y componente de la saliva y los líquidos que rodean las articulaciones, el agua regula la temperatura corporal a través de la transpiración.

Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), el sobrepeso y la obesidad son el quinto factor de riesgo a nivel mundial y existe evidencia de la relación intrínseca entre bajo consumo de agua y altos niveles de sobrepeso. (3)

Un estudio basado en bancos de información del programa National Health and Nutrition Examination Survey, en el que se recopiló información sobre la dieta de 9 mil 500 adultos estadounidenses, pudo observar que el 33% de estas personas no estaban debidamente hidratadas y hallaron una relación entre este factor y el sobrepeso: las personas que no tomaban suficiente agua poseían mayores índices de masa corporal (IMC).

Los especialistas indican que la cantidad mínima necesaria para hidratar el cuerpo es de ocho vasos por día, para tener una buena diuresis y para no deshidratarse, entre otras razones. Beber agua también aumenta la dopamina (hormona del placer) y ayuda a perder peso. 

Fuentes

  1. Economía circular, una oportunidad para transformar los servicios de agua urbanos https://www.worldbank.org/en/news/feature/2021/09/16/circular-economy-an-opportunity-to-transform-urban-water-services
  2. AQUASTAT. Sistema de Difusión. https://data.apps.fao.org/aquastat/?lang=en
  3. Hydration for Health. Hidratación saludable y obesidad. https://www.hydrationforhealth.com/es/hidratacion-por-que/hidratacion-y-salud/lista-hidratacion-y-salud/articulo-hidratacion-saludable-y-obesidad/

Las y los mexicanos consumen en promedio 75 kilos de tortilla al año

  • De 2018 a 2024 el kilo subió de 14 a 23 pesos.

La tortilla constituye el complemento alimenticio de más del 90% de la población en nuestro país, ya que aporta diversos beneficios para la salud, como calcio, hierro y fósforo. México es el principal consumidor de tortilla en el mundo y se calcula que, en promedio, cada mexicano come 75 kilogramos al año, de acuerdo a una artículo de la Gaceta UNAM. (1)

Un estudio sobre las preferencias de tortillas de maíz, publicado por la Revista Estudios Sociales sobre Alimentación Contemporánea y Desarrollo Regional, consultado por el Laboratorio de Datos contra la Obesidad (LabDO), apunta que el 84.9% de los núcleos familiares las consumen todos los días; 10.4% cada tercer día; 3.6% una vez por semana, y el 1% lo hace ocasionalmente.

Quienes comen una tortilla al día adquieren menos de un kilogramo; entre dos y tres piezas diarias, compran de uno a dos kilos; en tanto que aproximadamente el 14.5% de los consumidores dice comprar más de dos kilogramos por día.

En lo que corresponde a los lugares donde se adquieren tortillas de maíz nixtamalizado y al tipo que se elige: el 62.5% prefiere ir a la tortillería mecanizada más cercana al hogar, como primera opción; 10.8% opta por las que expenden tortillerías rústicas de comal; el 8.3% decide comprar las que venden en el mercado local, y el 10% las del supermercado o industrial. (2)

El mercado de la tortilla también tiene un impacto significativo en la generación de empleo en México. Según el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), en 2019, alrededor de 79 mil personas estaban empleadas en la fabricación de masa y tortilla. Asimismo, en 2020, nuestro país exportó cerca de 54 mil toneladas de tortilla, principalmente a Estados Unidos y Canadá. (3)

La industria harinera de maíz en nuestro país se concentra en un pequeño grupo de empresas: MASECA, con el 71.2% de participación; MINSA, con el 23.5%; Harimasa, 1.4%; Cargil de México, 1.3%; Molinos Anáhuac, 1.1%, y Productos Manuel José, 0.2%. (4)

Es importante mencionar que este alimento, básico en la dieta de las y los mexicanos y pieza fundamental de nuestra cultura, ha incrementado su costo en casi 62% en los últimos cinco años. 

Datos del Sistema Nacional de Información e Integración de Mercados (SNIIM) de la Secretaría de Economía reportan que en abril de 2018, el costo promedio del kilo de tortillas era de 14.20 pesos, y en el mes de abril de este año, dicho organismo registra el precio ponderado en 23 pesos el kilo. (5)

Fuentes

  1. Gaceta UNAM.  https://www.gaceta.unam.mx/la-nixtamalizacion-benefica-para-la-salud/
  2. CIAD. Estudios sociales. Las preferencias de los consumidores por tortillas de maíz. https://www.ciad.mx/estudiosociales/index.php/es/article/view/627/412
  3. Hablando de Negocios. El consume de tortilla en México. https://www.hablandodenegocios.com.mx/el-consumo-de-tortilla-en-mexico-una-industria-solida-y-en-crecimient
  4. Análisis de la Cadena de Valor Maíz Tortilla. https://www.gob.mx/cms/uploads/attachment/file/42983/Analisis_de_la_Cadena_de_Valor_Maiz-Tortilla.pdf
  5. SNIIM. Información mensual de precios diarios de tortilla. http://www.economia-sniim.gob.mx/TortillaMesPorDia.asp

La alimentación y el sobrepeso sí influyen en la fertilidad

  • La ingesta en exceso de grasas, carbohidratos y azúcares añadidos impacta de forma negativa. 
  • A nivel mundial, entre el 15 y 20% de las parejas experimentan infertilidad.

Una dieta alta en grasas trans, carbohidratos refinados y azúcares añadidos puede afectar negativamente a la fertilidad femenina, afirman especialistas de la Universidad de Ciencias Médicas de Poznan, y el Hospital Heliodor Swiecicki, de Polonia. (1)

Por su parte, un estudio publicado por el Journal of the Turkish-German Gynecological Association y consultado por el Laboratorio de Datos contra la Obesidad (LabDO), señala que la obesidad tiene influencias perjudiciales en todos los sistemas, incluidas las funciones reproductivas. Y considerando que su prevalencia en mujeres infértiles es alta, los expertos aseguran que las mujeres con sobrepeso u obesidad tienen una mayor incidencia de disfunción menstrual y anovulación (cuando los ovarios de la mujer no son capaces de liberar ningún óvulo en ningún momento del ciclo menstrual).

Además, pueden presentar mayor riesgo de subfecundidad e infertilidad, así como abortos espontáneos y complicaciones en el embarazo. La evidencia demuestra que a medida que aumenta el índice de masa corporal, los niveles de leptina se incrementan, afectando las funciones reproductivas. (2)

Estimaciones recientes indican que, a nivel mundial, entre el 15% y el 20% de las parejas experimentan infertilidad. Estas crecientes tasas han llevado a los investigadores a interesarse cada vez más en identificar el estilo de vida modificable y los factores ambientales que pueden afectar la salud reproductiva. (3)

En ese sentido, una actualización clínica sobre dieta y fertilidad, publicada por The Association of UK Dietitians, advierte la importancia de optimizar el estado nutricional antes de la concepción por parte de cada miembro de la pareja, considerando el vínculo que existe entre el tipo de alimentación al que se somete la mujer y las probabilidades de convertirse en madre. Asimismo, refiere que al observar a 18 mil 555 mujeres se demostró que la proteína vegetal es mucho mejor que la animal cuando se trata de mejorar la calidad de los óvulos. (4)

También, expertos de la Universidad de Harvard, al examinar el impacto de la dieta en la fertilidad, encontraron que para las mujeres que buscan ser madres de forma natural (sin tecnologías de reproducción asistida, como la fertilización in vitro), ingesta de vitaminas y nutrientes que tienen un efecto positivo son: ácido fólico, vitamina B12, ácidos grasos omega-3 y una dieta mediterránea basada en verduras, frutas, granos o cereales integrales, semillas y menos ingesta de carnes rojas. (5)

Fuentes

  1. La fertilidad femenina y el enfoque nutricional. https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pmc/articles/PMC8634384/
  2. Impacto de la obesidad en la infertilidad en las mujeres.  https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pmc/articles/PMC4456969/
  3. ¿Cómo afecta la nutrición a la fertilidad femenina?  https://www.news-medical.net/news/20230404/How-does-nutrition-affect-female-fertility.aspx
  4. Una actualización clínica sobre dieta y fertilidad. https://www.bda.uk.com/resource/a-clinical-update-on-diet-and-fertility.html
  5. Fertilidad y dieta. https://www.health.harvard.edu/blog/fertility-and-diet-is-there-a-connection-2018053113949  

Una dieta más sana y un planeta más saludable

  • Más del 55% del calentamiento global se puede evitar a partir de nuevos enfoques sobre nuestra alimentación.

El consumo mundial de alimentos por sí solo podría agregar casi 1°C al calentamiento global para el año 2100, y el 75% de este calentamiento es impulsado por alimentos que son altas fuentes de metano (carne de rumiantes, lácteos y arroz), de acuerdo con una investigación publicada en la revista científica Nature

Dicho estudio señala también que más del 55% del calentamiento global previsto se puede evitar mediante mejoras simultáneas en las prácticas de producción, así como la adopción universal de una dieta saludable y la reducción del desperdicio de alimentos a nivel de consumidores y minoristas.

Asimismo, esta publicación, consultada por el Laboratorio de Datos contra la Obesidad (LabDO), detalla cómo diversos especialistas diseñaron un modelo para la evaluación del cambio climático, en la que se integró información desde el año 1765 a la fecha, para poder crear distintos escenarios rumbo al 2100 que permitan evaluar y tomar acciones sobre la producción y consumo de alimentos en el mundo, así como el manejo y emisión de los distintos gases de efecto invernadero. (1)

Es importante saber cómo y dónde se producen los alimentos, ya que en distintas condiciones pueden tener enormes diferencias en el impacto ambiental. Por ejemplo, el ganado vacuno criado en tierras deforestadas es responsable de 12 veces más emisiones de gases de efecto invernadero que aquellos criados en pastos naturales. Este tipo de carne proveniente de América del Sur produce, en promedio, 3 veces más gases de efecto invernadero que la carne producida en Europa y utiliza 10 veces más tierra. (2)

En el mismo sentido, la Secretaría especial de Cambio Climático de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) y el Panel Intergubernamental sobre el Cambio Climático (IPCC) han estimado que los alimentos generaron hasta un 37% de las emisiones provocadas por el hombre. 

Por su parte, una investigación dirigida por Sam Myers, director de la Alianza para la Salud Planetaria de la Escuela Chan de Harvard, descubrió que al exponer cultivos alimentarios como el trigo, el maíz, el arroz y la soja a los niveles de CO2 previstos para 2050, las plantas pierden hasta un 10% de su zinc, el 5% de su hierro y el 8% de su contenido de proteínas. 

“Las decisiones que tomamos todos los días (cómo calentamos nuestros hogares, qué comemos, cómo nos desplazamos, qué elegimos comprar) están haciendo que nuestros alimentos sean menos nutritivos y poniendo en peligro la salud de otras poblaciones y generaciones futuras”, resalta Myers. (3)

Respecto a cómo ayudar a aminorar el impacto en el mundo por la producción de alimentos, la Comisión EAT-Lancet ha presentado, a partir de evidencia científica, una dieta especial denominada “La dieta de la salud planetaria”, en la que se sugieren pautas para rangos de diferentes grupos de alimentos que, en conjunto, constituyen un régimen alimenticio óptimo para la salud humana y la sostenibilidad ambiental. 

Esta dieta hace hincapié en una mayor ingesta de plantas, cereales integrales, frutas, verduras, nueces y legumbres; porciones significativamente menores de carnes y lácteos. Y considerando que el adulto medio necesita 2 mil 500 kcal al día, esta cantidad variará según la edad, el sexo, los niveles de actividad y los perfiles de salud, ya que el consumo excesivo es un desperdicio de alimentos, con costos tanto para la salud como para el medio ambiente. (4)

Fuentes

  1. Calentamiento futuro debido al consumo global de alimentos. https://www.nature.com/articles/s41558-023-01605-8
  2. Calculadora de alimentos para el cambio climático. https://www.google.com/url?q=https://www.bbc.com/news/science-environment-46459714&sa=D&source=docs&ust=1712341484261870&usg=AOvVaw2CpM1aLjzyNVZfk8TrKnKU
  3. Cambio climático y nutrición  https://www.hsph.harvard.edu/c-change/subtopics/climate-change-nutrition/   
  4. La dieta de la salud planetaria. https://eatforum.org/eat-lancet-commission/the-planetary-health-diet-and-you/

Lácteos bajos en grasa ¿son mejores?

Los productos derivados de la leche contienen grasas saturadas, las cuales, en exceso, pueden aumentar los niveles sanguíneos de colesterol malo y, a su vez, incrementar el riesgo de enfermedades cardíacas. Los productos ultraprocesados que más grasas saturadas contienen, de acuerdo a la Organización Panamericana de la Salud (OPS) son los quesos industrializados, que también se exceden en sodio. 

Sin embargo, diversos especialistas están cuestionando si la oferta de productos a base de lácteos bajos en grasa tienen un impacto determinante en la salud de las personas. 

Un artículo del sitio oficial de la Escuela de Medicina de Harvard, consultado por el Laboratorio de Datos contra la Obesidad (LabDO), refiere que no hay evidencia sólida que permita concluir que los productos hechos con lácteos bajos en grasas aporten beneficios contundentes.  «Creo que los lácteos enteros, consumidos con moderación, pueden ser parte de una dieta saludable», sostiene la Dra. JoAnn Manson, profesora de medicina en dicha Facultad. (1)

En ese mismo sentido, una publicación de la Universidad de Ciencias Médicas de Irán explica que aunque la mayoría de las pautas dietéticas recomiendan un mayor consumo de alimentos lácteos bajos en grasa o sin grasa, la evidencia revela que la ingesta de grasas lácteas no suele ir acompañada de un mayor riesgo de aumento de peso, enfermedades cardiovasculares o diabetes tipo 2 en personas sanas, dentro del rango de ingesta calórica recomendada. (2)

También, una investigación difundida por la revista especializada Nutrients proporciona evidencia de que el consumo moderado de lácteos (hasta 200 gr. al día) no tiene efectos perjudiciales sobre la salud cardiovascular. El impacto en la alimentación –afirma- depende más del tipo de alimentos (queso, yogur y leche) que del contenido de grasa y, sin duda, de las cantidades. (3)

En conclusión, cuando se trata de productos lácteos, sugieren investigadores, en vez de preocuparnos por elegir entre enteros o bajos en grasa, se deben tomar en cuenta tres recomendaciones: 1) priorizar los lácteos fermentados; 2) consumir lácteos enteros una vez al día, como máximo, y 3) si se tienen problemas para digerir los lácteos, limitarse a los que tienen un contenido de lactosa más bajo o buscar los productos libres de lactosa. 

Cabe señalar que en México se tiene registro de que más del 50% de la población tiene un consumo de grasas saturadas mayor al recomendado por la Organización Mundial de la Salud (OMS) (menos del 10% de la ingesta calórica diaria). (4)

Fuentes

  1. Harvard Medical School. What’s the deal with dairy and heart health? https://www.health.harvard.edu/heart-health/whats-the-deal-with-dairy-and-heart-health
  2. Medical Journal of The Islamic Republic of Iran. The dairy fat paradox: Whole dairy products may be healthier than we thought. https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pmc/articles/PMC6014779/
  3. National Library of Medicine. Consumption of Dairy Foods and Cardiovascular Disease: A Systematic Reviewhttps://www.ncbi.nlm.nih.gov/pmc/articles/PMC8875110/
  4. https://www.sciencedirect.com/science/article/pii/S0022316623007174?via%3Dihub

Una dieta sana para dormir mejor

  • La ingesta excesiva de calorías y carbohidratos dificultan la calidad del sueño.  

Se estima que uno de cada tres adultos duerme menos del tiempo recomendado y ya se considera a la privación del sueño una epidemia, toda vez que no dormir bien puede ocasionar, a corto plazo, deficiente función cognitiva, dificultad para concentrarse, irritabilidad y cambios de humor, así como pérdida de memoria; y a largo plazo, mayor riesgo de sufrir accidentes cerebrovasculares, ataque al corazón, diabetes, obesidad, hipertensión o depresión. (1)  

Un artículo de la revista médica Sleep Science and Practice sostiene que la duración corta del sueño se correlacionó principalmente con una ingesta excesiva de carbohidratos y grasas.

En este sentido, una investigación publicada en el sitio web de la Escuela de Medicina de Harvard, consultada por el Laboratorio de Datos contra la Obesidad (LabDO), demostró que los sujetos que dormían solo cuatro horas comían 300 calorías más por día, en comparación con aquellos que descansaban nueve horas.

Ante este panorama, los especialistas recomiendan a los adultos dormir de 7 a 9 horas por noche, y alertan que las personas que tienen dificultades para dormir, también las tienen con su peso y con la elección de alimentos saludables. (2)

El insomnio es el tipo de trastorno del sueño más común. “Se puede definir como la dificultad para conciliar o mantener el inicio del sueño. La mayor parte del insomnio se considera un problema de salud pública y puede representar una amenaza para la vida, ya que la falta del mismo, en calidad o en cantidad, impacta negativamente en la salud, el desempeño laboral y la calidad de vida”. (3)

Y de acuerdo con los investigadores del King’s College de Londres, otro factor más, vinculado con el tipo de dieta y su influencia en la calidad del sueño, es mantener una microbiota intestinal sana a partir de una buena alimentación.

Al referirse al ideal nutritivo para mejorar la calidad del sueño, expertos en nutrición y salud recomiendan seguir la dieta mediterránea, que consiste en consumir abundantes legumbres, frutas, cereales integrales, pescado y verduras; así como disminuir el consumo de carnes rojas y alcohol.

También, para lograr un sueño saludable, aconsejan, entre otras cosas, mantener un horario de sueño; practicar una rutina para dormir relajado; hacer ejercicio físico diariamente, y asegurar condiciones ideales de temperatura, ruido y luz en el dormitorio. (4)

Fuentes

  1. La Roche Posay Laboratoire. ¿Por qué la falta de sueño es perjudicial? https://www.laroche-posay.com.mx/article/por-que-la-falta-de-sueno-es-perjudicial-para-tu-salud-y-felicidad-
  2. Harvard Health Publishing. Harvard Medical School. ¿Lo que comemos podría mejorar nuestro sueño? https://www.health.harvard.edu/blog/could-what-we-eat-improve-our-sleep-2021030922112
  3. Sleep Biomed Central. El efecto de la nutrición y la actividad fisica sobre la calidad del sueño en adultos. https://sleep.biomedcentral.com/articles/10.1186/s41606-023-00090-4
  4. BBC News Mundo ¿Cuántas horas necesitamos dormir según nuestra edad https://www.bbc.co.uk/food/articles/sleep

Aspartamo, un edulcorante en debate

  • Más de seis mil productos en el mundo lo utilizan.

La industria de alimentos y bebidas ha utilizado el edulcorante artificial aspartamo, hoy en debate, por más de 30 años, ya que señalan que es 200 veces más dulce que el azúcar y bajo en calorías.

Más de seis mil productos en el mundo utilizan este edulcorante, entre los que destacan. chicles, productos de pastelería, gelatinas, refrescos, mezclas para postres, pudines, postres congelados, yogures, edulcorantes de mesa y algunos productos farmacéuticos, tales como vitaminas y pastillas para la tos sin azúcar. (1)

A mediados de mayo pasado, la Organización Mundial de la Salud (OMS) publicó una nueva directriz sobre los edulcorantes, en la que desaconsejaba su uso para controlar el peso corporal o reducir el riesgo de enfermedades no transmisibles (ENT), así como por ser “posiblemente cancerígenos” y afirmó que “los edulcorantes sin azúcar no son factores dietéticos esenciales y carecen de valor nutricional”. (2)

Sin embargo, información de la Escuela de Salud Pública TH Chan de la Universidad de Harvard, consultada por el Laboratorio de Datos contra la Obesidad (LabDO), sostiene que consumir aspartamo para ayudar a controlar el peso sigue siendo razonable, ya que –subrayan- al evaluar las investigaciones existentes, la OMS reclasificó al aspartamo como posiblemente causante de cáncer, pero no cambió su recomendación sobre la ingesta diaria aceptable.

Asimismo, un artículo de Scott Neuman, publicado en la National Public Radio (NPR), de Estados Unidos, menciona que la Administración de Alimentos y Medicamentos de EE.UU (FDA, por sus siglas en inglés) ha referido estar al tanto de las conclusiones de la OMS, pero –destaca- eso «no significa que el aspartamo esté realmente relacionado con el cáncer». (3)

Y agrega: “la OMS utiliza un sistema de clasificación de cuatro niveles: cancerígeno; probablemente cancerígeno; posiblemente cancerígeno, y no cancerígeno”.

También refiere que otras sustancias identificadas como “posiblemente cancerígenas” incluyen extractos de aloe vera, vegetales encurtidos tradicionales asiáticos, algunos combustibles para vehículos y ciertos productos químicos utilizados en tintorería, carpintería e imprenta.

Por su parte, el Centro Internacional de Investigaciones sobre el Cáncer de la OMS también ha clasificado la carne roja como “probablemente cancerígena” y la carne procesada como “cancerígena”.

Respecto a los límites seguros del aspartamo, desde 1981, el Comité Conjunto de Expertos en Aditivos Alimentarios de la OMS y la Organización para la Agricultura y la Alimentación han establecido el límite seguro de 0 a 40 mg. por kg. de peso corporal.

Y han recomendado  que desde temprana edad se reduzca considerablemente el dulzor de la dieta, para prevenir enfermedades y mejorar la salud. 

Fuentes

  1. Consejo de Control de Calorías. https://www.aspartamo.es/aspartame-faq/#:~:text=El%20aspartamo%20se%20encuentra%20en,de%20mesa%20y%20algunos%20productos
  2. La OMS desaconseja el uso de edulcorantes para controlar el peso. OMS. https://www.paho.org/es/noticias/15-5-2023-oms-desaconseja-uso-edulcorantes-para-controlar-peso
    Se publican los resultados de la evaluación del riesgo y la peligrosidad del aspartamo. https://www.who.int/es/news/item/14-07-2023-aspartame-hazard-and-risk-assessment-results-released#:~:text=El%20CIIC%20ha%20clasificado%20el,mg%2Fkg%20de%20peso%20corporal.
  3. What you need to know about aspartame and cancer. NPR. https://www.npr.org/2023/07/14/1187692366/aspartame-cancer-possibly-carcinogenic-sweetener
  4. Aspartame: What You Need to Know. Dana Farber, Cancer Institute. https://www.who.int/es/news/item/14-07-2023-aspartame-hazard-and-risk-assessment-results-released

Para prevenir y controlar el cáncer de mama, la dieta SÍ importa

  • 19 de octubre, Día internacional de la lucha contra el cáncer de mama.
  • Consumir más vegetales, frutos secos; reducir la ingesta de alcohol y evitar el sobrepeso y la obesidad, recomiendan expertos.

Durante el año 2021 fallecieron, en México, 7 mil 925 mujeres a consecuencia del cáncer de mama, de acuerdo a datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), y según la Organización Mundial de la Salud (OMS) se estima que 1 de cada 12 mujeres en el mundo desarrollará este padecimiento a lo largo de su vida. 

Una investigación publicada en la revista de la American Society of Clinical Oncology, consultada por el Laboratorio de Datos contra la Obesidad (LabDO), advierte que este tipo de cáncer es el más común en las mujeres y alerta que su prevalencia es observable tanto en países desarrollados como en países menos desarrollados, fenómeno que también se ha podido asociar, en la posmenopausia, con el sobrepeso y la obesidad. (1)

En el marco del Día internacional de la lucha contra el cáncer de mama, diversos expertos señalan que aunque algunos factores no se pueden controlar (como las mutaciones genéticas hereditarias), existe una variedad de aspectos ambientales y de estilo de vida modificables que pueden ayudar a reducir el riesgo de desarrollar este tipo de cáncer, y uno de ellos es la alimentación. (2) 

“Estudios de mujeres pre y posmenopáusicas mostraron tasas en un 31% más bajas de cáncer de mama en quienes cumplían recomendaciones dietéticas específicas, al aumentar el consumo de productos integrales y reducir la ingesta de carne y alcohol”.

Asimismo, la American Cancer Society sostiene que el consumo de fibra está relacionado con la reducción en un 8% del riesgo en el desarrollo de cáncer de mama. “Se observaron efectos beneficiosos de una dieta rica en fibra, sobre la sensibilidad a la insulina y las alteraciones en los niveles de hormonas sexuales”. 

También, diversas organizaciones, como Mayo Clinic, afirman que las mujeres que llevan una dieta mediterránea, (alimentos de origen vegetal, frutas y verduras, cereales integrales, legumbres y frutos secos; aceite de oliva y pescado), podrían reducir el riesgo  de sufrir dicha afección. 

Actualmente, las tasas de supervivencia al cáncer de mama se han incrementado y el número de muertes asociadas con dicha enfermedad está disminuyendo constantemente, en gran medida –destacan los especialistas-, debido a la detección temprana, a nuevos enfoques de tratamiento y a una mejor comprensión de la enfermedad. (3)

Fuentes

  1. Can Diet and Lifestyle Prevent Breast Cancer: What Is the Evidence?. American Society of Clinical Oncology. https://ascopubs.org/doi/10.14694/EdBook_AM.2015.35.e66
  2. Preventing Cancer. Harvard T.H. Chan School of Public Health. https://www.hsph.harvard.edu/nutritionsource/cancer/preventing-cancer/
  3. Cáncer de Mama. Mayo Clinic. https://www.insp.mx/avisos/octubre-mes-sensibilizacion-cancer-mama#sup4

Grasa visceral, un indicio de síndrome metabólico: Nutrióloga Viridiana Martínez Gómez

El síndrome metabólico es una serie de afecciones que, en conjunto, aumentan el riesgo de padecer cardiopatías o diabetes, además de estar fuertemente asociado con el tipo de alimentación que tiene una persona.

Así lo refirió en entrevista exclusiva para el Laboratorio de Datos contra la Obesidad (LabDO), la nutrióloga Viridiana Martínez Gómez, quien detalló que el exceso de grasa visceral puede ser un indicio de tener esta condición.

“Principalmente suelen ser los picos de glucosa donde la persona come mucho, le suben los niveles de glucosa y el páncreas realiza el proceso por medio de la insulina, lo que permite tener una acumulación de grasa abdominal, por ello, uno de los principales factores del síndrome metabólico es la acumulación de grasa en el abdomen”, explicó.

Asimismo, señaló que a partir de las condiciones de sobrepeso y obesidad, surge lo que se conoce como “obeso sano”, en donde la persona presenta un Índice de Masa Corporal (IMC) de 30 – 35 y no tiene problemas de síndrome metabólico, sin embargo, hay personas con un IMC con apenas un poco de sobrepeso y ya presentan el síndrome metabólico. 

Entonces, precisó la especialista certificada en psiconutrición, tiene más que ver con la grasa interna que con cualquier otro tipo de grasa. En ese sentido, la alimentación es un punto clave; la manera de alimentarnos es la base, porque eso es lo que guía al cuerpo para saber cómo va a reaccionar el metabolismo. 

“Si nosotros consumimos azúcar en exceso, entonces vamos a aumentar la producción de grasa, lo cual está completamente ligado con los altos niveles de triglicéridos, colesterol y presión arterial, así como el hígado graso, principalmente. Y de acuerdo a lo que comemos, es lo que le vamos a decir al cuerpo que genere, por eso, si nosotros tenemos una alimentación balanceada, se van a amortiguar las curvas de glucosa y de esta manera se podrá lograr un equilibrio que prevenga el síndrome metabólico”.

Para tener un control del síndrome metabólico, una persona debe evitar comer azúcares refinados, alimentos empanizados, el arroz blanco, bollería, grasas no saludables y varios ultraprocesados, y preferir, principalmente, todo lo que contenga fibra, como el arroz integral, la avena y algunas especias y frutas como la manzana, la papaya y el melón, recomendó la experta. 

En este sentido, mencionó que los alimentos contienen micronutrientes que son las vitaminas y los minerales, estos se convierten dentro del cuerpo en enzimas, coenzimas y cofactores, que son los eslabones para que el cuerpo realice cierta actividad metabólica. 

“Por ejemplo, si yo necesito deshacer grasa, requiero ciertas moléculas, como la vitamina B y si no tengo la suficiente, no se va metabolizar igual la grasa porque me va a faltar ese factor. Por ello, es muy importante que le demos la nutrición adecuada al cuerpo para que pueda llevar a cabo las funciones metabólicas”, agregó.

Finalmente, consideró que el mejor tratamiento para una persona con síndrome metabólico es atender las otras enfermedades adyacentes y, por tratarse de algo multifactorial, su atención también debe ser multifactorial, por lo que se requiere realizar  ejercicio, tener una dieta saludable y mantener una buena hidratación.“Este síndrome se puede presentar desde niños, por lo que es importante que ante cualquier sobrepeso se comience a monitorear, para evitar desarrollar ciertos padecimientos que están muy relacionados como la diabetes. Partiendo de que el síndrome metabólico es una resistencia a la insulina, una vez que una persona lo manifiesta, el siguiente escalón sería la diabetes y a partir de ahí se pueden generar una amplia gama de enfermedades, pero la que avanza más rápido es la diabetes”, concluyó.

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