Fármacos para bajar de peso, altas expectativas

  • Una herramienta que puede ser efectiva, en algunos casos.
  • Pueden causar efectos secundarios.

Los medicamentos para perder peso están causando furor en Estados Unidos como una forma aparentemente más sencilla de enfrentar la obesidad, sin dietas ni ejercicio, pero pudieran no ser la panacea que algunos esperan por diversos factores como sus efectos secundarios, elevado precio, la rápida recuperación de los kilos perdidos si se dejan de tomar e incluso algunos riesgos psicológicos.

Este tipo de fármacos, como el Ozempic (semaglutida), utilizado para el tratamiento de la diabetes tipo 2, imita una hormona llamada péptido 1, la cual estimula la producción de insulina y suprime la producción de glucagón, que eleva el azúcar en sangre. El cuerpo libera esa hormona después de una comida y viaja al cerebro provocando la sensación de saciedad. (1)

Sin embargo, si bien afirman diversos especialistas, consultados por el Laboratorio de Datos contra la Obesidad (LabDO), este medicamento tiene más beneficios que riesgos, es importante destacar que debe ser prescrito de manera correcta por un médico internista o endocrinólogo.

En julio de este año, la Agencia Europea de Medicamentos señaló que evaluaba más de 150 informes para investigar el riesgo de pensamientos de autolesión y pensamientos suicidas con el uso de Ozempic y otros similares.

Además, de acuerdo a la Biblioteca Nacional de Medicina de Estados Unidos MedlinePlus, la semaglutida puede ocasionar efectos secundarios, entre ellos, náuseas, vómitos, diarrea, dolor abdominal, acidez estomacal o estreñimiento.

Asimismo, un estudio que financió el laboratorio danés Novo Nordisk (dueño de Ozempic y Wegovy), en el que participaron pacientes de Canadá, Alemania, Reino Unido, Estados Unidos y Japón, y publicado en la revista científica Diabetes, Obesity and Metabolism, reportó que las personas después de haber usado durante un año la semaglutida, y luego de haberla retirado, recuperaron dos tercios de su pérdida de peso anterior. (2)

Al ser una medicina costosa, para organizaciones como el Institute for Clinical and Economic Review, de Boston, es clave evaluar si los nuevos fármacos para bajar de peso son sostenibles para los sistemas de salud pública y los esquemas de seguros médicos, ya que, al tratarse de una condición crónica, implica que se tendría que dotar de manera permanente el fármaco, aspecto que proyectan, sería difícil de alcanzar. (3)

Expertos aplauden los nuevos medicamentos como una herramienta efectiva para algunos casos, pero advierten que no se deben abandonar los esfuerzos para comprender, primero, las raíces de la crisis de la obesidad, que la mayoría considera es resultado de cambios en la vida moderna, la dieta y los niveles de actividad y, segundo, para revertir efectivamente los aumentos en la obesidad, la diabetes y otras afecciones asociadas.

En este sentido, el especialista en obesidad del Centro de Prevención de la Obesidad de la Fundación New Balanceen el Hospital Infantil de Boston y profesor de pediatría en la Facultad de Medicina de Harvard, David Ludwig, advierte la necesidad de fondear con mayores recursos a las investigaciones orientadas a comprender los factores ambientales y dietéticos inmiscuidos en la obesidad. (4)

A nivel global, la obesidad y el sobrepeso se ubican como el problema de salud pública más grave. La Federación Mundial de Obesidad estima que en 2020 alrededor de 770 millones de adultos en todo el mundo se vieron afectados por esta enfermedad y se prevé que esa cifra supere los mil millones en 2030. En México, aproximadamente 7 de cada 10 adultos tienen dicha condición, de acuerdo con la Encuesta Nacional de Salud y Nutrición (Ensanut 2022).

Fuentes

  1. Will the Ozempic Era Change How We Think About Being Fat and Being Thin? The New Yorker. March 20, 2023. https://www.newyorker.com/magazine/2023/03/27/will-the-ozempic-era-change-how-we-think-about-being-fat-and-being-thin
  2. Weight regain and cardiometabolic effects after withdrawal of semaglutide: The STEP 1 trial extension. Diabetes, Obesity and Metabolism. Volume24, Issue8 August 2022 Pages 1553-1564. https://dom-pubs.onlinelibrary.wiley.com/doi/10.1111/dom.14725
  3. Ozempic and Wegovy Don’t Cost What You Think They Do. The New York Times. https://www.nytimes.com/2023/10/22/health/ozempic-wegovy-price-cost.html
  4. Are new weight-loss drugs the answer to America’s obesity problem? The Harvard Gazette. https://news.harvard.edu/gazette/story/2023/07/are-new-weight-loss-drugs-the-answer-to-americas-obesity-problem/

Pan de muerto, una tradición… con muchas calorías

  • Del 27 de octubre al 1 de noviembre, los días con mayor cantidad de ventas.
  • El consumo en exceso de carbohidratos aumenta el riesgo de desarrollar algunas enfermedades.

En las celebraciones del “Día de Muertos” en México, el pan es uno de los elementos tradicionales que no puede faltar para recordar a los seres queridos y se estima que 8 de cada 10 mexicanos compra “pan de muerto” para colocarlo sobre la ofrenda o para comerlo con chocolate caliente, de acuerdo a la empresa global de datos Kantar

Una encuesta realizada por el portal de estadísticas Statista, consultada por el Laboratorio de Datos contra la Obesidad (LabDO), señala que en nuestro país, aproximadamente el 94% de las y los entrevistados afirmaron consumir pan de muerto. Hoy se pueden encontrar diferentes opciones, entre las que destacan el tradicional, de ajonjolí, con algún relleno y tipo gourmet, elaborados con harina de trigo y azúcar como sus principales ingredientes. 

La venta de este tipo de pan en las tiendas de autoservicio representa el 13% de las ventas de pan durante la temporada, en tanto que los días en los que más se compra son del 27 de octubre hasta el 1 de noviembre, siendo las presentaciones individuales las más buscadas, destaca un estudio realizado por la empresa de información, datos y medición de mercados, Nielsen. (1)

Y si bien este producto es tan popular en la mesa de las y los mexicanos, el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) alerta que una porción de pan de muerto tradicional (100 gramos) contiene 53.2 gramos de carbohidratos; 17.7 gramos de grasas; 36 miligramos de colesterol; 329 miligramos de sodio y 417 kcal, y si se acompaña de una taza de leche con chocolate, se suman otras 200 kcal. (2)

La Organización Mundial de la Salud (OMS), por su parte, recomienda un aporte de 2,000 a 2,500 kcal al día para el hombre y de 1,500 a 2,000, para la mujer, ya que el consumo en exceso de carbohidratos en alimentos con altos contenidos de almidón o azucarados puede incrementar la cantidad de calorías totales, y llevar a un aumento de peso. 

Asimismo, los especialistas asocian el consumo elevado de azúcares con diversas patologías, como obesidad, alteraciones hepáticas, diabetes, enfermedad cardiovascular, hígado graso, entre otras, y recomiendan hábitos de vida saludables y una dieta equilibrada. 

Fuentes

  1. Nielsen. Especial día de muertos. https://www.nielsen.com/pt/insights/2019/especial-dia-de-muertos/
  2. IMSS. Información nutrimental del Pan de Muerto. https://twitter.com/Tu_IMSS/status/1189196944704360448   

Grasas trans, fantasmas que atacan al corazón

  • En México, papas fritas, galletas, pasteles y otros alimentos ultraprocesados no podrán exceder en 2% de ácidos grasos trans. 

El consumo en exceso de grasas trans aumenta los niveles de colesterol malo (LDL) y reduce los de colesterol bueno (HDL), e incrementa el riesgo de desarrollar cardiopatías y derrames cerebrales, señalan expertos. (1)

Un artículo publicado por la Escuela de Medicina de Harvard, consultado por el Laboratorio de Datos contra la Obesidad (LabDO), señala que comer alimentos ricos en grasas trans genera, además, enfermedades cardíacas, diabetes y otras afecciones crónicas. Incluso, pequeñas cantidades de grasas trans pueden dañar la salud. 

Las grasas trans artificiales son el resultado de un proceso industrial en el que se añade hidrógeno a aceites vegetales líquidos para que sean más sólidos. Son fáciles de usar, económicas de producir y duran mucho tiempo. Dan a los alimentos un sabor y una textura deseable y evita que se vuelvan rancios. (2)

Los principales alimentos que contienen este tipo de ingredientes son todos los ultraprocesados y fritos, como papas, galletas, pasteles, helados, donas, pizzas congeladas, palomitas para microondas, botanas saladas, salsas y manteca vegetal, entre otros. 

De acuerdo a la Organización Panamericana de la Salud (OPS), el abuso en la ingesta de productos ultraprocesados con este tipo de grasas está vinculado con la muerte de aproximadamente 540 mil personas al año, en el mundo. “Su alto consumo aumenta el riesgo de muerte por cualquier causa en un 34%, muerte por enfermedad coronaria en un 28%, y enfermedad coronaria en un 21%”, sostiene. 

En ese sentido, la Organización Mundial de la Salud (OMS) advierte que cinco mil millones de personas están expuestas a las grasas trans y a las enfermedades que esto conlleva. Por ello,  alienta a la industria de los alimentos a eliminarlas de los productos, en consonancia con el compromiso asumido por la International Food and Beverage Alliance (IFBA). (3)

Por su parte, la OPS ha impulsado, entre los Estados miembros, acciones para eliminar estos ácidos grasos. En nuestro país, por ejemplo, ya hubo una respuesta en la materia, pues el Congreso aprobó una reforma a la Ley General de Salud, que todo indica sea efectiva a partir de este mes de septiembre, en la que se estipula que los alimentos ultraprocesados no podrán exceder en 2% de ácidos grasos trans de producción industrial. (4)

Fuentes

  1. Grasas trans. https://www.goredforwomen.org/es/healthy-living/healthy-eating/eat-smart/fats/trans-fat
  2. Grasas trans. American Heart Association. https://www.goredforwomen.org/es/healthy-living/healthy-eating/eat-smart/fats/trans-fat
  3. Cinco mil millones de personas sin protección frente a las grasas trans están expuestas a enfermedades cardiacas. OMS. https://www.who.int/es/news/item/23-01-2023-five-billion-people-unprotected-from-trans-fat-leading-to-heart-disease
  4. Decreto por el que se adiciona un artículo 216 Bis a la Ley General de Salud. Diario Oficial de la Federación Marzo 2023. https://dof.gob.mx/nota_detalle.php?codigo=5683777&fecha=24/03/2023#gsc.tab=0

Embarazo y obesidad, combinación de alto riesgo

  • 21 millones de mujeres en México padecen sobrepeso u obesidad.

Los riesgos a la salud cuando una mujer está embarazada y también tiene sobrepeso u obesidad pueden acrecentarse, de manera importante, no solo en la progenitora, sino también en la formación, desarrollo y crecimiento del bebé, señala una investigación publicada en la revista Ginecología y Obstetricia de México, consultada por el Laboratorio de Datos contra la Obesidad (LabDO), en el marco del Día de las Madres.

Dicha publicación refiere que entre las complicaciones para las mujeres embarazadas que presentan obesidad, están la amenaza de aborto, diabetes e hipertensión, mientras que en sus hijos en el periodo perinatal (entre la semana 28 de gestación al séptimo día de vida fuera del útero) esta condición puede derivar en: una baja puntuación en el exámen Apgar (examen rápido que se realiza al primer y quinto minuto después del nacimiento del bebé), macrosomía, malformaciones y mayor necesidad de ingresos a cuidados intensivos. (1)

Aunado a esto, el Instituto Nacional de la Salud infantil y Desarrollo Humano Eunice Kennedy Shriver, de Estados Unidos, advierte que dicha condición en las mujeres gestantes también puede aumentar en aproximadamente un 15% la probabilidad de que el bebé nazca con un defecto cardíaco, así como mayor riesgo de que desarrolle obesidad y diabetes tipo 2 a lo largo de su vida. (2)

[…] entre las complicaciones para las mujeres embarazadas que presentan obesidad, están la amenaza de aborto, diabetes e hipertensión […]

Sobre este mismo tema, la revista médica del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) publicó los resultados de una investigación en la que hubo hallazgos importantes, entre ellos, que una madre con sobrepeso u obesidad tiene 1.4 veces mayor riesgo de preeclampsia, hasta 2.14 veces mayor riesgo de que su parto sea inducido y 1.16 veces mayor riesgo de hemorragia posparto, mientras que la infección genital es 1.24 veces más probable y la infección de la herida quirúrgica lo es 1.27 veces mayor. (3)

Cabe destacar que de acuerdo con la Federación Mundial de la Obesidad, México ocupa el 5º lugar de obesidad en el mundo, con 21 millones de mujeres que la padecen, lo que significa una prevalencia del 41% entre ellas, y 15 millones de hombres con una prevalencia del 31%. Se estima que para 2030, el 36.8% de las personas del país tengan obesidad, con un incremento anual del 1.6%.  Esto equivale a más de 35 millones de adultos para la siguiente década. La Federación clasifica esta cifra como muy alta. (4)

Un estudio difundido por The British Medical Journal detalla que el consumo materno de alimentos ultraprocesados ​​por parte de la madre durante el proceso de crianza se asoció con un mayor riesgo de sobrepeso u obesidad en la descendencia, datos que, según los especialistas, respaldan la importancia de apuntalar las recomendaciones dietéticas para mejorar la nutrición de las mujeres en edad reproductiva y salud en sus hijas e hijos. (5)

De acuerdo a los especialistas de Mayo Clinic es importante tener en cuenta el peso previo al embarazo, el Índice de Masa Corporal (IMC) y acudir a un médico para determinar cuánto peso se debe aumentar durante el proceso de embarazo; asimismo, recomiendan pautas que pueden ofrecer una guía, por ejemplo, durante un embarazo de un solo bebé y en el cual la madre tenga un IMC mayor a 30, el aumento de peso recomendado es de 5 a 9 kilogramos, mientras que cuando el embarazo es múltiple, con una madre con un IMC mayor a 30, se estima entre 11 y 19 kilogramos, aunque los expertos también consideran que en lugar de centrarse en el aumento de una cantidad específica de peso, lo fundamental es evitar el aumento excesivo de peso durante el embarazo. (6)

Fuentes

  1. Obesidad y sus complicaciones maternas y perinatales. Revista de Ginecología y Obstetricia de México. Julio 2021. https://ginecologiayobstetricia.org.mx/articulo/obesidad-y-sus-complicaciones-maternas-y-perinatales
  2. ¿El sobrepeso y la obesidad afectan el embarazo? Instituto Nacional de la Salud infantil y Desarrollo Humano Eunice Kennedy Shriver. https://espanol.nichd.nih.gov/salud/temas/obesity/informacion/preguntas-embarazo#:~:text=Las%20mujeres%20que%20tienen%20sobrepeso,probabilidad%20de%20parto%20por%20ces%C3%A1rea.&text=La%20diabetes%20gestacional%20es%20la%20diabetes%20que%20comienza%20durante%20el%20embarazo.
  3. Índice de masa corporal pregestacional y riesgo de eventos adversos maternos. Revista médica del Instituto Mexicano del Seguro Social. http://revistamedica.imss.gob.mx/editorial/index.php/revista_medica/article/view/2549/3968#:~:text=documentan%20en%20la%20madre%20con,lo%20es%201.27%20veces%20m%C3%A1s
  4. México ocupa el 5º lugar de obesidad en el mundo. https://alianzasalud.org.mx/2022/03/mexico-ocupa-el-5o-lugar-de-obesidad-en-el-mundo/#:~:text=millones%20para%202030.-,México%20ocupa%20el%205º%20lugar%20de%20obesidad%20en%20el%20mundo,un%20incremento%20anual%20del%201.6%25.
  5. Maternal consumption of ultra-processed foods and subsequent risk of offspring overweight or obesity: results from three prospective cohort studies. The British Medical Journal. https://www.bmj.com/content/379/bmj-2022-071767
  6. Embarazo y obesidad: infórmate sobre los riesgos. Mayo Clinic. https://www.mayoclinic.org/es-es/healthy-lifestyle/pregnancy-week-by-week/in-depth/pregnancy-and-obesity/art-20044409

La grave problemática de la obesidad Infantil en México

“Mira que hermoso bebe y tan gordito” es un comentario que muchos padres de familia mexicanos lo siguen considerando como un halago y reconocimiento. En México, en etapas tempranas de la vida, el estar “robusto” sigue siendo considerado como un atributo positivo y algo mucho mejor, que estar delgado.

El problema es que muchas veces esta “grasita de bebe” se convierte en “grasa infantil”, grasa adolescente “ y “grasa adulta” con sus consecuencias negativas en la salud física y mental de las personas. Por otro lado, es frecuente que los padres de familia, no quieran ver la obesidad en sus hijas o hijos, autoconvenciéndose que el problema es “pasajero” y que de alguna manera se le quitara cuando “crezca”, situación que muchas veces no sucede.

Recordemos que en todas las etapas de la vida, la obesidad es una enfermedad. El grave problema de la obesidad infantil es un fenómeno creciente en todo el mundo. Muchos países como México, pasaron rápidamente de tener graves problemas de desnutrición infantil, a presentar altísimas prevalencias de obesidad infantil. Todo esto en dos o tres generaciones. Como ejemplo, podemos mencionar que tanto el hospital infantil de México como el ex-Instituto Nacional de la Nutrición, se fundaron para combatir la desnutrición infanti y actualmente tratan principalmente muchas enfermedades relacionadas con obesidad.

En este colaboración, discutiremos algunos aspectos relevantes de la problemática de la obesidad infantil en México.

Definición y diagnóstico

La obesidad infantil se define como el exceso de grasa corporal en niños y niñas. El “exceso de grasa corporal” se refleja en el peso corporal, por lo que una manera de diagnosticar la obesidad infantil en niñas y niños menores de 5 años es considerar que si el peso para la talla de una niña o un niño está a más de 3 desviaciones del estándar, el paciente padece obesidad. Si el peso para la talla esta entre 2 y 3 desviaciones estándar, entonces el diagnóstico es sobrepeso. Este es el parámetro establecido por la NOM 008. 

Pongamos dos ejemplos:

Roberto tiene 2 años (24 meses) tiene una longitud de 90 cm y peso 17 kg. De acuerdo con el estándar, un niño promedio de esa longitud debe de pesar 13 kg. El estándar indica que el peso de Roberto está a 3 desviaciones estándar del promedio, por lo que el diagnóstico es obesidad. 

Susana tiene 4 años y tiene una longitud de 95 cm y un peso de 16.7 kg. La tabla del estándar indica que Susana está a 2 desviaciones estándares del peso promedio para esa longitud (14 kg). Susana no presenta obesidad pero si padece sobrepeso. 

A partir de los 5 años, para el diagnóstico se utiliza el índice de masa corporal definido como:

Se establece que si el IMC para su edad y sexo de un prescolar, escolar o adolescente es mayor a 2 desviaciones estándares del promedio, el paciente padece obesidad.

Pongamos dos ejemplos:

Carlos tiene 6 años, peso 33 kg y mide 1.20m. Por lo tanto, su IMC es de 22.9 (IMC= (33kg)/ (1.2×1.2m). De acuerdo al estándar, el IMC de Carlos se encuentra a más de 3 desviaciones estándares del promedio por lo que padece obesidad.

Lorena es una niña de 10 años con un peso de 45 kg y una talla de 1.30m. Por lo tanto, su IMC es de 26.6. De acuerdo al estándar, el IMC de Lorena se encuentra a más de 3 desviaciones estándares del promedio por lo que padece obesidad.

Prevalencia de obesidad infantil en México

De acuerdo con la última encuesta de salud y nutrición (ENSANUT, 2021) la prevalencia de obesidad en menores de 5 años en México es del 7.8%; lo que equivale a casi 800 mil preescolares. 

En el grupo de edad de 5-11 años se reporta una prevalencia nacional de obesidad del 18.6%; siendo un 23.8% en hombres y 13.1%. Casi 1 de 4 niños en México padece obesidad y casi 1 de cada 3 niños padece sobrepeso u obesidad. En un periodo de 20 años, la prevalencia de obesidad en este grupo de edad se ha duplicado. A mayor edad de los niños, mayor es la prevalencia de obesidad, lo que sugiere que el ambiente escolar sigue siendo altamente “obesogénico”. A nivel mundial se reporta una prevalencia de obesidad en población de 5-19 de cerca del 7%. Varias fuentes reportan que México es de los países con mayor prevalencia de obesidad infantil a nivel mundial. 

La OMS reporta que a nivel mundial y para el 2020, casi 40 millones de prescolares presentaban sobrepeso u obesidad y que casi 400 millones de niñas y niños de 5-19 años sufrían sobrepeso u obesidad.

La misma ENSANUT 2021 reporta que las bebidas endulzadas fueron consumidas por cerca de 87% de los preescolares y 53% consumió botanas, dulces y postres. Por otra parte, alrededor de 40% consumió cereales dulces y poco más de 14% carnes procesadas.

Con respecto a la dieta de los escolares se reporta que solamente 2 de cada 10 niños escolares consumen verduras y leguminosas. Por otro lado, 92.9% consumieron bebidas endulzadas y más de 50% de los escolares consumieron botanas, dulces y postres y cereales dulces. 

Causas de la obesidad infantil

La obesidad es el resultado de una compleja interacción de factores que regulan tanto procesos fisiológicos, como las preferencias alimentarias y la actividad física de forma crónica, así como de entornos obesogénico que fomenta el consumo elevado de energía (calorías), productos ultraprocesados y bebidas azucaradas, y un comportamiento sedentario. Factores genéticos también pueden estar involucrados.

Varios factores se han identificado como factores de riesgo para la obesidad infantil: Dietas con altos niveles de alimentos ultraprocesados, bajos consumos de frutas y verduras frescas, las limitaciones en acceso a alimentos saludables, la reducción de la actividad física, el abuso en el uso de dispositivos electrónicos y las intensas estrategias de comercialización y publicidad dirigida a niños de alimentos y bebidas ultraprocesadas, son algunos de ellos. Por otro lado, los grandes cambios sociales de las últimas décadas, han creado entornos obesogénicos a nivel familiar y comunitario, los cuales promueven el consumo de productos ultraprocesados con altas densidades energéticas como botanas y bebidas azucaradas. El sistema alimentario actual basado en el consumismo de productos ultraprocesados, no responde a las necesidades nutricionales de la niñez. Aunque muchos países han establecido en sus leyes el derecho de la niñez a una alimentación saludable, pocas políticas públicas efectivas se han implementado por lo que la obesidad infantil sigue siendo un problema creciente a nivel mundial. 

Consecuencias de la obesidad infantil

Las prevalencias crecientes de sobrepeso y obesidad infantil y en adolescentes incrementan de forma relevante el riesgo a varios padecimientos físicos y emocionales tanto del niño o niña como para su futuro como adulto. En el caso de los niñas, niños y adolescentes que se ven afectados por el sobrepeso se presentan mayores posibilidades de desarrollar diabetes, obesidad, enfermedades crónicas no transmisibles y algunos tipos de cáncer a lo largo de sus vidas. En el corto plazo, niñas y niños tienen mayor riesgo de presentar dificultades cognitivas, emocionales, baja autoestima, estigmatización, socialización deficiente y/o depresión. 

Conclusiones 

El sobrepeso y la obesidad infantil se ha convertido en un problema de salud pública que debe ocupar un lugar prioritario en las agendas de salud y desarrollo sostenible a nivel país y región. Tiene impactos negativo en el corto, mediano y largo plazo en la salud física, mental, emocional de niños, niñas, adolescentes y adultos.

La obesidad en niñas y niños se debe considerar como un tema de protección integral a sus derechos. Es fundamental priorizar la prevención durante los primeros años de vida ya que este periodo. es una ventana de oportunidad para garantizar el derecho a la alimentación, nutrición y salud de las niñas, niños en su presente y en su futuro. Los costos sociales y económicos de no hacerlo, son enormes. 

Las escuelas tienen un papel crucial en la prevención de la obesidad infantil. Aunque la etapa de la educación básica tiene el potencial de fortalecer hábitos de alimentación saludable y de actividad física que puede acompañar a niñas y niños por el resto de sus vidas, la realidad muchas veces es totalmente a la inversa; las escuelas tienen ambientes obesogénicos que fomentan el consumos de productos ultraprocesados y bebidas azucaradas que son de los principales factores de riesgo asociados al obesidad.

Políticas públicas como impuestos a bebidas azucaradas, reglamentos que regulan la publicidad de alimentos infantiles y un etiquetado claro y comprensible para los consumidores también son útiles para combatir este problema. En muchos países, incluyendo México, se ha implementado el etiquetado frontal de advertencia en productos ultraprocesados. La evidencia demuestra que esto puede contribuir a elecciones más saludables por los consumidores debido a su fácil comprensión.

A nivel familiar los padres de familia deben de buscar que la familia tenga una alimentación más consciente y sostenible. El ejemplo, enseña más que mil palabras. Algunas recomendaciones básicas son: Retomar el consumo de productos frescos y locales, cocinar más en casa, comer en familia sin “invitar a la pantalla”, menos consumo de alimentos ultraprocesados y bebidas endulzadas y revalorizar a las comidas como oportunidades de convivencia familiar. Si tienes dudas, consulta con una nutrióloga o nutriólogo para que te oriente. 

Referencias

  1. ENSANUT, 2021.
  2. UNICEF 2021. El sobrepeso en la niñez.
  3. Norma Oficial Mexicana NOM-008-SSA3-2017, para el tratamiento integral del sobrepeso y la obesidad.

Bioquímica nutricional, enfoque especializado para atajar sobrepeso y obesidad: Julián Murillo

  • Comprender a fondo el funcionamiento de los órganos y sus procesos permite establecer estrategias más precisas.

El sobrepeso y la obesidad se caracterizan porque se presenta un proceso inflamatorio constante y continuo que al tener un abordaje desde lo metabólico y bioquímico para su comprensión respecto a la causa, el diagnóstico y el tratamiento, abre la posibilidad de diseñar una intervención más precisa y de mayor efectividad desde un punto de vista alimentario y nutricional.

Así lo señaló en entrevista exclusiva para el Laboratorio de Datos contra la Obesidad (LabDO), Óscar Julián Murillo Torres, Nutricionista Dietista, quien se refirió a la bioquímica como una ciencia que puede ayudar para conocer cuáles son los principios y fundamentos metabólicos, así como comprender su fisiopatología y por ende, determinar el mejor manejo individualizado de un paciente.

Respecto a la forma en que esta nueva perspectiva permite ahondar en el funcionamiento del cuerpo, sus sistemas y sus órganos para comprender mejor la condición del sobrepeso y la obesidad, destacó que es posible analizar “cómo a partir de los nutrientes obtenidos de los alimentos, es posible disminuir ese fenómeno proinflamatorio, por ejemplo, por parte de antioxidantes como flavonoides, vitaminas (A,D,E y C), de ciertos minerales como selenio y zinc que, sirven para que algunas enzimas puedan neutralizar esas condiciones proinflamatorias y prooxidantes”.

El también Coordinador de la Licenciatura en Nutrición en la Universidad Anáhuac de Puebla detalló que esa es la gran aplicación de la bioquímica al sobrepeso y la obesidad, que se considera un síndrome, es decir, una alteración de múltiples sistemas donde el paciente tiene afectaciones en diferentes niveles, lo cual permite comprender e intervenir de manera acertada en un tratamiento.

“La comprensión a fondo del funcionamiento normal de nuestro cuerpo nos facilita identificar cuando no funciona o se altera ese proceso y por ende da una oportunidad para hacer una intervención terapéutica en el campo de la nutrición, de acuerdo con las necesidades individuales de cada paciente” explicó el Maestro en Bioquímica.

Asimismo, mencionó que gran parte del origen del sobrepeso y la obesidad está relacionado con hábitos, estilos de vida, así como factores de diferentes tipos, como genéticos, medioambientales, psicológicos, culturales, políticos y económicos, entre otros. Sin embargo, la consecuencia de estos padecimientos es netamente metabólica.

Finalmente, el experto recomendó a las personas que quieren mejorar sus hábitos alimenticios acudir a un profesional de la nutrición y no dar credibilidad a la información que carece de sustento; al iniciar un tratamiento, no desesperarse por alcanzar resultados rápidamente, y optar por alimentos naturales en la dieta diaria.

¿Es la obesidad una enfermedad genética?

Las prevalencias de sobrepeso y obesidad a nivel mundial y en México siguen aumentando. En México, en ciertas regiones y grupos de edad, cerca del 80% de las personas padecen sobrepeso y obesidad. La norma oficial mexicana 008, que establece acciones para el tratamiento y control de la obesidad y sobrepeso, define obesidad como: “La enfermedad caracterizada por el exceso de tejido adiposo en el organismo”.

En el marco del Día Mundial de la Obesidad a conmemorarse este 4 de marzo es clave hacernos algunas preguntas: ¿Que hace que el cuerpo almacene un exceso de tejido adiposo? Existe consenso científico respecto a que el tipo de obesidad más común se trata de una enfermedad compleja y multifactorial, entre ellos factores genéticos, conductuales y ambientales que influyen en cómo un individuo responde no solamente a la dieta sino también a la actividad física (1).

Al igual que para muchas otras enfermedades, factores genéticos como ambientales determinan el riesgo de padecer obesidad. Para esta enfermedad, la sociedad en general, considera más relevantes los factores ambientales como la alimentación y actividad física, que los factores genéticos. ¿Es correcto esto? ¿Qué tanto influyen nuestros genes en el riesgo de padecer obesidad?. En esta colaboración, responderemos a estas preguntas. 

Por un lado la gran mayoría de los mexicanos vivimos en ambientes “obesogénicos” es decir entornos que nos ponen en riesgo a padecer obesidad: falta de parques, inseguridad, alta disponibilidad de alimentos calientes, estrés, sedentarismo, alto costo de alimentos no procesados, entre otros. Sin embargo, no todos padecen obesidad. Esto sugiere que hay factores genéticos en ciertas personas que los protegen de esta enfermedad y en otras personas que los ponen en más riesgo.

Otra observación que sugiere que los factores genéticos son relevantes en la obesidad, es la presencia frecuente de obesidad en familias. Se sabe que tener un padre o madre con obesidad incrementa el riesgo de padecer obesidad en la edad adulta.

La heredabilidad de varias características corporales (llamados fenotipos) asociados a la obesidad, como peso corporal, porcentaje de grasa corporal, o masa libre de grasa, concentraciones circulantes de adipocitocinas, y otros marcadores de inflamación, ha sido demostrada en investigaciones en diferentes poblaciones y grupos de edad.

También estudios en gemelos idénticos han demostrado que aun cuando los gemelos viven en ambientes diferentes, su composición corporal se asocia más con la de sus padres biológicos que con la dieta/actividad física que adquieran mientras crecen.

Con los avances científicos en las últimas décadas, una gran cantidad de estudios se han realizado con el objetivo de estudiar la relación de los genes con la obesidad. (2)

Con base a estos estudios genéticos, se ha clasificado la obesidad en dos grandes grupos (2):

Obesidad monogénica. En este tipo, que es muy rara, la obesidad se presenta en etapas muy tempranas de la vida y se asocia a alteraciones (mutaciones) en un solo gen (instrucción) que codifica una proteína específica, muchas veces asociada a la saciedad; es decir, las personas comen de forma exagerada ya que las señales de saciedad son defectuosas. Muchas veces este tipo de obesidad se asocia a síndromes complejos que presentan la obesidad como parte del cuadro clínico y que generalmente va acompañado con varios tipos de discapacidades.

Obesidad poligénica. La más común. Se considera que en la mayoría de los casos de obesidad, una multitud de genes están involucrados; cada uno “cooperando” un poco con la problemática. Se han reportado más de 120 genes que han sido asociados a variables corporales asociadas con la obesidad como la composición corporal, gasto de energía, distribución de grasa corporal, etc. Algunos de los genes, más estudiados son: los receptores adrenérgicos β2 y β3 (ADRβ2, ADRβ3), la adiponectina (AC DC), el receptor de leptina (LEPR), el factor de transcripción receptor proliferador de peroxisomas activados gamma (PPAR) y las proteínas desacopladoras de la fosforilación oxidativa 1, 2 y 3 (conocidas como UCP-1, 2 y 3, respectivamente). Una variante en el gen ADRβ3, se ha asociado con ganancia de peso, obesidad y resistencia a la insulina en indios Pima, México-americanos, franceses y finlandeses, y niños chinos. Sin embargo, otros estudios no encontraron asociación alguna con la adiposidad. También una mutaciones en el gen receptor de leptina (LEPR) se ha asociado a la obesidad y anormalidades metabólicas y hemodinámicas relacionadas en adolescentes mexicanos, mientras que otra mutación en el gen denominado PPARγ se ha asociado con mayor índice de masa corporal en población mexicana y amerindia. Otro gen que se ha estudiado recientemente es el denominado FTO (en inglés, fat obesity), una variante común de este se ha asociado en varios estudios con el índice de masa corporal y la diabetes tipo 2 tanto en adultos y niños. Un artículo reciente (3) reporta que una mutación en este gen se asoció con un mayor perímetro de cintura en sujetos colombianos.

Investigaciones recientes concluyen que algunos factores genéticos son riesgos relevantes para esta enfermedad. Lo que refuerza la importancia de realizar acciones de prevención a nivel individual, familiar y colectivo.

El sobrepeso y la obesidad, son condiciones que se relacionan con varios factores, incluyendo la susceptibilidad genética, aspectos psicológicos, sociales y metabólicos.

La obesidad incrementa de forma importante el riesgo para desarrollar varias comorbilidades tales como: hipertensión arterial, diabetes mellitus tipo 2, enfermedades cardiovasculares, renales, motoras, digestivas y cerebrovasculares, así como algunos cánceres, en particular en mama, endometrio, colon, próstata, entre otros padecimientos.

Recordemos que el ambiente puede modificar la forma en que los genes se expresan, el llamado efecto epigenético. Considera esta analogía: imagínate dos automóviles; uno menos resistente que otro, equivalente a dos personas una con una mayor susceptibilidad genética, que participan en una carrera en una pista con muchos “baches”. Los “baches” siendo los ambientes “obesogénicos” de la sociedad actual. El automóvil más robusto puede caer en más baches sin ser afectado, pero si cae en muchos, dejará de funcionar. Por otro lado, el automóvil “más susceptible” debe de tener más cuidado y evitarlos (equivalente a tener buenos hábitos de vida), si lo hace, podrá terminar y hasta ganar la carrera de tener una vida plena y saludable.

Referencias

(1) Bol. Med. Hosp. Infant. Mex. vol. 65 no. 6 México nov./dic. 2008

(2) Nat Rev Genet 23, 120–133. 2022

(3) Colomb. Med. vol. 53 no. 2 Cali jan./june 2022 Epub June 14, 2022

Dr. Guillermo E. Arteaga Mac Kinney

Doctor en Ciencias de Alimentos por la University of British Columbia. Profesor investigador de la Universidad de Sonora y colaborador del Laboratorio de Datos contra la Obesidad.

Educación, clave para combatir la obesidad: Ana Sofía Guerra Cantú

Si bien el problema de la obesidad y el sobrepeso es multifactorial, asegurar que la población cuente con educación nutricional es clave para poder combatir estos padecimientos, señaló en entrevista para el Laboratorio de Datos contra la Obesidad (LabDO) la nutrióloga Ana Sofía Guerra Cantú.

Destacó que lo más importante es la enseñanza y que las escuelas tengan materias donde se brinde mayor información de “cómo debe ser nuestra comida”.

La exdirectora de la Carrera de Nutrición y Bienestar Integral del Tecnológico de Monterrey, campus Monterrey, también indicó que los productos ultraprocesados pueden aportar exceso de calorías.

Subrayó que el exceso en el consumo de este tipo de alimentos es perjudicial para la salud, por lo que sugirió regresar a las costumbres de cocinar en casa y no comer de manera rápida lo que venden en la tienda de conveniencia, restaurantes o comida preenvasada que posiblemente no tenga la mejor calidad de ingredientes.

“Es importante preparar alimentos con anticipación y la lista de ingredientes para ir al supermercado, cocinar con frutas, verduras y alimentos frescos, comer en familia, tomar agua natural y realizar actividad física”, recomendó.

Explicó que tradicionalmente la dieta mexicana es nutritiva, como el maíz y los frijoles que son alimentos con alta calidad nutricional. Sin embargo, la población está recurriendo más a la comida ultraprocesada o ya elaborada, con azúcares añadidos, exceso de sodio o grasas saturadas.

El consumo excesivo de este tipo de productos, reiteró, está ligado a las causas de mortalidad que se ven cada vez más en la población mexicana, como diabetes tipo dos; infartos; hígado graso, que puede desencadenar una cirrosis no alcohólica; hipertensión y ciertos tipos de cáncer, incluso.

La también profesora clínica del TecSalud y de la Escuela de Medicina y Ciencias de la Salud del Instituto Tecnológico de Estudios Superiores de Monterrey hizo referencia al nuevo etiquetado frontal y dijo que su propósito es que el consumidor sepa lo que está comprando, porque el problema de los ultraprocesados era que la población no podía entender si el producto contiene un exceso de calorías, sodio o azúcares.

“Como acaba de haber ese cambio, todavía no vemos el efecto en la salud del mexicano, pero sí se ha visto que ha ayudado en la reformulación de productos. Muchas empresas, para no tener el sello, empiezan a cambiar la formulación de sus ingredientes”, aclaró.

Además de la educación y el nuevo etiquetado frontal, es necesaria una visión estratégica donde las acciones estén encaminadas a la prevención de la salud, porque los padecimientos son multifactoriales y los esfuerzos aislados se pueden diluir, concluyó la especialista.

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